lunes, 26 de octubre de 2020

Alberto saldrá fuerte a bajar el dólar. La vacuna en diciembre y la respuesta a Duhalde

El gobierno activará el swap con China por 2000 millones de dólares y operará fuerte en el Dólar Bolsa y CCL. Espera cerrar el año vacunando a la población de riesgo y con acuerdo con el FMI. El duro WhatsApp de Alberto al ex presidente interino tras sus declaraciones golpistas.


El Gobierno decidió jugar más fuerte para bajar el precio del dólar financiero primero y luego el blue. A partir de ahora el Banco Central y la ANSeS operarán todos los días en el mercado de Contado con Liquidación (CCL) y el Dólar Bolsa (MEP). La otra decisión importante que tomó Alberto Fernández en las últimas horas es activar el swap chino por 2000 millones de dólares. Cerca del presidente aseguran que para reforzar las medidas el ministro Guzmán confirmará su intención de avanzar “más rápidamente hacia el equilibrio fiscal”. 

El viernes, con ventas de bonos por apenas diez millones de dólares, cayeron las cotizaciones del CCL, 6,8%, y el MEP, 4,9 %. La decisión del ministro Martín Guzmán, a cargo de todas las decisiones, es seguir operando a diario en un mercado que demostró que puede manejarse con pocas ventas. En la city aseguran que el Central no solo vendió: también apretó. Fuentes del sector señalan que los agentes que operan los dólares financieros tuvieron ingresos por comisiones enormes desde que comenzó la corrida y no quieren enemistarse con la entidad monetaria. 

“La decisión de convertir 2000 millones de dólares del swap chino está tomada”, aseguró el presidente el sábado a la noche. Se trata de un acuerdo entre el Banco Popular Chino y el Banco Central argentino por 19 mil millones de dólares que Alberto decidió comenzar a usar. “Vamos a terminar con el verso de las reservas líquidas. El swap son reservas y vamos a utilizar las que tengamos que utilizar para que entiendan que no vamos a a devaluar”, afirmó el primer mandatario. 

Dentro de la caja de herramientas Pro devaluatorias del establishment en los últimos meses se utilizó el concepto de reservas líquidas: cuántas reservas puede utilizar el central. Hasta ahora en ese concepto nunca se incluyeron los 19 mil millones de dólares del swap chino, aunque ya fue utilizado por el equipo de Axel Kicillof en 2014 y por Federico Sturzenegger en diciembre de 2015, a días de asumir Miauricio Macri Blanco Villegas. 

En realidad, el tema de las reservas líquidas fue hasta hoy el principal argumento devaluatorio, ya que el país tuvo en los primeros nueve meses del año un superávit comercial de 11.562 millones de dólares y, luego de la salida del default que dejó el hijo bobo de Franco Macri, tiene el horizonte de vencimientos de deuda despejado. 

Por otro lado, aunque es de esperar que el repunte de la economía post pandemia active las importaciones, la fuerte suba del precio de los granos será un importante impulso para las exportaciones. Un informe de IERAL, de la fundación Mediterránea, estima que la producción agrícola puede arrojar hasta 40 mil millones de dólares de ingresos en 2021, casi 7000 millones más que este año. 

En los próximos días el Gobierno dará otro paso hacia la descompresión del dólar financiero con la licitación de, como mínimo, 750 millones de dólares del Ministerio de Economía, destinada a que los fondos Pimco y Templeton deshagan sus posiciones en bonos en pesos y salgan del país con este método y no con el CCL como hasta ahora. 

En Economía esperan que con estas medidas se descompriman las cotizaciones del dólar financiero y que a partir de ahí y del ingreso de turistas extranjeros que cambian sus divisas en el mercado informal se comience a bajar el blue. 

El presidente desmintió categóricamente la nota de Clarín que afirma que le dio 15 días a Guzmán para solucionar el problema: “yo le doy la confianza para que avance con su plan y ellos ponen en mi boca palabras que infieren desconfianza; es una locura”, afirmó luego de leer la nota en cuestión. 

