Entre los contagiados, 148 son refugiados y dos, empleados del centro. Lesbos, Quíos, Samos, Leros y Kos son los cinco campos de recepción de Grecia, país que alberga a unos 40.000 refugiados.

El enclave, ubicado en la región griega de Argólida, está gestionado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y alberga a un total de 470 refugiados del corazón de África, principalmente de países como Camerún y la República Democrática del Congo.
La cifra de ayer desató las alarmas en el país, que alberga gran cantidad de campos de detención y centros de recepción para migrantes y refugiados, la mayoría de ellos marcados por el hacinamiento y la falta de condiciones sanitarias mínimas, sobre todo en las islas del Egeo.
Lesbos, Quíos, Samos, Leros y Kos son los cinco campos de recepción -que muchas ONG humanitarias han calificado como centros de detención- en donde unos 40.000 refugiados se encuentran en condiciones de hacinamiento, sin acceso al servicio sanitario, a la espera de una decisión de Grecia y la Unión Europea.
Luego de realizarse 500 pruebas, fueron detectados 150 casos positivos, 148 son refugiados y dos, empleados del hotel, explicó el viceministro de Protección Civil, Nikos Jardaliás.
La OIM agregó a través de un comunicado que las instalaciones del lugar fueron desinfectas e informó que proporcionó psicólogos, trabajadores sociales y traductores para gestionar la situación.

La primera mujer que fue internada fue trasladada en ambulancia sin registrar síntomas de coronavirus al hospital de Nafplio, localiad cercana, y tras varias pruebas realizadas el domingo pasado, se le confirmó el diagnóstico positivo de Covid-19.
El gobierno griego anunció ayer que China donará 20.000 mascarillas médicas, de las que 5.000 irán a Porto Jeli, mientras que el resto se repartirán en las islas del Egeo.
Grecia, a diferencia de muchos de sus vecinos en Europa, es considerado un caso de relativo éxito en la gestión de la pandemia. El país registra hasta el momento 2.245 infectados y 116 muertos, según datos la Universidad estadounidense Johns Hopkins y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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