Algunos ex funcionarios seguirán ligados a la política, otros volverán a la actividad privada, presidirán fundaciones o se dedicarán a la consultoría en temas jurídicos y económicos, e incluso uno se volcará a la producción de espectáculos teatrales.
Aunque algunos ya habían tomado la decisión de alejarse de la política antes de que Miauricio Macri Blanco Villegas perdiera en las elecciones presidenciales y hubo otros que decidieron cambiar de rumbo sobre la marcha porque aún conservaban la esperanza de dar vuelta los resultados, los hombres y mujeres que ocuparon lugares de poder político en los últimos cuatro años comenzaron a reconfigurar su futuro profesional a partir del 10 de diciembre.
El primero en hacer público su destino fue el ex ministro de Transporte Guillermo Dietrich, quien, a 17 días de abandonar su cargo, admitió que retomará la actividad privada y descartó que vaya a ocupar algún cargo en la “mesa chica” de Horacio Rodríguez Larrata. “No voy a tener ningún rol en el gobierno de la Ciudad”, remarcó.
Dietrich, que se desarrolló profesionalmente junto a sus hermanos en un grupo de empresas creadas por su padre dedicadas a brindar “soluciones para movilidad”, dijo que seguirá trabajando -pero desde otro lugar- en políticas públicas para el transporte. “Mi vocación fue entrar a la política para transformar el país, pero voy a seguir trabajando para eso”, señaló en declaraciones a Radio Nacional.
Antes de asumir en el Ministerio de Transporte de la Nación, en 2015, Dietrich había ocupado el mismo puesto en el gobierno porteño desde 2009. “Hace 10 años trabajamos juntos con Horacio, siempre voy a estar a disposición, pero no voy a tener ningún rol en el gobierno de la Ciudad”, explicó y reconoció que lo único que lo motiva -por el momento- es continuar colaborando con el armado de un partido opositor a Alberto Fernández a nivel nacional.
El ex jefe de Gabinete y monje negro del régimen macrifascista, Marcos Peña Braun, fue otro de los que blanqueó de antemano su futuro pos-Casa Rosada. “Si Macri ganaba, igual yo no hubiese seguido en el Gobierno", dijo el 29 de noviembre, cuando ya había fracasado el intento de reelección del hijo bobo de Franco Macri.
Si bien Peña Braun aseguró que el idiota confeso ya estaba al tanto de la decisión, hubo muchos dentro del partido que pensaron que seguiría en ese mismo cargo si los resultados se revertían en las urnas tras las masivas muestras de apoyo que había recibido el régimen macrifascista en el mes previo a la elección.
“Lo habíamos hablado ya hace varios meses. ¿Por qué? Creo que tiene que haber recambio. Este es un cargo muy desgastante, muy cansador: te comés los balazos, la piña, todos los golpes”, admitió el hijo de puta.
Dijo que no va a extrañar el poder porque “es una etapa cumplida” y que, más allá de que continuará ligado a la política, se dedicará a la consultoría de asuntos globales.
El ex ministro de Interior, Obra Pública y Vivienda Rogelio Frigerio también se desempeñará como consultor. “Armó una consultora de asesoramiento político y económico a empresas y al sector privado junto a su amigo Emilio Monzó”, precisaron desde el entorno del ex funcionario.
La idea es arrancar en febrero ya que tanto Frigerio como el ex presidente de la Cámara de Diputados están de vacaciones. “La consultora acaba de ser inscripta en la Inspección General de Justicia bajo el nombre de Symphonia, que significa ‘acuerdo’ en griego”, detallaron. "Los directores titulares serán Frigerio y Monzó y el ex diputado Nicolás Massot será director suplente y accionista", informaron.
Además de estar colaborando con la ONG Unidos por la Justicia, el ex ministro de Justicia Germán Garavano se pondrá al frente de su propio estudio jurídico en el barrio porteño de Retiro (situado en Paraguay y Reconquista). Pero sus expectativas están depositadas en la posibilidad de acceder a un cargo de relevancia internacional.
“Estoy postulado para ser fiscal de la Corte Penal Internacional de La Haya. Fui admitido y la definición tendrá lugar en febrero. Hay más de 100 fiscales de todo el mundo que aspiran a ese puesto”, contó a Garavano.