El Gobierno no quiere devaluar. Fuentes del FMI aseguraron que el fondo “tampoco lo ve necesario ni conveniente”. Creen que Guzmán va a equilibrar la cuentas en orden sin el caos de una devaluación. Y ahí viene un punto central. Alberto está decidido a apurar el equilibrio fiscal con suba de impuestos y baja de gastos para evitar el ajuste brutal de devaluar. “Vamos a ordenarnos fiscalmente. Pasada la pandemia ya no serán necesarias partidas enormes que utilizamos para asistir a personas y empresas”, afirmó el fin de semana. El presidente piensa cerrar los números con más recaudación, fruto de mayor carga impositiva a los que más tienen, y menores gastos. 

La política y los empresarios

Las corridas cambiarias son parte del paisaje argentino desde hace décadas, por la matriz productiva de fuerte carácter primario y por el apego de la elite a fugar sus excedentes. La última corrida, aún en curso, comenzó en abril de 2018 cuando la Banca Morgan realizó una venta masiva de letras del Central y el dólar se fue en pocos meses de 20 a 40 pesos. La corrida resultó en la caída de dos presidentes del central y en un fin de semana de furia que se llevó puestos varios ministros. Antes de irse Macri Blanco Villegas el dólar pegó la disparada final al subir de 40 a 64 pesos. Alberto logró domarlo durante unos meses hasta que llegó la pandemia. Desde entonces el Gobierno sufre el acoso de los poderes fácticos que intentan aprovechar las desventuras de la enfermedad para no dejar acomodarse a la coalición gobernante. La caracterización de populista y poco afecto a la propiedad privada juega en la corrida.

Para alejar fantasmas el presidente apuró el ritmo de sus reuniones con empresarios. Antes del Coloquio de Idea, Alberto se reunió con Sergio Kaufman, CEO de Accenture, y Martín Migolla, CEO y fundador de Globant. También con Miguel Acevedo, de Ciara; Javier Madanes Quintanilla, Aluar; Roberto Urquía, Aceitera General Deheza, y Luis Betnaza, Techint, entre otros. En la primera reunión a la que asistió Betnaza no fue Paolo Rocca porque estaba en cuarentena tras un viaje. 

La primer conclave, al que asistió Martín Migoya de Globant, fue revelador. La charla fue amena y positiva. Pero comenzó con una sorpresa para el presidente. El CEO de Globant le preguntó "¿cómo van a tratar a la propiedad privada?"¿Me estas cargando?", le contestó el presidente. "¿Es un chiste?", insistió Alberto. "Se lo digo principalmente por lo de Guernica. ¿Usted está de acuerdo?", aclaró Migoya.

Alberto, que fue jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, que tiene relaciones en todo el mundo empresario, que estuvo reunido con los principales líderes del planeta, sacó al país del default y negocia con el FMI en excelentes términos, tuvo que aclararle que no está de acuerdo con las tomas, pero que lo de Guernica estaba solucionado en un 95% sin conflictos y en paz. 

La reunión discurrió cordialmente y los empresarios comentaron luego su buena impresión sobre Alberto. Pero la pregunta de Migoya le dejó claro al presidente hasta qué punto las operaciones de los medios obstaculizan su gestión. 

Días después Alberto participó del Coloquio de IDEA, reunión que los medios vendieron como frustrada por un par de empresarios cercanos a Macri Blanco Villegas que lo criticaron, pero que fue muy bien recibida por la mayor parte de la concurrencia. 

La semana pasada se reunió con Paolo Rocca y Luis Betnaza de Techint. A la reunión asistieron Guzmán y Eduardo de Pedro. Alberto afirma que sumó a "Wado" para que quedara claro que lo que se hablaba incluía a Cristina. Rocca le recordó “de manera afable”, contó Alberto, que el presidente lo llamó miserable. Alberto le aclaró que en su momento él habló de la actitud miserable de despedir empleados en pandemia: que no lo llamó miserable. El tema pasó sin más. Luego hablaron de negocios, de Vaca Muerta y del juicio entre la empresa y el Estado que dejó el ex hijastro de Flavia Palmiero. Los asistentes afirman que la reunión fue positiva. No son amigos. 

