Si bien la Argentina ya entró en default, el sector privado confía en que pronto el gobierno cierre con los acreedores. Afirman que, de lo contrario, sería difícil que vuelva a crecer la inversión.
Por ahora, les urge poner en funcionamiento las fábricas. Muchas empresas todavía siguen sin actividad producto de la cuarentena, y las que volvieron están produciendo al 40% de su capacidad. Pero pese a la coyuntura actual, el sector privado también está mirando el día después y cómo harán para recuperar mercado una vez que la situación esté completamente normalizada. Frente a este escenario, una vez superada la pandemia, las empresas tendrán necesidad de acceder al financiamiento internacional, al igual que el Estado, por lo que un escenario de default extendido sería una muy mala noticia en este sentido.
La Argentina ya está en default desde el viernes 22, cuando no pagó un vencimiento de cupos por U$S 503 millones de los bonos globales emitidos por el nefasto régimen fascista y neoliberal de Miauricio Macri Blanco Villegas. Sin embargo, este incumplimiento fue minimizado por el gobierno –lo llamó “soft default”– porque está en plenas negociaciones con los acreedores en vistas de lograr un pronto acuerdo.
Los empresarios también lo ven así. No consideran que sea un hecho de gravedad si realmente las partes logran acercar posiciones y esta situación no se extiende por mucho tiempo. A fines de junio vencen U$S 566 millones de intereses de los bonos Discount, por lo que ya debería estar resuelta la reestructuración para esa fecha. Un segundo episodio de cesación de pagos ya sería observado con otros ojos.
A comienzos de mayo, el gobierno convocó a los empresarios del Grupo de los 6 a un encuentro con la CGT en la quinta de Olivos para lograr un fuerte aval al proceso de renegociación de la deuda y darles tranquilidad de que el país no iría a un default. El presidente Alberto Fernández les aseguró que tenían todas las intenciones de acordar con los bonistas, pero el primer plazo cerró sin éxito y Economía ya prorrogó el plazo dos veces. Y seguramente habrá una tercera, según fuentes oficiales. Los tiempos se están extendiendo más de lo deseado, pero desde el Gobierno transmiten que el diálogo va encaminado y que se están acortando las diferencias.
“Alberto quiere arreglar. Si no lo hace, no tiene gobierno posible. El default para el financiamiento post pandemia es terrible, no sólo privado sino público. Sabemos que están cerca, así que estamos esperando que se solucione”, dijo un importante referente de la Unión Industrial Argentina (UIA). El industrial agregó que si bien son optimistas, es un tema que preocupa, ya que un default sería muy perjudicial para la Argentina en un contexto de agravamiento de la crisis económica producto del Covid-19.
“El default preocupa porque no tenés financiamiento, no hay crédito para el sector privado. El incumplimiento de la semana pasada fue absolutamente acordado entre los bonistas y el Gobierno, eso no inquieta. El que preocupa es el otro, pero se van a poner de acuerdo. Sabemos que el Gobierno quiere acordar. Si no fuera así, sería una pésima noticia”, afirmó el secretario de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Mario Grinman.
Los grandes empresarios del rubro del comercio están mirando qué pasará cuando esta crisis pase y son los que se verían afectados con un eventual default para salir a buscar financiamiento a los mercados externos, mediante la emisión, por ejemplo, de obligaciones negociables. Los pequeños están luchando por sobrevivir –en la CAC estiman que podrían desaparecer el 7% de los locales– y están obligados a mirar el corto plazo, aunque son conscientes de que un default terminaría afectando la posibilidad de crecimiento del país.
Para el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Iván Szczech, es de esperar “una solución favorable”, ya que el sector necesita contar con un presupuesto nacional que hoy está a la espera de cómo cierre la reestructuración de la deuda. “Nosotros tenemos en stand by el presupuesto nacional a la espera de renegociación de la deuda. Hoy tenemos a todos los ministerios sin saber cuál va a ser la cuota presupuestaria que van a tener durante todo el año”, remarcó el directivo. “Que se resuelva el tema de la deuda es importante para todos los sectores, pero para el nuestro es clave porque tiene mucho que ver con la obra pública”, agregó.
En cuanto al impacto sobre la obra privada, Szczech aseguró que “hay muchas empresas que emiten obligaciones negociables o que tienen préstamos con inversores internacionales que van renegociando. Y eso sería muy complejo en un escenario de default". También sostuvo que “lo normal sería que el país se endeude para hacer obras”, y en un contexto de cesación de pagos eso sería inviable. Aun así, el empresario se mostró optimista y consideró que “nadie espera que no se cierre esta negociación. Es preferible un mal acuerdo que un buen juicio”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario