Las más importantes empresas de encuestas de opinión pública no ven riesgo de fractura en las principales fuerzas políticas. Advierten que los resultados de los comicios estarán vinculados al manejo de la pandemia y a la economía. La mayoría en Diputados en juego.
La mayoría de los encuestadores y consultores en campañas electorales coinciden en que los porcentajes de aprobación del Gobierno de Alberto y Cristina son razonables, que hubo un momento del año pasado -al principio de la pandemia- en que se batieron records de opiniones positivas, luego la marea bajó y hoy la imagen del gobierno supera levemente lo que el Frente de Todos consiguió en las elecciones de 2019.
Todo dependerá ahora de cómo se encamina la batalla contra el virus y, en especial, que haya una recuperación de la economía. Desde la óptica de los consultores no se aprecia peligro de divisiones en el Frente de Todos y la mayoría considera que el peronismo se encamina a una victoria electoral en 2021, aunque por supuesto es temprano para hacer diagnósticos definitivos.
Del otro lado, en Juntos por el Cambio tampoco hay peligro de ruptura, aunque el sector al que llaman palomas, encabezado por Horacio Rodríguez Larrata y María Eugenia Vidal tiene nítido predominio en la opinión pública frente a la caída de los halcones, especialmente Miauricio Macri Blanco Villegas. Los consultores consideran que los mayores riesgos para Juntos por el Cambio provienen de la competencia con los libertarios, José Luis Espert-Javier Milei, que pueden provocar una sangría. Al macrifascsmo le costará en las elecciones retener las bancas que ya tiene y el Frente de Todos podría obtener lo que le falta: la mayoría en la Cámara de Diputados. Las conclusiones surgen de las consultas realizadas a algunos de los encuestadores y consultores más conocidos del país.
Como es obvio, el diagnóstico sobre 2021 parte del resumen de lo ocurrido en el año que terminó este jueves. “La expectativa y confianza de los votantes del gobierno se mantiene transcurrido un 2020 difícil. Eso sí, el Frente de Todos no ha conseguido sumar la confianza de algo más de la mitad de los argentinos que no votó al oficialismo. Tuvo la oportunidad de sumar un apoyo adicional en el inicio de la pandemia, pero lo perdió a lo largo del año. Ahora existe la expectativa de que va a haber una recuperación de la economía y de eso dependerá que el gobierno pueda entablar un rumbo sólido”, analiza Federico Aurelio, titular de Aresco.
“Durante diciembre una serie de temas positivos acompañaron políticamente a Alberto Fernández: finalmente la vacuna Sputnik V llegó a la Argentina y se pudo comenzar con el calendario de vacunación prometido. Se esperan más vacunas. Si las vacunas llegan y el calendario de vacunación avanza antes de la llegada de los primeros fríos, el posicionamiento que logrará el gobierno será positivo. A esto se suma la aprobación de dos leyes importantísimas: la de Interrupción Voluntaria del Embarazo y la Ley de Movilidad Jubilatoria. Pero queda un largo trecho por recorrer y todo debe llevarse a cabo con precisión y timing: la pandemia no está controlada, por el contrario, una segunda ola parece que vienen formándose, y sus efectos económicos, después de casi 10 meses de impacto pueden ser impredecibles”, agrega Roberto Bacman, al frente del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP)-
En tanto, Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, afirma que “el gobierno se enfrenta a un triple desafío. En primer lugar, la peor pandemia de los últimos cien años. En segundo lugar, una economía que arrastra problemas estructurales, los cuales exigen atención inmediata. Y, tercero, las elecciones legislativas de medio término. El nudo de la cuestión lo sintetizó la vicepresidenta CFK en el acto realizado en La Plata: la tensión entre las exigencias de una economía exhausta y las necesidades de un año electoral definirán su suerte. La evolución de la pandemia marcará sin dudas los márgenes de maniobra y las restricciones”.