El jueves el presidente se reunió con Marcos Bulgheroni, de Pan American Energy. Esa reunión, aseguran de ambos lados, fue excelente. 

Así, laboriosamente, Alberto trabajó la economía real: inversiones, empleo, al tiempo que explicó sus planes para salir de la crisis. Si la sensación es que todo el poder económico está contra el Gobierno el tenor de estas reuniones parece mostrar lo contrario. Lo que si está claro es que, a pesar de los buenos negocios que hicieron los empresarios durante el kirchnerismo, muchos parecen sentirse más cómodos perdiendo plata con Macri Blanco Villegas. 

Duhalde y el WhatsApp de Alberto

Mas allá de las relaciones que pueda tejer o en algún caso reafirmar el presidente entre el empresariado, en el país existen claramente sectores que buscan desestabilizar a la coalición gobernante. El tándem Juntos por el Cambio y Clarín lo hace ya a cara descubierta. En otro sector aparece el ex presidente interino Eduardo Duhalde hablando de golpe de Estado y anarquía ante cada micrófono que se le ponga delante. Duhalde apareció en un acto del 17 de octubre alternativo junto a Luis Barrionuevo, Carlos Acuña y Guillermo Moreno. 

"El 'zabeca' de Banfield" suele decir que habla “de manera recurrente” con Alberto. Pero el presidente asegura que no es cierto. Luego de sus dichos sobre la posibilidad cierta de que el Gobierno no termine le escribió a Alberto. La respuesta del presidente fue: “Cómo amigo te pido que no hables más. Es patético todo lo que decís". Luego no volvió a contestarle los mensajes. 

Alberto cuenta que se dio cuenta de que “Eduardo no estaba bien” cuando le pidió una reunión para decirle que la “oficialidad joven pensaba que el gobierno era comunista y quería desplazarlo y poner en su lugar a Juan José Gómez Centurión”. Cuando el presidente le preguntó su fuente, Duhalde le mencionó a un “capitán del ejercito retirado que conoce”. El ministro Agustín Rossi rechazó la versión por absurda. En el gobierno ven a Duhalde como un ex presidente que “no está bien” y busca protagonismo. Tomando en cuenta su pasado y sus amistades no habría que subestimar su peligro. 

La Vacuna y el Fondo 

“La posibilidad de que tengamos la vacuna en diciembre existe”, afirmó Alberto con moderado optimismo. El Gobierno mantiene negociaciones con varios países y empresas y se prepara para vacunar al mismo tiempo que Europa y Estados Unidos. 

Aunque si gana Biden en Estados Unidos la negociación con el FMI podría retrasarse, a Alberto le gustaría que si es posible también llegue a su fin para las fiestas. Así, con vacuna y con acuerdo, puede comenzar a pensar en un horizonte económico menos ingrato que el actual para enfrentar las elecciones. Las encuestas que le acercan lo muestran con la misma intención de voto con la que ganó las elecciones, pero con la oposición dividida: el discurso de ultra derecha que impulsan los medios parece estar mordiéndole algunos puntos a Juntos por el Cambio que apuntan a José Luis Espert. 

Hoy, con el dólar blue a 195 y el Covid ardiendo todo suena abstracto, inasible. Alberto recibió una herencia horrible y a los tres meses de gobierno una pandemia. Todo eso lo transita con movimientos destituyentes y un sistema de medios que obstaculiza toda narración racional del proyecto hasta el punto que altos empresarios se forman ideas absurdas sobre un presidente que comunista seguro no es. 

El equipo económico cometió algunos errores y se mostró lento de reflejos en las últimas semanas, pero tampoco es comunista. Eso seguro. Por ahora los votantes de Alberto, a pesar del esfuerzo de los medios, parecen comprender las dificultades que enfrenta el presidente y valorar el esfuerzo. Habrá que ver cuántos padecimientos pueden soportar sin perder la confianza y si el gobierno es capaz de zafar de la vieja trampa del dólar.
Fuente: nota de Roberto Navarro para El Destape web

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