El encuentro tuvo lugar después de que el FMI informara que aprobó la segunda revisión del acuerdo de facilidades extendidas que le otorgara a la Argentina para refinanciar la deuda de U$S 44.500 millones contraída por la nefasta gestión de Miauricio Macri.
La titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Giorgieva, calificó ayer de "excelente" a la reunión que mantuvo en la ciudad de Nueva York con el presidente Alberto Fernández y destacó el "avance considerable" para llegar "a un acuerdo a nivel técnico" en la segunda revisión del acuerdo entre las partes.
"Expresé mi reconocimiento por la forma muy seria en la que el ministro (Sergio) Massa, su equipo, y el Banco Central están abordando los desafíos significativos de la Argentina", señaló en una conferencia de prensa que fue brindada tras el encuentro.
"También destacamos la importancia de la implementación de acuerdo al programa suscripto con el FMI para afrontar el enorme desafío de contener la inflación", añadió Georgieva.
La directora del organismo dijo además que "la implementación del programa y el compromiso argentino expresado por el equipo del ministro Massa nos ha dejado satisfechos”.
"Disfruté mucho de ver las fotos del hijo del presidente Fernández y verlo crecer con fuerza como esperamos que crezca la Argentina y que su cara de feliz cuando habla del niño también pueda contagiarse a todo el pueblo argentino”, agregó.
Consultada sobre los cambios en el Ministerio de Economía que tuvieron lugar en los últimos meses, Georgieva respondió que eso se trata de "una decisión soberana". "Nosotros nos concentramos en lo que debe hacerse", dijo sobre su rol al frente de la entidad.
En la misma línea, destacó el trabajo del ex ministro Martín Guzmán como también la reunión que mantuvo con la ex titular del Palacio de Hacienda, Silvina Batakis. Sobre esta última, dijo que vio con buenos ojos que acompañara a Sergio Massa en su viaje a Estados Unidos. “Tres ministros, un programa, una meta”, sintetizó.
"Massa es prueba de que es el Gobierno el dueño del programa , y que el Fondo está ahí para seguir brindando apoyo en lo sucesivo", consideró.
La reunión tuvo lugar después de que el FMI informara esta mañana que aprobó la segunda revisión del acuerdo de facilidades extendidas que le otorgara a la Argentina para refinanciar la deuda de U$S 44.500 millones contraída por la gestión de Mauricio Macri.
"El acuerdo está sujeto a la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI, que se espera se reúna en las próximas semanas. Una vez completada la revisión, Argentina tendría acceso a alrededor de U$S 3.900 mil millones (DEG 3.000 millones)", indicó el organismo.
Antes de definir su presentación política ante Georgieva, Alberto Fernández almorzó con su comitiva en Buenos Aires Grill, una parrilla argentina en pleno Manhattan. El presidente comió asado de tira y un panqueque de postre, mientras sonaba Astor Piazzolla y la tele mostraba en mute el partido entre River Plate y San Lorenzo.
Cerca de las tres de la tarde, el mandatario se encerró en su suite del Park Hyatt hotel para definir los argumentos que articulará frente a la directora gerente del FMI. Conversó sobre este asunto con Santiago Cafiero y Jorge Arguello, y después llamó a Sergio Massa que desde Buenos Aires encendió una luz amarilla respecto al análisis que hace el staff del FMI sobre la situación económica de la Argentina.
Massa informó al jefe de Estado que la burocracia del Fondo aprobó las metas del segundo trimestre y que haría su anuncio formal a las 9 de la mañana (hora de Washington), casi tres horas antes del encuentro que protagonizarán Alberto Fernández y Georgieva.
Frente a la posición de Georgieva, el presidente reclamó -de nuevo- que se bajen las sobretasas y que se cree sin mas demoras el fondo de resiliencia atado a la normativa del Tratado de Paris sobre el Cambio Climático.
Además, Alberto Fernández planteó que la guerra en Ucrania aumentó la inflación mundial y que no se puede controlar esta plaga económica a través de políticas monetarias contractivas que siempre desembocan en un aumento de las tasas de interés.
Desde esta perspectiva ideológica, el presidente alegó que la suba de tasas causa la caída simultánea del crecimiento y el intercambio regional, y que la economía global reacciona como si fuera un problema de demanda cuando se trata de un problema de producto y oferta provocado por la ausencia de bienes y la ruptura de la cadena global de valor.
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