miércoles, 31 de agosto de 2022

Un almuerzo para calmar la interna, pero con el cuchillo entre los dientes: tras una áspera discusión y momentos de tensión, los líderes del PRO dieron por cerrada la polémica entre Rodríguez Larrata y Bullrich Luro Pueyrredón

Acordaron bajar el tono de las declaraciones sobre el operativo del gobierno porteño en Recoleta, aunque la presidenta del partido advirtió que no dejará de opinar. El jefe de Gobierno justificó sus decisiones y advirtió que las críticas “dañan la unidad”.


Luego de un áspero debate, con momentos de mucha tensión, los líderes del PRO decidieron dar por cerrada la polémica generada por las críticas de Patricia Bullrich Luro Pueyrredón al operativo del nefasto régimen porteño en inmediaciones del departamento de Cristina Fernández de Kirchner. En concreto, se resolvió que todos bajarán el tono de las declaraciones sobre el tema, aunque ni la dipsómana presidenta del partido ni el alcalde de la CABA cedieron en sus posturas y quedó la impresión de que se llegó a una tregua muy frágil.

Ese tema fue el único discutido en el almuerzo que se extendió durante unas dos horas y media, realizado en un restaurante de la Costanera, y durante el cual Miauricio Macri casi no medió para pacificar el debate entre Rodríguez Larreta y Bullrich Luro Pueyrredón, que de manera encendida redoblaron sus posiciones. 

El jefe de Gobierno justificó el dispositivo de seguridad realizado en Recoleta y advirtió que las críticas como las realizadas desde su espacio político “dañan al conjunto” de la oposición, mientras que la ex montonera entregadora de compañeros afirmó que seguiría opinando sobre los temas que preocupan a los argentinos porque “el kirchnerismo promete que vendrán tiempos peores”.

Algunos de los presentes destacaron que nunca habían visto tan enojado a Rodríguez Larrata, quien consideró grave que se atacara las decisiones que toma en medio de la ofensiva de Cristina Fernández de Kirchner. Recibió el respaldo explícito, entre otros de dos dirigentes hoy alineados con Macri como María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo. Bullrich Luro Pueyrredón, por su parte, defendió su posición con el argumento de que le habían pedido en la tarde del sábado su apoyo al operativo de la CABA, pero que después el régimen porteño “cambió de opinión y decidió negociar” con funcionarios kirchneristas.

Lo más sugestivo que sucedió en la comida fue que allí se reveló que en la reunión del sábado entre miembros de los gobiernos nacional y porteño, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, amenazó que “si meten presa a Cristina, vamos a incendiar todo”, y se le reprochó a Jorge Macri, ministro de Gobierno de la ciudad y uno de los participantes de ese encuentro, que no lo haya difundido. El primo del domador de reposeras dijo que se trató de bajarle los decibeles al enfrentamiento.

Macri trató en todo momento de acompañar las posiciones de Rodríguez Larrata y de Bullrich Luro Pueyrredón, casi sin tomar partido por ninguno, aunque dejó en claro que el PRO debe rechazar claramente la ocupación del espacio público como hizo el kirchnerismo el sábado pasado en el barrio de Recoleta.

Del almuerzo participaron, además de Miauricio Macri, Rodríguez Larrata, Bullrich Luro Pueyrredón, Jorge Macri, María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo, los dirigentes Diego Santilli, Humberto Schiavoni, Federico Angelini, Laura Rodríguez Machado y Fernando de Andreis.

Al salir del restaurante, Bullrich Luro Pueyrredón estuvo lejos de moderar su actitud. “La sociedad debe ser protegida y no se puede vivir en la anomia, en un país sin ley, y en ese sentido hemos mantenido la posición”, señaló, luego de lo cual manifestó que “a partir de ahora hemos decidido dar por cerrado este hecho y hemos decidido también que cuando el gobierno de la ciudad toma decisiones, previas consultas a todos nosotros, respecto al apoyo que necesita, debe mantener la posición tomada y, en caso contrario, el gobierno de la ciudad debe no preguntar y de esa manera tener la decisión y hacerse cargo y, en consecuencia, será su decisión y no la de todos”.

La sensación que dejó el almuerzo fue que allí se alcanzó una tregua forzada y muy frágil entre Rodríguez Larrata y Bullrich Luro Pueyrredón, que puede romperse en cualquier momento y que, para colmo, no tiene al hijo bobo de Franco Macri con voluntad de convertirse en un mediador entre ambos dirigentes.

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