El proyecto Solares de Santa María ya pasó seis veces por la Legislatura. Apunta a la construcción de torres en la ex Ciudad Deportiva de Boca, mediante un convenio entre IRSA y el régimen de la CABA. Una nueva batalla por el acceso al río, mientras sigue la disputa por Costa Salguero en zona norte.
Mientras organizaciones sociales, vecinales y ambientalistas siguen en alerta por el futuro de los predios de Costa Salguero y Punta Carrasco, un frente de batalla similar se abre en la zona Sur de la ciudad de Buenos Aires, donde vuelve a tomar impulso un proyecto que ya fue presentado por lo menos seis veces en la Legislatura porteña: Solares de Santa María, en la ex Ciudad Deportiva de Boca. Se trata de un negocio del grupo IRSA, que a través de un convenio urbanístico y en el marco del Plan de Desarrollo Urbano Sostenible podría avanzar y obtener ganancias millonarias tras lograr modificaciones a los permisos de uso de ese espacio de más de 70 hectáreas.
“El Gobierno de la ciudad filtró que ya había firmado el convenio urbanístico con IRSA y que iba a remitirlo a la Legislatura. Calculo que será tras las elecciones, para no pagar el costo político. Hace poco salió el plan que tenía el gobierno para relanzar la ciudad como salida de la pandemia. En ese marco habían dicho que una de las acciones era mostrar el nuevo Plan de Desarrollo Urbano, que implica convenios urbanísticos en la zona sur, además de transformar el micro y macro centro como barrio residencial e insistir con Costa Salguero. Agregan Solares de Santa María como otra pata de este plan de desarrollo”, explicó Jonatan Baldiviezo, referente de Observatorio del Derecho a la Ciudad, que dio difusión a este nuevo intento de negociado inmobiliario en el distrito.
“Lo que nos preocupa es el contexto en el que se discute. El Ejecutivo tendría que estar viendo otras cuestiones, un cambio radical de cómo tienen que ser las ciudades ante la pandemia. Pero al GCBA no le interesa y sigue con la política de consolidar una ciudad ribereña para los sectores de más altos recursos. En vez de que la Costanera sea para el bien común, consolida la mirada al río y la oferta residencial suntuosa -ya sea en Santa María o en Costa Salguero- para los sectores más altos. Para darles lo mejor d de la ciudad”, cuestionó Baldiviezo.
A diferencia de Costa Salguero, en este caso la disputa es sobre terrenos privados. Pero con una historia que da cuenta del avance privatizador sobre tierras públicas. El predio de más de 70 hectáreas fue cedido de Nación al Club Deportivo Boca Juniors mediante la Ley N° 16.575 de 1964. Allí el club debía construir una Ciudad Deportiva. En 1989, el Congreso dio por cumplido eso (Ley N° 23.738) pese a que las obras nunca se realizaron. Además, Boca fue autorizado a vender: en 1992 los compró la sociedad anónima Santa María del Plata, y al año le vendió a IRSA, propiedad de Eduardo Elzstain y considerada corporación inmobiliaria más grande del país. Desde entonces esos terrenos están ociosos y a la espera de que pueda avanzar el negociado inmobiliario, tal como se intentó por lo menos seis veces en la Legislatura.
De acuerdo a la información que recabó y difundió el ODC, este martes el GCBA presentó su “Plan de Desarrollo Urbano Sostenible”, donde detalla que “el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA), a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano, impulsa un plan con medidas y acciones que potenciarán la inversión pública y privada en lugares estratégicos como la zona sur de la Ciudad, el micro y macrocentro y grandes parcelas como Punta Carrasco, Costa Salguero y la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors”. Una de las líneas de ejecución será a través de convenios urbanísticos con privados, dando prioridad a proyectos ubicados en el Sur de la Ciudad que contempen la creación de nuevos espacios verdes.
En el caso de Solares de Santa María, mediante un acuerdo entre IRSA y el GCBA, el ODC alertó que “se consolidará en un convenio urbanístico que será tratado en la Legislatura porteña. El proyecto de ley modificará los usos y parámetros urbanísticos que el Código Urbanístico determina para este predio”. Así, se contemplan 478.276 metros cuadrados de parque público y urbanización sobre 237.904 metros cuadrados, así como la ampliación de los usos deportivos permitidos a viviendas, comercios, oficinas, hoteles, y ampliación del plano límite de 12 a 98.4 metros.
“De avanzar esta propuesta del GCBA y del Grupo IRSA se consolidaría uno de los más grandes despojos de tierras públicas y fraude al bien común. En este proceso histórico, el Estado perdió 71 hectáreas a cambio de nada y ni siquiera se respetará el destino por el cual cedió estas tierras estratégicas”, remarcó el informe del ODC, presentado junto a la Cátedra de Ingeniería Comunitaria, el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas y la Defensoría de Laburantes. De concretarse todo el proceso el Grupo IRSA, que compró este terreno a U$S 50 millones, luego de la sanción del convenio, estiman que tendrá un predio que “muy de mínima saldrá U$S 1612 millones”.
“Rodríguez Larreta inició su gestión impulsando este proyecto y ahora nuevamente realiza un intento para su aprobación. Esto se explica no solamente por el apoyo electoral que podría recibir del Grupo IRSA sino también porque Augusto Rodríguez Larreta, hermano de Horacio, jefe de Gabinete porteño, se desempeñó como gerente de Relaciones Institucionales de IRSA”, denuncia Baldiviezo.
Además, resaltó que el entorno ribereño debe ser reservado al uso verde y público, y a la amortiguación de los efectos del cambio climático, algo establecido en la Constitución de la ciudad y contemplado en el Plan Urbano Ambiental. “El Gobierno de la ciudad de Buenos Aires no debe seguir avanzado sobre el río, desconociendo sus propias leyes y principios, en detrimento del interés público y de las futuras generaciones, para favorecer los intereses de pocos, siempre los mismos”, concluyó.
Fuente: nota de Luciana Rosende para Tiempo Argentino
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