Es en el marco de la causa en la que el gobierno interino lo había acusado de sedición y terrorismo. Tiene lugar una semana después de la victoria Luis Arce en las elecciones presidenciales.
La justicia boliviana anuló ayer la orden de detención contra el ex presidente Evo Morales, acusado por el actual gobierno interino de los delitos de terrorismo y sedición.
La decisión tiene lugar una semana después de que Luis Arce se impusiera por amplia diferencia en las elecciones presidenciales del país andino.
El tribunal explicó que levantó la orden de arresto porque “se vulneraron sus derechos, básicamente el derecho a la defensa debido a que no lo se citó debidamente”. Morales debía comparecer ante la justicia este martes, pero su defensa alegó que no fueron notificados formalmente. Sin embargo, el juez aclaró, ello no implica que la investigación no continúe adelante.
La causa se sustenta en una serie de audios en los que una voz, atribuida al ex mandatario, instruye a un dirigente cocalero a bloquear caminos e interrumpir el suministro de alimentos a distintas ciudades en el marco de los disturbios sociales catalizados por las elecciones fraudulentas en el país.
La investigación había comenzado el pasado 20 de noviembre, luego de que el ministro de Gobierno de la administración interina de Jeanine Áñez, Arturo Murillo, publicara la información.
En ese entonces, el régimen de facto presentó los cargos de “sedición, terrorismo y financiamiento del terrorismo” y dos fiscales pidieron que se aprehendiera a Morales y se lo llevara a comparecer ante la fiscalía.
No obstante, para el momento en que se libró la orden -en diciembre de 2019- Morales ya se encontraba instalado en Argentina, cuyas autoridades indicaron que tenía “estatus de refugiado” y que no aceptarían extraditarlo.
Un mes después, el dirigente cocalero del otro lado del teléfono, Faustino Yucra, fue detenido por las autoridades en el departamento de Chuquisaca. En el audio, la voz atribuida a Morales insta a Yucra a dar “dura batalla a los fascistas y racistas”. “Va a ser hora de combate, combate, combate (...) Con el pueblo alteño y otros sectores, vamos a derrotarlos”, sostiene.
En concreto, le ordena que hagan “cercos de verdad” de modo que “no entre comida a las ciudades”. Además, le explica que, para que la gente no se “canse” los organice en grupos que se vayan rotando “cada 24 horas”. “Hay bloqueo hasta ganar, hermano”, le indica.
El ex mandatario y su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), han rechazado todos los cargos y afirmado que tenían motivaciones políticas. En la misma línea se pronunció Interpol, que rechazó un pedido del gobierno interino de librar una orden de arresto individual por considerar que se trataba de asuntos políticos, no criminales.
Morales manifestó su voluntad de volver a Bolivia luego de la victoria de Arce. En diálogo con la agencia AFP, no descartó participar de la toma de posesión, cuya fecha todavía no ha sido fijada.
“Hay compañeros que me piden que vaya a la posesión y estoy muy agradecido. El hermano Alberto Fernández, tan solidario, tan humano, me ha ofrecido llevarme a Bolivia. Tengo invitación (a la ceremonia). Todavía los movimientos sociales están debatiendo. Van a decidir ellos”, enfatizó.
“La Confederación Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia está reunida, consultando cuándo vuelvo. Me piden que yo vuelva el día 11 de noviembre, porque yo salí un 11 de noviembre. Es muy simbólico. Pero repito, no está definido, ellos decidirán”, agregó.
Sobre sus planes una vez que regrese a su país, Morales sostuvo que se instalará en la región de Cochambamba, para retomar el activismo sindical en el que se inició en los años 1980 hasta llegar a la presidencia en 2006.
“Estaré en la zona del Trópico de Cochabamba, junto a los movimientos sociales y al MAS. Vamos a cuidar, a defender nuestro proceso, vamos a acompañar a 'Lucho' (Luis Arce), por supuesto, somos militantes. Vamos a cuidar nuestros principios ideológicos, también los programas sociales para bien de todo el pueblo boliviano”, aseveró.
Ante la pregunta sobre si asumiría alguna función en el gobierno de Arce, respondió enfático: “No, para nada” y apuntó que "seguiré de dirigente sindical hasta cuando me lo permitan. En lo personal, voy a dedicarme a la agricultura. Estoy haciendo talleres por teléfono para tener piscinas de crianza de pescado. Está muy de moda el tambaquí. Los compañeros que tienen criadero de pescado tambaquí están ganando muy bien”.
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