Por su parte, Hugo Haime, al frente de Haime y Asociados, piensa que “vamos a tener un panorama más claro en marzo cuando sepamos que sucede con el coronavirus, la vacuna y si arranca la economía Hoy en un contexto muy dificultoso para cualquier gobierno los números finales de la aprobación de la gestión gubernamental son bastante razonables, en donde se valoran por encima de todo su política sanitaria y la negociación de la deuda. El presidente mantiene su imagen personal por encima del 50 por ciento de aprobación, garantizando la unidad de la coalición. Si no sucede nada inesperado en relación al coronavirus, que afecte a la economía, no veo ningún riesgo para el oficialismo en las elecciones de octubre”.
Con un tono algo distinto, más optimista respecto al oficialismo, Artemio López de Equis, adelanta que “el gobierno tendrá un año de crecimiento que sorprenderá a muchos si decide un política de ingresos familiares enérgicamente, recomponiendo salarios, jubilaciones, pensiones y planes de transferencia de ingresos por sobre la inflación general y en especial de alimentos y bebidas. No hay mayor riesgo económico en un país con los salarios deprimidos como nunca antes desde el año 2002 y más del 50 por ciento de su capacidad instalada ociosa”.
“Los datos de nuestra encuesta -dice Analía Del Franco, de Del Franco Consultores- muestran que hay un 55 por ciento de los entrevistados que piensan que van a estar mejor en 2021. Son expectativas, pero quien tiene expectativas se basa en hechos concretos. Las demandas no están planteadas hacia un gran crecimiento, pero sí la hay para dar pasos hacia una economía cotidiana estable y fluida, bajo las nuevas condiciones que plantea la pandemia. Hay un soporte importante, que es el 58 por ciento de imagen positiva que tiene el presidente. Eso le da margen de maniobra”, agrega López.
Unidad
Ninguno de los consultores ve peligro de rupturas en el Frente de Todos: en eso coinciden Aurelio, Haime, López, Nejamkis, Del Franc, Bacman. Están los que afirman que mientras se sostengan los números de aprobación, no hay incentivos para romper. Otros consideran que existe una demanda muy firme de mantener la unidad y eso impide que alguien saque los pies del plato. “Hay una previsión que transita en silencio por el Frente y es que, si eso ocurriera, todos los jugadores saldrían perjudicados”, afirma Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados. Para todos los consultores está claro que existen diferencias dentro del Frente de Todos, que las tensiones públicas no caen bien en la opinión pública y que hasta el momento se pudieron manejar aceptablemente. Por su parte, Alfredo Serrano, director de la CELAG, sostiene que “el Frente de Todos afronta un 2021 con una gran ventaja respecto a su inicio de gestión: tiene más experiencia. Un año de pandemia equivale a una década; ha logrado sortear obstáculos complejos como el de la deuda, ha sabido convivir con diferencias propias de un frente. Alberto se consolidó como líder, como presidente, sin necesidad de ser a costa de una Cristina menos importante. La oposición partidaria y mediática ametralló en ese punto, hurgando en las diferencias, pero no consiguió gran cosa”.
“En la gente, no hay expectativa de consensos dentro del Frente de Todos, pero sí de equilibrio entre los diferentes sectores”, redondea Del Franco.
Año Electoral
“La pregunta es si el Frente de Todos logrará obtener la cantidad de votos necesarios para tener la mayoría en la Cámara de Diputados. Para ello necesita superar con holgura el 40 por ciento de los votos. En 2019 el Frente de Todos obtuvo 45 por ciento en la elección a diputados. Sumando tres puntos mas entre sus aliados cordobeses, santiagueños y misioneros que fueron con lemas propios. Si bien en CABA y Provincia de Buenos Aires las elecciones están fuertemente nacionalizadas, también los números finales dependen de lo que suceda en las provincias, de los candidatos que ponga el oficialismo y que no se desaten allí divisiones. Por eso es decisivo para el oficialismo, no sólo mantener la unidad entre los tres lideres de la coalición -Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa- sino también mantener dicha unidad de concepción con los gobernadores”, plantea Hugo Haime.
