El Gobierno detectó que, el jueves y el viernes, algunas cooperativas, corredores y acopiadores que accedieron al beneficio estaban recalentando los dólares financieros. El BCRA activó así la idea de prohibirles a los que tomaron el beneficio irse a esos mercados. El ministro de Economía se enteró recién con las comunicaciones que, en lugar de rever caso por caso, el Central había cerrado todo el grifo y pidió que “inmediatamente corrijan el error”.
Cuando el ministro de Economía, Sergio Massa, parecía tener bajo control la botonera de la cartera y la coordinación con otras direcciones, una decisión del Banco Central (BCRA) que en el ministerio consideran unilateral, le complicó el panorama y metió ruido fuerte con sectores del campo; además de desnudar que aún existen tensiones entre la cartera Economía el organismo que conduce Miguel Pesce.
El lunes por la tarde, el BCRA dispuso que los agrogarcas que habían adherido al beneficio cambiario del “dólar soja” no iban a poder darse vuelta y, con esos pesos, operar con dólares ahorro o financieros. Cerca de las 23 horas del mismo día, y luego de haberse enterado por la circular del Central, Massa ordenó que “inmediatamente se corrija el error”. Así las cosas, ayer la prohibición regía solamente para empresas y no para personas físicas, incluidos los directivos de esas compañías en forma individual, tal el compromiso tomado y avisado al sector. De todos modos, en el medio de eso, ya sectores del agro habían puesto el grito en el cielo apelando a una supuesta traición del Gobierno para hacerles vender la cosecha (ante la necesidad oficial de tener dólares) y luego vedarles la posibilidad de que operen donde quieran con esos pesos.
La historia de estas idas y vueltas, empezó a cocinarse a mediados de la semana pasada. El Gobierno detectó que, entre jueves y viernes, un grupo de cooperativas, empresas agrícolas y acopiadores estaban recalentando el mercado de los paralelos con operaciones allí. Concretamente, compraban bonos para pasarlos a dólares vía la venta de los mismos 48 horas después de comprarlos, y así buscar algún refugio para los pesos. La operatoria con el dólar MEP era mayoritaria y algo menor en el contado con liqui, que precisa de una ingeniería mayor. Eso molestó al Gobierno por dos razones: la primera, que les había concedido un beneficio dándoles un dólar a 200 pesos; la segunda, que en las reuniones que Massa mantuvo con los directivos de la Mesa de Enlace, les avisó que, si se iban a los dólares financieros con los pesos obtenidos del dólar soja, el Gobierno iba a sacar una circular para trabarles las operaciones, y que eso iba a alcanzar a empresas y no a personas físicas.
En ese contexto, y al ver que había un puñado de empresas que estaban haciendo lo que sabían no se debía hacer, se empezó a pensar en la resolución, pero no de la manera en que salió. “En vez de hacer caso por caso, excluyeron a todos”, se quejaba ayer por la tarde un alto funcionario de Hacienda, que ya se veía venir una disputa con un sector que, más allá de las diferencias del caso, el Gobierno precisa para estabilizar las reservas en el corto plazo. Cerca de Massa afirman que nunca hubo de parte de Pesce una consulta de cómo proceder, cuando en Economía creían que lo correcto era identificar quiénes habían operado, aislarlos, que los bancos hablen con sus clientes y les ofrezcan el beneficio de acceso a cuentas especiales dólar link y así evitar un fuego innecesario por sólo algunos casos puntuales. Y en el caso de que la movida no cesara, sacar la Resolución excluyendo a personas físicas.
¿Un revival de internas pasadas?
Para algunos consultados, esas horas revivieron las tensiones de Pesce con el ex ministro de Economía, Martín Guzmán, que antes de irse pidió el manejo de la mesa de dinero del BCRA como gesto para manejar la economía. Se lo negaron, entre otros puntos, y se fue. “No es ése nivel de tensión, pero hay molestias”, describió alguien que conoce a Massa y Pesce. Es que para Economía la interacción coordinada con el BCRA es clave para la gestión económica.
Hubo un choque previo, hace unos días, que tuvo menos prensa: Economía y Agricultura no estuvieron de acuerdo con la normativa -que ahí el BCRA sostuvo- de subirles la tasa del financiamiento a los productores que tomaron el beneficio de dólar soja. Pero pasó.
Esta vez, tan desprolija fue la medida que el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, debió salir en diferentes radios a blanquear que nunca se había pensado prohibirles a los productores usar esos pesos en el mercado del dólar financiero. Y de paso avisó, tal como adelantó este diario, que el beneficio del dólar soja termina el 30 de septiembre. En ese escenario, y aún a sabiendas de que el propio Massa les había avisado que esto podía pasar, la Mesa de Enlace se quejó de supuesta traición vía Nicolás Pino, el presidente de la Suciedad Rural Argentina (SRA). El personaje en cuestión, hoy exigido por las elecciones internas en la entidad, salió a jugar fuerte de todos modos, para no ceder a las presiones más conservadores del campo.
Tres enigmas
Así las cosas, en esa historia hay tres enigmas. El primero, si es que hubo una picardía del Gobierno en la decisión. Por qué? La resolución del BCRA salió el mismo día en que el presidente Alberto Fernández confirmó a Pesce en el cargo. Y en el mismo día en que las ventas de los productores sojeros superaron los 9 millones de toneladas, que era la estimación oficial total para todo el mes. Técnicamente, podría inferirse que el Gobierno había conseguido el cometido.
El segundo interrogante es ver cómo sigue la relación de Economía y el BCRA. Inicialmente, Massa quería que Lisandro Cleri, hoy vicedirector del Central, quede a la cabeza. Pero Alberto Fernández bancó a Pesce y la inclusión de Cleri como los “ojos” del tigrense no parece haber rendido sus frutos para evitar este ruido con la resolución.
Y el tercer enigma es qué pasará con las ventas a dólar soja en lo que queda de mes. En el Gobierno creen que es muy probable que, en el primer día posterior a la decisión, se sienta una baja de las 400 mil toneladas que se venían vendiendo. Sobre el tema, Gustavo Idigoras, presidente de la cámara de exportadores de cereales CIARA-CEC, consideró que "la medida del BCRA claramente va a tener un efecto sobre el flujo de ventas hacia los exportadores. Los exportadores están excluidos de operar en dolar financiero hace dos años. Pero sí pega en el resto. No hay estimaciones reales de cómo va a reacciona el mercado, pero en el flujo de ventas normales podría haber una caída sustancial en los primeros días".
Fuente: nota de Leandro Renou para Página/12
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