El senador radical visitó el fin de semana al presidente en Olivos, en absoluta reserva. La interna con el jefe de Gobierno.
El jefe de Gobierno porteño se enteró que el senador fue hasta la quinta presidencial de Olivos en absoluta reserva para dialogar con el presidente. Si bien el encuentro pudo ser confirmado, nada se sabe del contenido de la charla.
A pesar de que Rodríguez Larrata mantiene el buen diálogo y el vínculo con Alberto, enterarse de la reunión secreta no le cayó nada bien y trascendió su disgusto. El lunes por la tarde el alcalde capitalino escribió un hilo de tuits expresando su rechazo a la reforma judicial del Gobierno.
Detrás del enojo esta la tensa interna que Rodríguez Larrata mantiene con Lousteau, que con sus últimos movimientos empezó a inquietarlo, pese a que sus allegados insisten en que no le molestó que Losuteau haya ido a Olivos.
El senador empezó a jugar fuerte en la interna del radicalismo en la provincia de Buenos Aires, donde junto con Emiliano Yacobiti empuja la candidatura de Gustavo Posse contra Maxi Abad. La maniobra tiene el aval del histórico operador del radicalismo Enrique "Coti" Nosiglia.
En el sector creen que un triunfo de Posse consolidaría a Lousteau como referente nacional del radicalismo con base en la provincia de Buenos Aires y le daría más espalda para intentar una candidatura presidencial en 2023. El mismo sitial al que aspira Rodríguez Larrata como jefe de toda la oposición.
En el larratismo creen que Lousteau agita un proyecto nacional para que Rodríguez Larrata no apueste a quedarse con el control de la CABA, incluso con una candidatura de María Eugenia Vidal. En el entorno del radical apuestan a un acuerdo no escrito para que en 2023 sea su turno en la ciudad, tras haberle dejado el camino libre el año pasado.
Por eso se guardan la carta de un proyecto nacional de Lousteau como una amenaza de dividir a la oposición en 2023, lo que golpearía seriamente el proyecto de Rodríguez Larrata. En el PRO porteño saben que necesitan a toda la oposición adentro y esa es, hoy por hoy, la principal preocupación política del jefe de Gobierno.
Es por eso que la cumbre secreta en Olivos fue también una jugada de Alberto para tensionar la oposición, algo que también intenta subiendo al ring a Miauricio Macri Blanco Villegas. Se trata de una estrategia histórica del peronismo para dividir a sus adversarios.
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