El triple-play no parece imposible a los ojos de los consultores. Una buena gestión de salud para enfrentar a la pandemia; algún rebote de la economía y conseguir la mayoría en las dos cámaras. Pero como se demostró en 2020, nada está escrito de antemano y existe una feroz oposición política, mediática y judicial concentrada en torpedear cualquier proyecto no alineado con el neoliberalismo.
La oposición la tiene difícil
Los consultores tienen miradas discrepantes respecto de Juntos por el Cambio. La mayoría coincide en que no afronta peligros de ruptura entre halcones y palomas, pero están los que consideran que las diferencias internas obstaculizan y paralizan a la alianza opositora. Al mismo tiempo aparecen los candidatos libertarios -José Luis Espert y Javier Milei- que compiten por derecha y amenazan con recortarle la perfomance electoral de octubre. Pero el panorama se hace todavía más complicado porque en la elección de 2021 se renuevan los diputados de 2017, año en el que la alianza de derecha Cambiemos hizo una buena elección, de manera que la oposición podría quedar en minoría en ambas cámaras si no logra resultados significativos.
“La oposición política es débil. Aparece desagregada y si bien mantiene una presencia significativa en la Cámara de Diputados, su armado sigue mostrando una acción facciosa. El PRO, la Coalición Cívica y la UCR, funcionan desarticulados. Hay una crisis de liderazgo, porque ese lugar además está bloqueado por Mauricio Macri. La mala imagen del ex presidente y de su gestión siguen manteniendo la misma vigencia que lo llevó a la derrota electoral”, diagnostica Ricardo Rouvier.
“Halcones y palomas. ¿Cuál de los dos rinde mejores frutos? Es evidente, al menos con los números de las encuestas, que da mejores frutos llevar adelante una oposición más lógica y coherente, sin mentiras ni promesas grandilocuentes, sin agitar el odio ni profundizar en la incertidumbre. Simplemente propuestas positivas y alternativas. Mauricio Macri tiene alrededor de 65 por ciento de imagen negativa y Rodríguez Larreta redondea un 45 por ciento. De algo estamos seguros: a mayor imagen negativa menor potencialidad de voto. Y en esa ecuación, y al menos hasta el momento, la ventaja es para los sectores más conciliadores de Juntos por el Cambio”, sostiene Bacman.
Federico Aurelio, por su parte, cree que la sangre no llegará al río. “Pareciera que a medida que nos acerquemos al período electoral dichas diferencias van a quedar superadas por la necesidad de que Juntos por el Cambio haga el mejor desempeño electoral posible teniendo en cuenta que en el 2021 se renuevan los cargos de la elección 2017 donde Juntos por el Cambio obtuvo un muy buen resultado electoral. Hoy la sociedad tiene más expectativa en una oposición que lidere Larreta antes que Macri, una oposición cercana a dialogar y no una oposición que sólo critique y no colabore”.
“Ojo, estamos ante elecciones legislativas en las que se suelen imponer posturas más radicalizadas, al estilo de las que plantean Macri y Patricia Bullrich. Y, en ese marco, además aparecen Espert y Milei disputando esa franja. Esta combinación puede amenazar la performance de Juntos por el Cambio con la consiguiente pérdida de poder legislativo”, advierte Facundo Nejamkis.
“La oposición mantiene su caudal electoral pero no agrega nada. Es muy probable que el bloque oficialista logre ser también mayoría en la cámara de diputados a expensas de la pérdida de bancas opositoras. Y la falta de liderazgo y buenos candidatos se va a notar especialmente en la Provincia de Buenos Aires”, asegura Artemio López.
