Ya se encuentran en marcha varias iniciativas para "después que pase la emergencia sanitaria".
En la Casa Rosada se está trabajando en la reforma impositiva y no se ha descartado la idea del Consejo Económico y Social, pero estas iniciativas serán para “después que pase la emergencia sanitaria”, comentó una alta fuente del entorno del presidente Alberto Fernández.
Lo que sí está “próximo a salir” es el proyecto de modificación de la Justicia. En esta iniciativa estuvieron trabajando el propio jefe de Estado junto a la ministra de Justicia, Marcela Losardo, la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz y numerosos juristas independientes.
La intención, explican, “es que no sea un proyecto de Alberto Fernández”, sino una reforma del sistema acordada con los principales referentes académicos.
En tanto, la reforma tributaria apunta según la aspiración oficial, a reducir la mayor cantidad de impuestos actuales, está siendo elaborada por: Mercedes Marco del Pont (titular del AFIP), Miguel Pesce, (presidente del Banco Central), Matías Kulfas, (ministro de la Producción y Cecilia Todesca (vicejefe de Gabinete de Ministros). ¿Qué comparten todos estos funcionarios en común?: son leales al presidente y ninguno de ellos es experto tributario.
En el Gobierno consideran que esta iniciativa irá al Parlamento recién cuando el Congreso funcione de manera presencial. ¿Cuándo estará vigente? Difícil saberlo aún. Un primer paso en este sentido ya se dio con el proyecto de moratoria que ingresó al Parlamento.
A nivel oficial, estiman con criterio que esta iniciativa no tendrá mayores problemas en ser sancionada. “Saben que la gente la necesita”, admiten.
El famoso Consejo Económico Social, otra promesa presidencial, se conformará, pero más adelante, “porque tratará políticas de largo plazo”.
Plan B
En tema de la deuda externa está llegando a su definición final con la presentación de la “última oferta” este lunes. A pesar que el presidente Fernández cuenta con la ayuda del Papa Francisco, de Kristalina Georgieva, titular del FMI, de países como Alemania, Francia (entre otros), del Premio Nobel Joseph Stilglitz y de prestigiosos economistas, el ministro de Economía, Martín Guzmán no puede garantizar que no caeremos en default (aunque otros grupos se sumen a la iniciativa oficial, podría no ser suficiente). Es más, en los últimos días admitió públicamente que “el grupo Ad-Hoc de acreedores no aceptó la oferta”.
A punto tal que en el entorno más estrecho del presidente confiesan que “estamos trabajando en un plan B por si no hay acuerdo” y agregan que el default “no es la muerte”.
Consecuencias
El tema no es menor porque la falta de una resolución con la deuda externa podría agregar un punto y medio de caída adicional al derrumbe que ya viene experimentando la actividad económica, según mediciones privadas.
Los economistas ya estiman, en promedio, una disminución de 12% para el producto bruto interno en el año. Así, de no llegarse a un entendimiento, la caída podría estirarse hasta la cifra sin precedentes de 13,5%. Peor aún, la falta de acceso a los mercados de crédito internacionales que traería un default, provocaría daños a largo plazo a la economía del país.
El dato positivo es que “el presidente cree que hay una gran chance, de algo así como del 70%, de terminar bien las negociaciones”, comentan cerca del despacho del primer mandatario.
Si alguien piensa que Guzmán hoy no tiene peso en el gabinete nacional, (a pesar de que no puede, por el momento, cosechar éxitos en su gestión) se equivoca.
Descartan de plano un cambio de ministro: “Está más fuerte que nunca” al tiempo que admiten que “Alberto habla con frecuencia con Carlos Melconian, con Roberto Lavagna y con Martín Redrado”.
Es decir, que el jefe de Estado no tiene problemas en nutrirse de diferentes visiones para enfrentar el desafío de la recuperación económica.
Sectores estratégicos
El plan para evitar más pérdidas de empleo y reactivar la economía se focalizará en la revitalización de las obras públicas; incentivar las privadas (es un sector que puede recibir los ahorros que no pueden ir al dólar); priorizar a los sectores productivos que exportan, y sectores vinculados a la salud.
La apuesta a Vaca Muerta o a la minería no se abandonó. En el Gobierno confían en que en pocos meses los yacimientos de Vaca Muerta volverán a tener las inversiones que tenían antes de la pandemia.
Un dato los alienta: tras haber caído prácticamente a cero la actividad en abril, en junio ya se observa una sensible recuperación. ¿Quiénes están haciendo las inversiones? Particularmente las empresas multinacionales que, por sus espaldas financieras pudieron aprovechar los precios de ocasión derivados de la recesión. Se trató de una oportunidad para estos grupos, pero también un indicador de la capacidad de sobrevida de estos emprendimientos.
Además del petróleo y sobre todo el gas, en el ministerio de Desarrollo Productivo están trabajando en proyectos para dinamizar a la agroindustria apuntando a incorporar valor. Con particular interés observan la creciente demanda asiática de carne.
Un área que entusiasma particularmente son los proyectos de electromovilidad. En ese sentido, apuestan a desarrollar la cadena completa para la fabricación de buses eléctricos en el país.
El punto de partida es particularmente bajo. Las cifras oficiales arrojan que en abril la actividad cayó 26,4% retrocediendo al nivel ya alcanzado en 2005.
No será fácil, este año el PBI caerá en el orden del 12%, aumentará el desempleo, según datos preliminares de la Universidad Católica Argentina (UCA) cerca de 900.000 personas perdieron sus trabajos en los últimos meses y con una inflación cercana a 40%.
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