martes, 31 de marzo de 2020

El gobierno dictó la conciliación obligatoria para frenar los casi 1500 despidos en Techint

En la Casa Rosada creen que la medida tomada por la empresa de Paolo Rocca es la punta de lanza de una porción del gran empresariado que presiona para que se relajen las restricciones sanitarias y se reanude la actividad económica. 


Claudio Moroni, ministro de Tranajo de la Nación
La paralización de la economía con el objetivo de frenar el avance del coronavirus desató la disputa entre el gobierno y Techint, el mayor grupo empresarial del país. La empresa que dirige Paolo Rocca despidió a 1450 trabajadores de su empresa constructora, amparándose en una originalidad del convenio colectivo de trabajo del sector, que permite el despido de empleados una vez que termina la obra. 

Techint argumentó que como la cuarentena obligatoria frenó las obras privadas, prescindirá del personal y que una vez que se reactiven, volverá a contratar a los afectados. Desde el gobierno y el gremio entienden de ningún modo Techint tiene la necesidad de despedir gente y que si la tuviese, hay instrumentos disponibles para sostener la plantilla. Por eso, la lectura es política: piensan que la medida de Techint representa la punta de lanza de parte de una porción del gran empresariado que entiende que la cuarentena es exagerada y que presiona para que se reanude la actividad económica. 

Ayer, el Ministerio de Trabajo coordinó una videoconferencia con Techint y el gremio, en la que dictó la conciliación obligatoria. En el sector de la construcción hay un clima de mucha tensión por el freno de las obras y el quiebre de la cadena de pagos.

El freno a la construcción por la cuarentena

La empresa Techint Ingeniería y Construcción resolvió cancelar contratos de construcción a partir de la paralización de la actividad de las obras privadas en proyectos ubicados en las provincias de Buenos Aires, Neuquén y Tucumán. La medida afecta a 1450 trabajadores de la construcción, afiliados a la Uocra. La construcción enfrenta un escenario muy delicado porque las obras privadas no quedaron exceptuadas del decreto de necesidad y urgencia que definió la cuarentena, con lo cual esos proyectos quedaron obligatoriamente frenados. La propia modalidad de contratación de las empresas del sector permite el despido de empleados entre una obra y la otra, período en el cual entra en funciones el fondo de desempleo del gremio.

En tanto, la obra pública también quedó muy afectada por el parate económico, a pesar de que fue exceptuada de los alcances de la cuarentena. Hay algunos proyectos en donde continúa el flujo de pagos, pero por lo general fuera del rubro salud y de las obras indispensables está deteriorada la cadena de pagos. 

“Se está trabajando con la UOCRA para intentar conservar los puestos de trabajo. Pero la realidad es que está todo parado y la situación es de tensión”, explicó Mario Galizzi, presidente de Apyme Santa Fe y empresario del sector de la construcción. Otras fuentes del rubro admiten que hay mucha preocupación porque se agota en las pequeñas y medianas empresas la capacidad de pagar los salarios. Ante situaciones de despidos, los ministerios provinciales vienen dictando medidas de conciliación obligatoria. Los dirigentes del sector esperan que se reactiven los Repro del Ministerio de Trabajo y se lancen planes de vivienda para reactivar la actividad. En el gremio saben de esta situación y por eso advierten que “hay 100 mil puestos de trabajo en riesgo”.

El Mundo Techint

Si bien la situación del sector de la construcción (y de prácticamente toda la economía) es muy compleja y en ese diagnóstico coinciden el sector privado con el gobierno, también es un terreno común la idea de que Techint juega con sus propias reglas. 

“Es una empresa muy reservada y cuando hace apariciones públicas, como ésta, tiene una finalidad política. Esto no tiene disimulo, son 1500 personas en un contexto político muy delicado y con instrumentos disponibles para poder sortear la situación”, analizan en el gobierno. 

En la Casa Rosada analizan la medida como una presión de parte de Techint, que a su vez tiene gran influencia en la Unión Industrial Argentina (UIA) y en la Asociación Empresaria Argentina (AEA) para relajar las restricciones sanitarias y revitalizar la economía.

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