Alfredo Serrano lanza un pronóstico arriesgado: “el 2021, por ser año electoral, acabará ordenando el campo electoral opositor, y Macri irá lentamente desapareciendo de la escena pública en lo político. Será Larreta quien asuma la tarea opositora. Esto lo obligará a mostrarse sin subterfugios, sin máscaras. Será un año para conocer al Larreta opositor 100 por ciento”.
La continuidad de la polarización
Las elecciones primarias de agosto y las generales de octubre presentan varios dilemas. Para los consultores, de entrada, el Frente de Todos es favorito, pero entran en juego varios aspectos. En primer lugar, si hay Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), porque sucede que el votante ve en esa instancia las pocas chances de los partidos chicos y termina votando en la general por los partidos grandes. En segundo lugar, cobran mayor significación los distritos, los gobernadores, los intendentes: no todo votante se guía por los temas nacionales. Y, por supuesto, será fundamental que las dos grandes alianzas mantengan la unidad y, en cada caso, que exhiban buenos candidatos.
“Una cosa es si hay PASO, otra si no la hay. Si hay PASO sucederá algo similar a lo del 2019, cada uno votara libremente en esa instancia, pero a la hora de la elección general de octubre las cosas se polarizaran. Si no hay PASO ambas fuerzas principales pueden perder votos. Juntos por el Cambio hacia el centro y los libertarios, aunque en menor medida de lo que marcan las encuestas. Mientras el Frente de Todos podría perder votos por izquierda y centro. Como ya comenté no veo que el triunfo del oficialismo corra peligro. El interrogante es si logra o no la mayoría en la Cámara de Diputados”, afirma Hugo Haime.
“La perspectiva electoral, si las elecciones fueran hoy, replica el resultado 2019, con el espacio del FdT liderando y en segundo lugar Juntos por el Cambio, que hoy, como espacio político, es el que sufre un mayor desgranamiento hacia terceras fuerzas, también como fruto de su indefinición en su liderazgo”, diagnostica Analía Del Franco.
Para Federico Aurelio, “el crecimiento de las terceras fuerzas no ha sido fácil en la Argentina. Sin duda, la grieta política tiene como principales beneficiarios a los dos grandes espacios políticos. Votan a uno asignándole la responsabilidad de las problemáticas a los dirigentes de la otra orilla de la grieta. Es por ello que el desgaste en los votantes de los dos grandes espacios políticos es menor respecto de lo que indicaría la lógica de los resultados de sus gestiones”.
“Se van a renovar 127 diputados y un tercio del Senado en octubre. Juntos por el Cambio arriesga más bancas que el Frente de Todos en diputados. Es factible pensar que el Frente pueda tomar más distancia del bloque opositor, o sea que el oficialismo logrará más bancas. En las provincias en que se renuevan bancas de senadores; el Frente de Todos pone más en juego que su adversario, pero la diferencia que hoy tiene en dicha Cámara hace suponer que la situación de predominio del oficialismo se mantendrá”, analiza Ricardo Rouvier.
“Vamos a tener otra elección polarizada. El 90 por ciento de los votos irán para las dos grandes fuerzas y los partidos chicos no tendrán protagonismo", anticipa Artemio López-.
Faltan ocho meses para las PASO, si se hacen, y casi 11 meses para el 24 de octubre, fecha de las elecciones generales. Es muchísimo tiempo, sobre todo si se tiene en cuenta que en el medio hay una pandemia y una crisis económica que no da respiro.
“En clave electoralel resultado del Frente de Todos dependerá de cómo se afronte la situación económica: precios de bienes básicos, vivienda, políticas sociales y que se vaya reactivando el consumo progresivamente. La mejora de esta cotidianidad económica será el gran desafío del actual gobierno, sin perder de vista la importancia que tiene para la estabilidad institucional del país una transformación estructural de la justicia”, redondea Alfredo Serrano.
Fuente: nota de Raúl Kollmann para Página/12
No hay comentarios.:
Publicar un comentario