La desquiciada diputada oficialista mandó a enfrentar en la Justicia el plan del rionegrino, mientras el régimen macrifascista busca un acuerdo para ganarle al kirchnerismo.
La novela sobre la posible postulación de Alberto Weretilneck a un tercer mandato como gobernador de Río Negro -algo que la Constitución provincial en principio le impide- sumó un capítulo extra con la incorporación a la pelea de Elisa Carrió, que se pondrá al frente del litigio judicial contra la re-reelección y chocará nuevamente con la Casa Rosada, que negocia un acuerdo con el rionegrino para enfrentar al kirchnerismo.
Con apoyo explícito de Carrió, que recibió en su casa a las autoridades provinciales a fines de 2018, la Coalición Cínica rionegrina anunció que presentará una declaración de certeza sobre el artículo 175 de la Constitución, el que le prohibiría a Weretilneck presentarse nuevamente.
"No hay nada más claro que el artículo 175, pero si la discusión está centrada en si puede o no ir por la 're-re', estamos trabajando para presentar una declaración de certeza ante la Justicia electoral, tema que tratamos con 'Lilita' cuando estuvimos con ella en Exaltación de la Cruz y nos pidió ir por ese camino", declaró el dirigente Javier Acevedo. La diputada tiene previsto visitar la provincia en febrero, para completar la jugada.
Así, la Coalición Cínica (CC) busca contrarrestar la estrategia del mandatario que consiste en dilatar los tiempos y esperar a que la justicia se expida recién cuando haya una impugnación a su candidatura, ya consumada. Con el adelantamiento de las elecciones para mayo o junio, Weretilneck cree que el tema podría no llegar a la Corte Suprema antes de esa fecha y confía que tanto el Tribunal Electoral Provincial como el Superior Tribunal de Justicia le darán la razón.
En caso de que llegue a la Corte la gran apuesta de Weretilneck es a una negociación política impulsada tanto por la Casa Rosada como por Miguel Ángel Pichotto, que son sus posibles aliados para enfrentar al kirchnerismo en las urnas. El senador ya se mostró a favor que el máximo tribunal no se ocupe de los temas electorales de cada provincia, como sostuvo en el caso de la Ley de Lemas de Santa Cruz. No obstante, en ese fallo los cortesanos advirtieron que sí intervendrán si se trata de lecturas completamente contrarias a las constituciones provinciales.
La jugada de Carrió choca nuevamente contra los deseos electorales de la Casa Rosada, que coquetea con la posibilidad de apoyar a Weretilneck para evitar un triunfo de Martín Soria, aliado al kirchnerismo. La chaqueña incogible ya ha sido muy crítica de la estrategia electoral de Marcos Peña Braun Menéndez y Durán Barba de polarizar con Cristina y acaba de salir duramente a denunciar un pacto secreto con Juan Schiaretti en Córdoba para entregarle la reelección.
En la Rosada ahora analizan llevar a Weretilneck (lo que implicaría un apoyo explícito a su jugada judicial) como candidato y completar la fórmula con el diputado Sergio Wisky. No obstante, el legislador del PRO no quiere saber nada con eso y critica cada puede el intento reeleccionista. Incluso, analiza sumarse a la embestida judicial de Carrió, aunque desde Buenos Aires podrían frenarlo.
Wisky ya lanzó su candidatura a gobernador y confía en que si Weretilneck queda fuera de competencia tiene chances de ganarle a Soria. Para eso, apuesta a que se unifique la elección provincial con la nacional, que es el plan B de la Casa Rosada si no alcanza un acuerdo con el mandatario.
El diputado estuvo a mediados de diciembre en la Quinta de Olivos con Marcos Peña Braun Menéndez y se llevó la idea de que el jefe de Gabinete no avala el acuerdo con Weretilneck, aunque las negociaciones existen. En esa reunión estuvo el ex vicegobernador radical Bautista Mendioroz, hoy dirigente de la CC de Carrió.
Mendioroz es, paradojicamente, el antecedente que la oposición tiene para rechazar la "re-re" de Weretilneck. En 2001, cuando cumplía su segundo mandato como vice de Pablo Verani, fantaseó con presentarse como gobernador en 2003 y la Justicia determinó que no podía hacerlo. Los argumentos serían los mismos que hoy plantea Weretilneck, que también paradojicamente fue uno de los principales opositores a la jugada de Mendioroz.
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