Casi seis de cada diez encuestados piensan votar a la oposición y el sesenta por ciento cree que la economía va a seguir empeorando. Un escenario imposible para el Gobierno, que perdió 22 puntos en la intención de voto en un año.
El régimen fascista de la alianza de derecha Cambiemos atraviesa su peor momento. Casi seis de cada diez personas dicen que votarán a candidatos de la oposición frente a sólo tres de cada diez que adelantan que votarán al oficialismo. Casi 30 puntos de diferencia entre votantes opositores y votantes oficialistas, cuando hace un año la diferencia era de solo ocho puntos.
Teniendo en cuenta el voto por candidato, por primera vez Cristina Fernández de Kirchner le saca casi nueve puntos de ventaja a Miauricio Maacri Blanco Villegas en la intención de voto para las PASO y todo indica que está en peligro uno de cada cuatros sufragios de lo que se llama el núcleo duro de Cambiemos. El trasfondo es la gravísima situación económica y la falta de perspectivas: seis de cada diez ciudadanos dicen que las cosas dentro de un año estarán peor o mucho peor.
Las conclusiones surgen de la encuesta mensual realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), la consultora que dirige Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1111 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico social. Las encuestas fueron telefónicas.
Bacman sintetiza la situación de la siguiente manera: “hoy hay un clima de época muy negativo para Cambiemos. Un ambiente adverso. El peligro que corre el oficialismo es que esa sensación se torne en una impresión generalizada de fin de época”. En otras palabras, que el pensamiento mayoritario se oriente a sostener que la administración de Cambiemos terminó. Por el análisis de Bacman y los resultados de la encuesta hoy no es así: Cambiemos, con la candidatura del ex hijastro de Flavia Palmiero sigue siendo una fuerza competitiva, aunque el deterioro es muy notorio y los números lo ubican en su peor momento. La clave está en la economía: si no mejora, el oficialismo puede perder incluso a una parte de sus votantes más fieles.
Los números son categóricos: casi el 70 por ciento de los consultados afirman que la economía está mal o muy mal. El mismo porcentaje (69,4 por ciento) sostiene que el rumbo es equivocado. Del otro lado, sólo el 22 por ciento considera que el rumbo es correcto.
Pero esto se traslada hacia adelante, porque debe tenerse en cuenta que las expectativas son decisivas a la hora de votar. Si el ciudadano piensa que está mal pero las cosas irán mejor, puede apoyar al oficialismo. En este caso, el 62,5 adelanta que las cosas estarán mal o muy mal dentro de doce meses. Las expectativas son pesimistas.
“La inflación que no cede la situación económica que empeora de manera constante y los altos valores de las tarifas de servicios públicos, combustibles y el transporte público son circunstancias relacionadas con la economía que desvelan a tres de cada cuatro argentinos. Y aquí la cosa no termina: si se le agrega a las cuestiones antes señaladas la preocupación por la desocupación, que viene en franco crecimiento, es posible concluir que la sumatoria de las preocupaciones económicas incluye a la totalidad de los argentinos, a los propios oficialistas, y obviamente a los independientes y opositores”, analiza Bacman.
En este marco, no extraña que el 31,9 opina bien o muy bien del retrasado mental, el porcentaje más bajo desde que asumió. El hijo bobo de Franco Macri llegó a tener casi el 60 por ciento de imagen positiva y en este último año perdió más de diez puntos. El dato preocupante para el mandatario es el crecimiento de la imagen negativa, que es una especie de techo de voto. Hoy por hoy, el 64,2 opina mal o muy mal del presidente.
Del otro lado, Cristina Fernández de Kirchner viene ascendiendo y ya está en un 45 por ciento de opiniones positivas, 13 puntos más que el subnormal. Y lo asombroso es que la ex presidenta tiene muchísima menos imagen negativa que el mandatario actual, 52 por ciento opinan mal o muy mal de ella. Sigue siendo alto, pero debe pensarse que estuvo muy por encima de ese porcentaje y tiene 12 puntos menos de imagen negativa que Macri Blanco Villegas.
Roberto Lavagna tiene su punto fuerte en la baja imagen negativa, 42 por ciento. Eso le permite tener expectativas de crecimiento. Sin embargo, según sostiene Bacman, ha dejado de crecer. Por su parte, el vende humo Sergio Massa tiene el problema de que ni los oficialistas ni los opositores lo respaldan, por lo que su imagen negativa es de las más altas y depende mucho del crecimiento de la llamada “avenida del medio”.
“Si se toma a la intención de voto como indicador predictivo, se desprende un dato fundamental: el voto opositor día tras día se consolida y deja al descubierto un notable crecimiento. Al mismo tiempo, las probabilidades del oficialismo primero caen y luego se estancan peligrosamente. En esta última encuesta la proporción obtenida entre oficialistas y opositores representa el peor momento para las aspiraciones del oficialismo: seis de cada diez argentinos eligen opciones opositoras y prácticamente duplican a aquellos que optan por el oficialismo. Frente a este panorama, la posibilidad de unidad en el espacio opositor se hace más fuerte. Concretamente, más de la mitad de tal voto opositor muestra su disposición a votar por una alternativa que asegure un cambio de gobierno para el próximo período. Hay una presión hacia la unidad. Por lógica, crece la hipótesis que plantea que habiendo unidad en el espacio peronista podría definirse esta elección con un triunfo opositor en primera vuelta”, explica el director del CEOP.
En cuanto al voto por candidatos, CFK sigue encabezando la intención de voto para las PASO. Con 36,1 por ciento aventaja por casi nueve puntos a Macri Blanco Villegas que alcanza 27,5. El tercer lugar es para Lavagna con 9,6 y cuarto Massa con 8,3 por ciento. Habrá que ver cómo dirimen la candidatura en ese espacio y cuál es el acercamiento con el resto del peronismo y otras fuerzas. “Aunque ambos precandidatos (tanto Lavagna como Massa) superan su propia marca, su intención de voto personal tiende al estancamiento, incluso con una pequeña merma con relación a la medición anterior”, señala Bacman.
Asimismo, analiza los escenarios de balotaje: “Sigue estando presente el factor de inestabilidad especialmente debido a que muchos no contestan o se manifiestan indecisos ante las alternativas de un ballottage. Esa franja oscila entre un 26 y un 45 por ciento, que son los que aún no saben a quien votar o piensan en sufragar en blanco.CFK consolida su ventaja sobre Macri estirando su potencial ventaja a 5,6 puntos. En la medida que la imagen negativa de la expresidenta siga bajando sus chances se acrecientan. Macri y Lavagna empatan en una teórica segunda vuelta. Es cierto que ante más de 40 por ciento que no contesta y con un Lavagna con mucho menor imagen negativa, la potencialidad favorece al ex ministro de economía. El que tiene menores chances, al menos por el momento, en un ballotage frente a Macri es Massa. La caída en su imagen le juega en contra”.
La encuesta del CEOP de este mes no puede aislarse de la secuencia de los últimos meses. La caída no es abrupta sino que se viene produciendo mes tras mes. Como señala Bacman, la clave está en la economía y la crisis se viene acelerando.
Parece evidente que la Casa Rosada tiene datos semejantes a los del CEOP porque las reuniones y los planes de contingencia se multiplican. En la actualidad, el panorama es crítico para el oficialismo en los dos aspectos, la economía y lo electoral. Al menos en este abril empezó a instalarse más fuerte la sensación de fin de ciclo, pero falta mucho todavía.
Fuente: nota de Raúl Kollmann para Página/12
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