Deberán presentarse como presuntas víctimas en el juzgado de Lomas de Zamora. En que consiste la investigación sobre una red de espías que seguía a políticos, gremialistas, periodistas y jueces.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larrata; la ex gobernadora fascista bonaerense María Eugenia Vidal, el ex presidente interino Eduardo Duhalde y los gremialistas Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, entre otros, fueron citados ayer por la Justicia para informarles que una organización ilícita en las entrañas del nefasto régimen de Miauricio Macri Blanco Villegas los siguió y espió sin ninguna causa legal que lo justificara.
Entre las víctimas del espionaje ilegal macrifascista hay una veintena de dirigentes, jueces, periodistas y hasta integrantes de la comunidad mapuche.
El juez federal Federico Villena los convocó para los próximos días en el juzgado federal de Lomas de Zamora para informarles de la existencia “una organización criminal dedicada a la realización de actos de espionaje interno, prohibidos por la ley” de inteligencia. Esa estructura funcionaba desde “el Estado Nacional, Provincial y Local” y sus integrantes cumplían diferentes roles estratégicos. Así “valiéndose de su calidad de empleados públicos y agentes y/o dependientes de las fuerzas de seguridad y/o de la Agencia Federal de Inteligencia, habrían llevado a cabo distintas maniobras ilícitas de carácter indeterminado y realizado tareas de inteligencia y/o espionaje en infracción a la ley 25.520, en distintos períodos y abarcando diversas jurisdicciones".
El juez esta citando a los espiados para mostrarles la documentación que se encontró en poder de un abogado y ex agente de la AFI, F.M. (o Facundo Melo, porque él mismo se presentó en televisión), pero también de otros integrantes de esa red que quedaron bajo sospecha. Los alcances de esa organización todavía se desconocen.
“Me llegó la citación en calidad de víctima pero no tengo ningún dato más, ningún otro detalle. Nunca sospeché ni tuve ningún dato de que me podían espiar, pero hasta que no hable con el juez no sé nada", comentó ayer Rodríguez Larrata cuando le preguntaron por radio tras recibir la cédula del juzgado. Otros de los involucrados también confirmaron haber recibido la notificación.
Es que Cristina Fernández de Kirchner, Rodríguez Larrata y su vicejefe de Gobierno Diego Santilli; la ex gobernadora Vidal y su ex ministro de Seguridad Cristian Ritondo -hoy jefe de bloque de diputados del PRO- fueron informados de esta causa. También los ex diputados Nicolás Massot, quien fue jefe de la bancada macrista en Diputados; y Emilio Monzó, quien comandó la Cámara de Diputados durante la gestión. Y uno de los referentes del PRO, Waldo Wolff.
En la lista también figuran el senador Maurice Closs y los intendentes de Lomas de Zamora Martín Insaurralde, de Avellaneda Jorge Ferrari. También el el ex intendente de La Plata Pablo Oscar Bruera.
Pero no solo dirigentes de la política figuran en la lista de víctimas de este entramado. Del mundo judicial, uno de los espiados fue Martín Irurzun, el presidente de la Cámara Federal porteña. Y del ámbito gremial, en primera fila están el camionero Hugo Moyano y el gastronómico Luis Barrionuevo, cuya esposa, la diputada Graciela Camaño, también fue monitoreada. El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lugones y el sacerdote José María Di Paola, referente algunos curas villeros, así como también los periodistas Hugo Alconada Mon y Marcelo Veneranda, del pasquín envuelve huevos de derecha La Nación.
Entre los citados figuran también integrantes de la Comunidad del Pueblo Mapuche en Argentina. Un nombre que llamó la atención dentro de los que vigilaban fue Salvatore Pica, quien era el novio de Florencia Macri.
Las notificaciones se giraron en el marco de la ley de víctimas. Pero esos nombres no serían los únicos a los que habrían vigilado. “La lista es larga. Todavía no se terminó de analizar toda la prueba, pero sigue todo bajo secreto”, remarcaron con hermetismo las fuentes consultadas. “Hay mucho material sobre cómo operaban”, decían los que pudieron tener acceso a la investigación.
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