En un almuerzo de tres horas, la entidad expresó preocupación sobre la inflación, las tasas de interés y el anticipo de Ganancias. El ministro de Economía, en tanto, criticó los "abusos" de los "empresarios que reciben beneficios del Estado" y prometió garantizar bienes intermedios para que no se frene la producción.
El ministro de Economía Sergio Massa tuvo ayer su primera reunión con los popes industriales, que fueron al encuentro con el jefe del equipo económico a plantear preocupaciones urgentes y buscar indicios de qué plan tiene el Gobierno en términos de gestión para los próximos meses en un contexto crítico de sequía de reservas. El funcionario tomó nota de los reclamos fabriles, entre ellos asegurar la provisión de insumos, ciertos cambios de reglas del juego, entre los que mencionaron el anticipo nuevo de Ganancias o el consenso fiscal con las provincias, y el alto nivel de tasas de interés.
En un extenso encuentro que incluyó recorrida guiada, almuerzo y sobremesa con café y masitas, el ministro de Economía acudió con el secretario de Industria José Ignacio de Mendiguren ante la plana mayor de la Unión Industrial Argentina, con la que después de los saludos y gestos de rigor, comenzó un ida y vuelta de pedidos, preocupaciones, promesas y propuestas.
Aparecieron en el tope de la agenda conjunta temas de urgencia. El principal es garantizar un ritmo de insumos que le permita a la industria mantener las máquinas en funcionamiento. En la entidad aseguran que todavía no registran situaciones de faltantes de tal magnitud que provoque el cierre de plantas, pero sí algunos casos en que fábricas tuvieron que suspender alguna línea de producción.
“Nos reunimos con la UIA para tratar los temas más importantes de la agenda productiva nacional. Entre ellos garantizar los dólares para bienes intermedios, encontrar un esquema de precios justos y trabajar en el aumento de la competitividad”, tuiteó Massa, quien no hizo declaraciones al salir del almuerzo. “La producción y el empleo formal en la Argentina son los desafíos que compartimos; y los que nos comprometimos a enfrentar de manera conjunta y coordinada”, agregó.
En la entidad fabril juran que no estuvo sobre la mesa de discusión algún reclamo sobre el llamado “dólar Qatar”, es decir que la priorización de los dólares para importar insumos para la producción se contrapone con el gasto en divisas que representará dentro de algunas semanas la salida de argentinos hacia el Mundial de fútbol, como una muestra de que el rubro de turismo tiene un impacto relevante en la cantidad de divisas del BCRA.
Fuentes oficiales, de todas formas, insisten en que las propuestas para buscar medidas que el acceso a dólares para el pago de gastos en el exterior sea más caro proviene desde el sector industrial. Y si bien no avizoran una resolución inmediata de esa cuestión, aseguran que tienen que evaluar el impacto integral que tendría una medida de esa naturaleza, ya sea través de un aumento en la percepción impositiva, elevar el dólar turista al precio del MEP o un tope nominal de consumo.
“Me preguntan si me pediste el dólar Qatar o no, ¿me lo pediste?”, le dijo en broma Massa a Funes de Rioja al terminar el almuerzo, ante la consulta de la prensa. “Me pidió el dólar Qatar y el dólar Malbec”, completó, en el mismo tono, el ministro de Economía segundos después de salir del Salón Peteribí del primer piso de la UIA, antes de subir al ascensor y volver al Palacio de Hacienda.
“Tenemos que trabajar juntos, pero eso implica responsabilidad de todos. No puede haber situaciones que paren la producción de nuestras empresas ni abusos de aquellos empresarios que reciben beneficios del Estado”, dijo Massa durante el encuentro con los industriales.
Sobre la cuestión de las importaciones, por su parte, el presidente de la Unión Industrial Daniel Funesto de Rioja ironizó, minutos después de la reunión: “Ya rezamos todas las oraciones posibles”. “Necesitamos trabajar para superar los cuellos de botella y las dificultades que hoy generan incertidumbre”, dijo en diálogo con la prensa tras el encuentro con Massa.
Según aseguran fuentes industriales, el Gobierno prometió que en breve tendrá listo una resolución que buscará “simplificar” el trámite de autorización de importaciones, que en un contexto de divisas escasas es una de las pocas promesas sobre flujo de dólares para compras en el exterior que acercó a los empresarios.
El Gobierno preparaba un reajuste en las clavijas de los sistemas de autorización de importaciones, luego de haber extendido el esquema de restricciones para el pago al contado de compras al exterior hasta fin de año. Una de las cuestiones que se abordó en distintas reuniones entre el Banco Central, Comercio, Aduana y la AFIP fue la del propio funcionamiento del trámite del Sistema integral de monitoreo de importaciones (SIMI) que, aceptan en algunos despachos oficiales, “no es bueno y hay que corregirlo”.
“Necesitamos implementar un modelo de trazabilidad con los trámites que se inician, darles una fecha cierta de finalización desde que empieza hasta que se realiza el despacho”, describió un funcionario presente en la reunión.
A grandes rasgos, las empresas que piden permisos de importación de bienes o servicios que no estén bajo el régimen de licencias automáticas deben pasar, primero, un filtro de “solvencia” económico financiera, con los criterios que la AFIP determine. Luego, pasará por el Ministerio de Economía -a través de la Secretaría de Comercio que encabeza Matías Tombolini y que tiene a su cargo la administración del comercio exterior- hasta el BCRA, que es el que libera las divisas. Ese sistema, que agilizaría las autorizaciones de importación, estaría terminado en las próximas horas.
En la agenda bilateral entre el Gobierno y la UIA también aparecieron, en el diagnóstico macro que hicieron la entidad y el ministro Massa, dos cuestiones decisivas para el nivel de actividad económico: el nivel de las tasas de interés y la velocidad que adoptó la inflación.
En la entidad fabril ven que si bien el nivel de producción es más alto del que se esperaba, los últimos números reflejan una desaceleración y que el segundo semestre estará marcado por la posibilidad de acceso a divisas y posibilidades de financiamiento. “El anticipo de Ganancias le quita capital de trabajo a las industrias”, mencionó Funesto de Rioja.
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