sábado, 3 de septiembre de 2022

El hombre que atacó a Cristina se negó a declarar

Fernando Sabag Montiel estuvo frente a la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, pero no brindo ninguna declaración que colabore con el expediente.


Jueza federal María Eugenia Capuchetti
Fernando Sabag Montiel, el hombre de nacionalidad brasileña que intentó asesinar a Cristina Fernández de Kirchner en la puerta del departamento de la vicepresidenta, se negó a declarar anoche ante la Justicia por lo ocurrido en Recoleta. Por cuestiones de seguridad, el acusado no fue trasladado a Inodoro Py y, por eso, la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, a cargo de la investigación, fueron hasta la dependencia policial sobre la calle Cavia en donde está alojado Montiel. Sin embargo, no obtuvieron ninguna declaración que colabore con el expediente.

Según pudo saber Currín, los funcionarios judiciales que le debían tomar declaración decidieron hacerlo ayer luego de que los tests psicológicos concluyeran que Montiel estaba en condiciones de hablar frente a la Justicia ya que, según estas pericias, el joven “está ubicado en tiempo y espacio”, por lo que su defensa no podría alegar que es inimputable.

En Villa del Parque, el barrio donde vivía sobre la calle Terrada, a Montiel lo conocían como “Tedi”. Su madre, Viviana, que se dedicaba a vender ropa, falleció en 2017, a causa de problemas respiratorios.

Diez años atrás -cuentan quienes lo conocieron- el hombre que este jueves 1º de septiembre intentó matar a Cristina Fernández de Kirchner frecuentaba el circuito de bandas death metal. Una de sus costumbres, era proponer negocios que eran “un delirio”, o esperar a músicos famosos a la salida de hoteles.

En marzo de este año, posteó un video donde intentaba una selfie con Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, una semana antes de su muerte. “Vídeo con Taylor Hawkings de Foo Fighters una semana antes de morir, me siento la parca muy fuerte conocer a alguien antes de su muerte”, posteó en Instagram.

Fiscal federal Carlos Rívolo
A fines de agosto, “Tedi” tuvo sus cinco minutos de polémica en Crónica TV. Acompañaba a una joven que decía ser su novia, mientras vendía algodones de azúcar. La joven decía que ya no cobraba planes sociales, que no estaba a favor, porque era “fomentar la vagancia”. En Facebook, en su muro, relató sus enfrentamientos con “las mafias de coperos peruanos”, vendedores de algodón de azúcar sumamente territoriales. Habló de sus peleas a golpe de puño con ellos.

“La plata no se hace mágicamente, sino laburando”, dijo. “No avalamos la discriminación y justificamos a los extranjeros que trabajan se levantan temprano para atender una verdulería y por eso tiene 4x4 y camionetas porque trabajan y se lo merecen pero no estamos de acuerdo con gente que viene de afuera a ocupar una villa y vivir gratis y a vivir de planes sin trabajar y venden droga, habría que extraditarlos”, completó luego.

“Tedi” nunca tuvo un trabajo en blanco. “Hacía tramoyas”, recuerda un viejo contacto suyo, sin saber definir los ingresos de Sabag Montiel. En los últimos tiempos, se había mudado a un monoambiente que alquilaba en San Martín, sobre la calle Uriburu. Tenía una excelente relación con el propietario, sin conflictos. Según vecinos, “Tedi” era dueño de tres taxis que trabajaban en la Ciudad.

El destino inmediato de Sabag Montiel queda por definirse, con estudios de abogados que tocan el timbre en su domicilio de Villa del Parque en busca de representarlo y una causa a cargo de la jueza federal María Eugenia Capuchetti. Tras su detención, fue trasladado a una celda de la dependencia de la calle Cavia de la PFA. 

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