lunes, 9 de julio de 2018

Se registraron 20 femicidios de adultas mayores durante el año 2017

Por Natalia Muñiz, para Diario Popular

Así lo reveló la asociación civil La Casa del Encuentro. En el 40% de los casos el principal sospechoso es el esposo o la pareja, y el 20% el hijo. El 85% de los crímenes se cometió en la vivienda de la víctima o la compartida.


Unos 20 femicidios vinculados de mujeres mayores de 60 años se registraron en el país, en 2017. El principal sospecho es el esposo o pareja, en el 40% de los casos; el hijo, 20%; ex yerno, 15%. Respecto de la modalidad del crimen, el 40% de las adultas mayores fueron baleadas; el 15%, apuñaladas. En tanto, la vivienda de la víctima o la compartida son los lugares donde se perpetró el 85% de estos femicidios.

Así se reveló en un informe del Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, coordinado por la Asociación Civil “La Casa del Encuentro”. Los datos son recopilados de las agencias informativas y 120 diarios de distribución nacional y/o provincial, así como el seguimiento de cada caso en los medios.

Cabe destacar que el término femicidio “es la denuncia de la naturalización de la violencia sexista” en la sociedad, siendo “una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres, el asesinato cometido por un varón hacia una mujer a quien considera de su propiedad”.

Desde el área de investigación de La Casa del Encuentro se desarrolló el término femicidio vinculado “partiendo del análisis de las acciones del femicida, para consumar su fin: matar, castigar o destruir psíquicamente a la mujer sobre quien ejerce la dominación”. Se registran dos categorías: personas que fueron asesinadas por el femicida “al intentar impedir el femicidio o que quedaron atrapadas ‘en la línea de fuego’”; y personas con “vínculo familiar o afectivo con la mujer que fueron asesinadas por el femicida con el objeto de castigar y destruir psíquicamente a la mujer”.

En el informe sobre los 20 femicidios vinculados de mujeres de más de 60 años que se registraron el año pasado se indican los siguientes datos:

• Según la edad de la víctima: entre 60 y 64 años, 4 casos; entre 65 y 69 años, 5; entre 70 y 74 años, 7; entre 75 y 79 años, 2; entre 80 y 84 años, 1; y entre 85 y 89 años, 1.

• Acerca de la modalidad: baleadas; 8 casos; apuñaladas, 3; degolladas, 2; estranguladas, 2; a martillazos, 2; a hachazos, 1; a palazos, 1; y a golpes, 1.

• Respecto al vínculo con el presunto femicida: esposo/pareja, 8 casos; hijo, 4 casos; ex yerno, 3; nieto, 2; conocido, 1; y sin vínculo aparente, 2.

• La edad del presunto femicida: de 19 a 30 años, 3 casos; de 31 a 50 años, 6; de 51 a 65 años, 3: de 66 a 90 años, 6; y sin edad registrada, 2.

• Acerca del lugar del hecho: vivienda compartida, 12 casos; vivienda de la víctima, 5; otra vivienda, 2; y vía pública, 1.

Asimismo se destaca que en uno de los casos había denuncia contra el femicida; que un femicida era integrante de fuerza de seguridad y que en cinco casos, los femicidas se suicidaron.

El informe de Investigación de Femicidios en Argentina se realiza con el apoyo de la Fundación Avon, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y el Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humanos de la Ciudad.

"Naturalización del maltrato"

La presidenta de “La Casa del Encuentro”, Ada Rico, advierte que las mujeres mayores “sufrieron toda la vida violencia de género”. Asimismo, señala que “hay una naturalización del maltrato” dado que fueron criadas en una época donde “la mujer estaba en un lugar de sumisión, de sometimiento”.

“Hay que hacer mucho hincapié en este tema y visibilizarlo para decirle a las mujeres mayores que no importa le edad que se tenga porque se puede salir del círculo de violencia”, afirma.

Rico agrega que “es fundamental que entiendan que no es culpa de ellas, porque esto lo repetimos siempre en todas las edades, pero en el caso de las adultas mayores hay todo un entorno social y de amistades donde se encuentra cierto cuestionamiento a cómo y por qué quiere terminar la relación, si construyeron toda la vida juntos, y esto hay que desandar”.