Reconoció que “es muy difícil” que resulte elegido, pero se mostró conforme de haber tenido la posibilidad de intentarlo. “Es el cargo que ocupó el abogado Luis Moreno Ocampo, que fue el primer argentino en convertirse en fiscal de La Haya. Para mí es todo un desafío y recibí mucho apoyo de organismos nacionales e internacionales”, resaltó.
Garavano, por el momento, descartó volver a la política dentro de dos años con un cargo legislativo. “Por ahora no está en mis planes, pero voy a asesorar a diputados y senadores en lo que respecta a la reforma judicial y seguir monitoreando los temas que el nuevo gobierno está dispuesto a darle continuidad, como la política carcelaria, la política de datos abiertos, la trata de personas y el programa de protección de testigos”, explicó.
En su despedida de la vicepresidencia y al presidir la última sesión en la Cámara de Senadores, Gabriela Michetti se mostró muy emocionada. Quizá porque sabía que su futuro político era incierto y las últimas decisiones que había tomado Macri Blanco Villegas -que no la incluyó en ningún cargo legislativo ni la tuvo en cuenta para el armado de su posible segundo mandato- la llevaron a reflotar su sueño de liderar una fundación para discapacitados.
Pero antes de volver al ruedo con el trabajo, Michetti se tomó unos días de descanso en Laprida, su pueblo natal, y luego pasará por el quirófano. “Voy a operarme los hombros porque los tengo destrozados de estos años de 12 horas diarias de trabajo y de tantísimos viajes internacionales, muy relámpagos todos, sin hacer rehabilitación y sin cuidar para nada los temas de mi paraplejía”, confesó la ex vicepresidenta.
En lo que respecta al panorama laboral, dijo que tiene en mente tres o cuatro proyectos que la atraen mucho: “Debo decidir entre ellos dónde poner mayor energía y priorizar. Por ahora lo único que voy a decir es que tienen que ver con la discapacidad, con las inversiones y el comercio internacional y con la comunicación estratégica”.
La suerte de Federico Pinedo y el lugar que ocupa dentro del PRO no se asemeja en lo más mínimo a lo sucedido con Michetti. A pesar de que el ex presidente del Senado abandonó el Congreso el 10 de diciembre, después de 16 años de ocupar cargos legislativos (los 12 anteriores se desempeñó como diputado), Pinedo había sido tentado por el ex hijastro de Flavia Palmiero para ser embajador en el caso de haber obtenido la reelección.
Ya caída esa posibilidad, sumada a su negativa a radicarse fuera del país, Pinedo aspiraba a ocupar un cargo en un futuro gabinete macrifascista. Pero, dados los resultados electorales, volverá a desarrollar su profesión y se dedicará a ejercer el derecho de manera privada.
El nefasto ex titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos Hernán Lombardi, señalado como uno de los “hombres de confianza” de Macri Blanco Villegas, también retomará la actividad privada y se dedicará a la producción de espectáculos teatrales.
Si bien antes de dedicarse a la política había hecho carrera como empresario hotelero, gracias al legado de su padre también ingeniero, tiene en sus planes despegarse de la política para volcarse al mundo el espectáculo.
Hasta el día de hoy, la única que seguirá ligada a la política de manera activa será la beoda ex ministra de Seguridad, Patricia Bullirch Luro Pueyrredón, quien a fines de noviembre fue ratificada por Macri Blanco Villegas como futura presidenta del PRO. En un encuentro celebrado en Olivos, junto a todos los presidentes del partido en las provincias, se decidió que la ex montonera entregadora de compañeros fuera la única candidata para renovar las autoridades partidarias en febrero.
“Desde que terminé la gestión estoy organizando el Instituto de Estudios Estratégicos de Seguridad y ya teniendo reuniones para avanzar en eso. Y, por otro lado, estoy recibiendo a dirigentes del PRO en lo que va a ser mi nueva tarea de presidenta del partido. Tuve agenda desde las 8 de la mañana hasta las 20 horas, todavía no paré”, contó la borracha, quien tiene previsto tomarse vacaciones en el mes de enero para irse “unos días afuera”.
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