Esther Morales Ayma estaba internada desde el 6 de agosto. Atendía una carnicería en Oruro y crió al ex presidente tras la muerte de su madre. Pudo haberse convertido en primera dama en 2006, pero siempre prefirió cultivar el perfil bajo.
Esther Morales Ayma, hermana del ex presidente Evo Morales, falleció ayer en un hospital de la ciudad boliviana de Oruro, donde permanecía internada por coronavirus, un cuadro que se agravó por complicaciones renales que arrastraba hace tiempo.
Estaba a cargo de un pequeño comercio. Muchos tras su muerte recordaron que pudo haberse convertido en primera dama en 2006. Pero la hermana mayor de Evo siempre cultivó el perfil bajo, aunque desde su cercanía a las mujeres de la Bartolina Sisa no le escapó a los debates políticos y sociales. El ex mandatario, que se encuentra en Argentina luego del golpe de Estado del 10 de noviembre, despidió a su única hermana, a quien consideraba una madre, y lamentó la imposibilidad de despedirla como corresponde en Bolivia.
"Acompaño en estos momentos de profundo dolor a toda la familia Morales, a mi cuñado Ponciano Willcarani, a mis sobrinos y nietos ante el fallecimiento de Esther, que fue una madre para todos. Mis condolencias. Que en paz descanse", escribió Evo en su cuenta de Twitter. "Por qué tanto odio, racismo y persecución política que me impiden ver, por última vez, a mi única hermana. Para mí, Esther, fue mi madre. La historia juzgará", agregó el ex mandatario.
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Esther Morales no llegaba a los diez años cuando vio nacer a su hermano Evo Morales el 26 de octubre de 1959. A pesar de su corta edad, fue ella quien ayudó a su abuela para atender a la parturienta: "A mí me dijo imilla (niña en aymara) anda traer ollita de barro, estábamos en el cuarto y me dijo que prenda leña, fuego, harina y alcohol”, recordó sobre aquel día el diario La Razón. Por algo, el ex presidente de Bolivia siempre la quiso como a una madre.
Esther y Hugo eran los hermanos que conservaba Evo Morales, el quinto de siete hijos del matrimonio entre Dionisio Morales y María Ayma. Los otros cuatro murieron de chicos. "Era como su madre porque fue quien lo crió luego de la muerte de su mamá. Tenían una relación de mucho cariño y muy cercana", aseguró María Bolivia Rothe, médica sanitarista y jefa de Unidad de Promoción de Salud durante la presidencia de Evo Morales.
Esther tenía un puesto en el mercado de Oruro donde vendía carne. Casada y madre de tres hijos, estaba previsto que ejerciera como primera dama de Bolivia con la llegada al poder de un soltero Evo Morales en 2006. Pero ambos prefirieron que no fuera así, para que los grandes medios del país, críticos del proyecto político del MAS, no dijeran que con esa decisión favorecía a familiares. "Es falso que Esther se sintió muy triste cuando se quedó sin la posibilidad de ser primera dama. Esther trabajó mucho por el partido y porque Evo sea presidente. Pero jamás Esther tuvo esas ambiciones", expresó Rothe.
De todas formas, con cierta frecuencia la hermana mayor del entonces mandatario boliviano lo acompañaba en viajes oficiales. "Le ayudé bastante, viajé hasta Cobija trabajé para apoyarlo donde mi hermano no podía ir, yo estuve representándolo, en las cuatro o cinco campañas, revocatorio, gobernación, constituyente… Ni me acuerdo, pero fue una pérdida económica personalmente, pues no estuve atendiendo a mi negocio; no hay quién atienda igual a uno, entonces uno pierde clientes", decía Esther Morales en septiembre de 2011, entrevistada por el diario Opinión.
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A pesar de no interesarse por la política partidaria, Esther Morales participó por un tiempo de distintas actividades públicas. Por ejemplo, apoyó a los bolivianos residentes en España y militó activamente a favor de la demanda marítima de Bolivia en Chile.
Dedicada de lleno a su pequeño comercio, volvió a ser noticia en noviembre del año pasado cuando, tras la renuncia forzada de su hermano en medio de violentas protestas orquestadas por grupos reaccionarios con apoyo militar, su domicilio fue incendiado al igual que los inmuebles de otros referentes del MAS. "La última vez que hablé con ella fue cuando le quemaron su casa. Estaba muy triste y se puso a llorar. Era una mujer muy sencilla, muy del pueblo”, señaló Rothe.
"Esther fue una madre. Cuando de dirigente me detenían y confinaban, ella me defendía y reclamaba por mí libertad. Me acompañó en los momentos más duros sin importar represalias. Nunca ocupó cargos públicos, pese a lo cual, en el golpe de 2019 quemaron su casa y la persiguieron", recordó también el ex presidente sobre aquellos días oscuros.
María Bolivia Rothe elige recordar a Esther Morales por su sencillez y su hospitalidad. "Tomábamos cafecito y api (bebida típica elaborada a base de granos de maíz morados) en su casa. Me abrazaba y siempre me escuchaba. Cada vez que iba a Oruro la visitaba. Le habían hecho un trasplante renal y yo le hacía mermelada de arándano porque ella sabía que era bueno para los riñones. Entre noviembre y enero ella me llamaba y me reclamaba: -¿Dónde están mis mermeladas de arándano? La hermana Esther era muy bella y muy cariñosa".
Por Guido Miguel Vassallo para Página/12
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