“Partimos del análisis que las mujeres mayores vivieron toda una vida de violencia, hay vulnerabilidad y una naturalización total y absoluta. Los hombres se creen con derecho a... Y a nadie se le ocurría terminar una relación. Pero no importa la edad que una tenga, se puede salir”, manifesta.

Talleres

Rico comenta que a la asociación civil se acercan mujeres mayores para pedir asesoramiento y ayuda por lo que están sufriendo ellas mismas o sus hijas, nietas, familiares, vecinas.

En este marco indica que los miércoles de 18 a 19 se realiza el taller “Construyendo Redes” para familiares, amigos y amigas de mujeres en situación de violencia.

“Vienen mamás, abuelas, padres, tíos, que ven a una nieta o hija en situación de violencia y no tienen las herramientas” para ayudarlas, señala.

Asimismo agrega que “cuando se profundiza un poco (charlando con ellas) vivieron violencia en la pareja, ven reflejada su historia y no quieren que se repita en sus hijas o nietas e intentan, por todos los medios, que termine esa relación”. Sin embargo, destaca que “por otro lado está el agresor, el violento que le dice ‘tu familia no me quiere’ y es un combo perfecto”. Por ese motivo, si los familiares “no tienen las herramientas para trabajar desde el acompañamiento, el no juzgar, la víctima queda aislada”.

En tanto, los viernes de 17 a 19 está el taller “Si yo puedo, vos también” para mujeres que atraviesan situaciones de violencia. “Es un nombre muy ejemplificador. Los grupos son intergeneracionales y se dan fuerza entre ellas”, afirma.

En tanto remarca que “los mitos sobre la violencia hacia la mujer en la pareja están muy incorporados en las mujeres mayores; no así en las jóvenes” y añade que “las jóvenes no se sienten identificadas con los mitos pero las adultas sí, sienten una identificación inmediata porque es algo que ellas repitieron alguna vez o tal vez repitan; por ejemplo, ‘si toma se pone violento’, ‘o tuvo problemas en el trabajo’. Hay que desandar esto. Y visibilizar esta temática y el acompañamiento es muy importante”.

La Casa del Encuentro está ubicada en Yatay 125, barrio porteño de Almagro; tel. 4982-2550, de lunes a viernes de 15 a 19.


Mitos de la violencia hacia la mujer en la pareja

La asociación civil La Casa del Encuentro destaca, en un folleto, distintos mitos sobre la violencia hacia la mujer en la pareja “instalados en la sociedad” y que “sostienen una cultura que justifica la agresión y culpabiliza a la mujer que es maltrata”.

Algunos de ellos son:

“Si una mujer se queda con la pareja aunque la maltrate es porque le gusta, porque sino se separaría”. Al respecto se aclara que “si no toman la decisión es por el nivel de confusión, dependencia emocional y aislamiento a la que son sometidas”.

“Los hombres les pegan a su pareja porque son alcohólicos o drogadictos”. En el folleto se explica que “las agresiones nunca son causadas por las drogas y el alcohol” y se agrega que “el consumo aumenta la intensidad o peligrosidad de las agresiones pero no las provocan”.

“Los hombres que maltratan a su pareja están locos o enfermos”. Sobre este mito se indica que “la persona que padece un trastorno mental no tiene conciencia de sus actos, actúa sin control siguiendo sus impulsos. El hombre violento sí tiene conciencia sus actos. Decide ejercer la violencia y a quien dirigirla”.

“Un hombre no maltrata porque sí, ella se lo buscó. Algo habrá hecho”. Al respecto se remarca que “nada justifica la agresión. La conducta del agresor suele ser imprevisible e independiente de la conducta de su pareja”.

“Aunque una mujer sea maltratada por su pareja ‘hay que quedarse por los chicos’”. Acerca de este mito se explica que “ser testigos de agresiones tiene consecuencias graves sobre el bienestar emocional y la personalidad de las niñas y de los niños”.

“Las peleas en una pareja son cosas privadas, no hay que meterse”. A este respecto, se explica que "no es un asunto privado, ya que es un delito contra la libertad y la seguridad de las personas”.

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