La ex presidenta publicó un texto tras la muerte de su ex canciller y afirmó que Timerman "se enfermó por el dolor y el sufrimiento que le provocó el irracional e injusto ataque que ambos sufrimos". "Héctor además de judío era por sobre toda las cosas argentino y peronista”, lo recordó.
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner le dedicó un texto a su amigo y ex ministro de Relaciones Exteriores Héctor Timerman, quien falleció ayer a la madrugada a los 65 años por un cáncer que lo aquejaba desde 2015.
Allí contó cómo se enteró de la noticia desde su casa de El Calafate en lo que calificó como “el 30 de diciembre del peor año que se recuerde”. Aseguró que la figura del diplomático será “recordada y reconocida por la historia por su dignidad y su incansable lucha por la defensa de los intereses nacionales”, al tiempo que cuestionó “la persecución judicial” en su contra. “Querido Héctor: judío, peronista y por sobre toda las cosas argentino, gracias y hasta siempre”, se despidió.
A través de un extenso texto que publicó en sus redes sociales, la actual senadora dijo sentir la necesidad “de decir hoy lo que siempre dije en privado a quien quisiera escucharme”.
“Héctor se enfermó por el dolor y el sufrimiento que le provocó el irracional e injusto ataque que ambos sufrimos con motivo de la firma del Memorando de Entendimiento con Irán para lograr el esclarecimiento del atentado terrorista contra la mutual judía y poder destrabar así la causa judicial de la AMIA, que a casi a 25 años del hecho continúa paralizada y sin ningún condenado”, resaltó enfática al relacionar, como muchos, su enfermedad con el proceso judicial abierto en su contra, ese que le prohibió durante varias semanas continuar con su tratamiento contra el cáncer de hígado en Estados Unidos.
Cristina señaló que en esa gestión “a Héctor lo había guiado no sólo su responsabilidad como canciller. Creo que lo que más lo había movilizado era su condición de judío creyente y practicante. Es que Héctor era un judío hecho y derecho”, y compartió algunos recuerdos con el ex funcionario. Relató que cuando todavía Timerman era cónsul de Nueva York y ella organizaba su primer viaje a Israel y Palestina fue él quien le sugirió “que debía también visitar Palestina para honrar la postura histórica de la Argentina y el peronismo del reconocimiento de los dos Estados”. “Porque, claro, Héctor además de judío era por sobre toda las cosas argentino y peronista”, aclaró.
Luego volvió a referirse al padecimiento del ex funcionario en medio de la investigación por el Memorándum con Irán, ratificado en la Cámara de Diputados y de Senadores. La ex mandataria subrayó que nunca había visto “sufrir tanto a nadie por los ataques, las calumnias y las injurias que le propinaban”.
“Me acuerdo en muchísimas oportunidades cuando venía a verme a mi despacho, lo notaba que estaba muy mal por los ataques de las instituciones de la comunidad judía. Me contaba en detalle lo que cada uno de ellos había dicho sobre él y nuestro gobierno por la firma del acuerdo. No me lo contaba enojado o indignado. Lo que Héctor transmitía, era una profunda angustia”, lamentó en el escrito, al afirmar que pudo percibirlo “desde el primer momento” y que por tanto en muchas oportunidades la llevó a decirle: “Por favor Héctor no les des bolilla, te vas a enfermar, mirá cómo estás”.
“Es que a medida que me relataba las cosas que habían dicho o habían hecho se ponía muy tenso y nervioso. Me viene hoy a la memoria esa escena tantas veces repetida. La persecución judicial posterior, dirigida por el actual gobierno y la insólita, aunque no inédita, calificación de traidores a la patria lo acabaron de demoler”, acentuó.
Sin embargo, pidió que no se lo recuerde sólo por ese episodio que tuvo que sufrir porque “no sería justo, ni histórico que esa fuera su última imagen”.
La ex jefa de Estado puntualizó que ella lo recuerda como “el verdadero artífice, junto a Axel Kicillof, de la resolución de la ONU sobre la restructuración de deuda soberana”, al destacar que había asumido esa tarea “con la pasión de siempre y una dedicación inclaudicable”. Relató que aquel 10 de septiembre de 2015 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas votó por 136 a favor, seis en contra y 41 abstenciones la serie de principios básicos recomendados ante ese tipo de procesos. “Héctor había logrado que el voto negativo de muchos países que estaban siendo presionados para votar negativamente se convirtieran en abstención y obtuvo una victoria inédita en la historia de la diplomacia argentina”, escribió.
Por último, se despidió de Timerman y enmarcó su partida en el contexto de crisis que se vive en Argentina. “En épocas de endeudamientos seriales. En tiempos de la vuelta al FMI y de diplomáticos que ‘reconocen’ a los ingleses como autoridades en Malvinas, la figura de Héctor Timerman, no tengo ninguna duda, será recordada y reconocida por la historia por su dignidad y su incansable lucha por la defensa de los intereses nacionales”, concluyó.
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