lunes, 20 de abril de 2020

El bloqueo a Cuba no para ni con la pandemia

Jack Ma, el multimillonario dueño de Alibaba, donó kits de diagnóstico y barbijos a 24 países de la región. La carga no llegó a la isla. 


En los cielos casi vacíos del mundo hay un avión que nunca llegó a destino. 

Por más que se había anunciado su arribo desde China a Cuba, no pudo aterrizar en La Habana. El 22 de marzo, Jack Ma, el multimillonario dueño de la plataforma de comercio virtual Alibaba anticipó que donaría a través de su fundación suministros esenciales para luchar contra la pandemia a 24 países de América Latina. 

Pero hubo uno que no recibió los barbijos ni los kits de diagnóstico y otros implementos necesarios para detener la expansión del coronavirus. El bloqueo unilateral de Estados Unidos -y al que solo apoyaron en 2019 los gobiernos de Israel y Brasil en la ONU- impidió que la carga terminara en la capital de la mayor de las Antillas.

El sábado último el presidente cubano Miguel Díaz Canel se reunió con científicos de la isla y anunció que “en las próximas tres semanas se pronostica que entremos en la fase más difícil de la pandemia”. Su país entonces no tendrá esos elementos indispensables para afrontarla porque todavía rige la orden ejecutiva que firmó el 3 de febrero de 1962 el entonces presidente de Estados Unidos John F. Kennedy. Pasaron 58 años y ni los miles de infectados y muertos que se extienden por el mundo la detuvieron. En Cuba ayer se informó que son 1.035 los contagiados y 34 fallecidos.

“Hay que emplear racionalmente las energías y los recursos que son escasos, porque ratifico que seguimos estando bloqueados, que sigue arreciando contra nosotros esa política cruel, asesina y prepotente del gobierno imperial”, dijo Díaz Canel en La Habana. Esos recursos no se incrementaron porque el avión con la donación de Ma se vio impedido de llegar a la isla. El hecho lo denunció a fines de marzo en su blog el embajador cubano en Beijing, Carlos Miguel Pereira Hernández. “Las cosas para Cuba siempre son más difíciles”, escribió el diplomático y contó cómo se frustró el envío del cargamento que el empresario chino había dispuesto para luchar contra la pandemia.

“Resulta que su transportista, una empresa estadounidense contratada para hacerlo, declinó a última hora su encomienda bajo el argumento de que las regulaciones del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra el país de destino, recrudecido por la administración de turno en EE.UU., le impedían hacerlo”, informó Pereira Hernández, quien desde noviembre de 2019 es el embajador cubano en China.

Está claro que la carga no llegó por las consecuencias de la guerra comercial de Estados Unidos contra Cuba que ya se acerca a las seis décadas, pero Alibaba habría cometido un error adicional al contratar a una compañía áerea que no era la indicada: la colombiana Avianca Cargo. 

La periodista Lupe Mouthón del diario El Heraldo de Barranquilla escribió el 23 de octubre pasado: “Si bien la aerolínea fue constituida bajo las leyes de Panamá, hace un tiempo quedó sujeta a la jurisdicción de Estados Unidos, luego de la transferencia que hizo la sociedad matriz de Synergy Aerospace Corp, de aproximadamente el 78% de las acciones ordinarias y con derecho a voto que tenía, desde una sociedad establecida en Panamá a una sociedad de responsabilidad limitada constituida en Delaware (EE.UU.), propiedad en su totalidad de Synergy (BRW)”.

El gobierno de Donald Trump amenazó una y otra vez durante 2019 con sancionar a Avianca por sus vuelos a Cuba y la compañía decidió dejar de operar desde enero de este año hacia La Habana. Es más, la propia aerolínea hasta reconoció que podría haber incurrido en una violación a las leyes extraterritoriales de EE.UU. en un comunicado que publicó la superintendencia Financiera de Colombia: “La compañía identificó que los vuelos comerciales regularmente programados entre ciudades en Centro y Sur América y La Habana, Cuba y las operaciones relacionadas en Cuba, que históricamente ha realizado, pueden haber constituido violaciones involuntarias a las Regulaciones Estadounidenses para el Control de Activos Cubanos (U.S. Cuban Assets Control Regulations, CACR) durante el período posterior a la Transferencia de Acciones”.

La cuestión se volvió más controvertida después de que el ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, anunciara el 6 de abril pasado que había arribado a la isla “un donativo enviado por el gobierno de la República Popular China para el enfrentamiento a la covid-19”. Consistía, según la agencia china Xinhua, en un cargamento de 2 mil máscaras N° 95, 10 mil barbijos quirúrgicos, 2 mil trajes de protección y la misma cantidad de gafas protectoras, guantes y zapatos de aislamiento. Pero al día siguiente, el propio canciller denunció lo que había pasado con el avión que llevaba la carga del empresario Ma: “El bloqueo de EE.UU ataca constantemente la batalla de Cuba vs. la Covid-19. Impedir la llegada del lote de mascarillas, kits de diagnóstico y respiradores artificiales donados por la Fundación Alibaba es un ejemplo que desgarra. Evidencia que el bloqueo es cruel, inhumano, genocida”.

Ma, el dueño del emporio chino de comercio electrónico difunde cada una de las donaciones que realiza en su cuenta de Twitter bajo el hashtag #Un mundo, una lucha. La que no llegó en aquel vuelo a Cuba era una más entre otras destinadas a 24 países de América Latina como Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, República Dominicana y Perú. “¡Enviaremos a larga distancia y nos apuraremos! ¡Somos uno!”, exclamaba.

El empresario tiene además de Alibaba un porcentaje considerable del club Guangzhou Evergrande, el múltiple campeón de la Superliga de fútbol china. Es el mismo que en su última visita a la Argentina en 2017 dijo de Miauricio Macri Blanco Villegas: “Respeto su sacrificio, su apertura y su gran visión para este país”. El hombre de negocios que solía sostener sin ponerse colorado, que “cualquiera debería estar preparado para trabajar 12 horas al día si quiere tener éxito”. Propuso en su blog un sistema que se denomina 996. Trabajar de las 9 de la mañana a las 9 de la noche seis días a la semana.

La historia del avión con la donación que nunca arribó al aeropuerto José Martí de La Habana es un episodio más en la extensa lista de violaciones al derecho internacional humanitario que comete el gobierno de Estados Unidos contra Cuba. La aplicación de la ley Helms-Burton de 1996 cuyo Título III activó Trump en abril del año pasado, profundizó las sanciones a la isla. Alibaba, el principal competidor de Amazon -uyo dueño es Jeff Bezos, el hombre más rico del planeta-, perdió de vista ese detalle y el pueblo cubano no recibió los materiales sanitarios que necesitaba.
Fuente: nota de Gustavo Veiga para Página/12

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