Alberto Fernández encabezó por medio de videoconferencia la apertura del plenario nacional de la Central de Trabajadores de la Argentina y reiteró su propósito de que la CGT y la CTA logren la unidad.
El presidente Alberto Fernández pidió ayer "no aflojar" y que no "dividan" al Gobierno de los trabajadores, y reiteró su propósito de que la CGT y la CTA logren la "unidad" en una sola central obrera, al encabezar por videoconferencia la apertura del plenario nacional de la Central de Trabajadores de la Argentina.
"Tenemos que estar más juntos que nunca", aseveró el mandatario, quien puso como ejemplo la "unidad política" que logró el Frente de Todos con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el titular de la Cámara baja, Sergio Massa, el año pasado, cuando le ganaron a Miauricio Macri Blanco Villegas, de Juntos por el Cambio.
Además, el jefe de Estado insistió en la necesidad de "reescribir la economía pensando en un gran acuerdo" en el que todos los sectores sean "actores y partícipes y donde todos ganen".
"No hay que aflojar, que no nos dividan, que no nos separen", reclamó Fernández y reiteró su frase "primero los últimos", del 10 de diciembre, al asumir, e instó a "hacer todo lo necesario para sacar de la pobreza a los argentinos y devolverles la dignidad a los que han perdido el trabajo".
En paralelo, al encabezar por videoconferencia la apertura del Plenario Nacional de la CTA, junto a su titular, Hugo Yasky, el presidente expresó que "me encantaría que así como pudimos lograr la unidad política con Cristina y Sergio, pudiera lograrse la unidad de los trabajadores. Porque tenemos que estar más juntos que nunca”.
“Alberto sabe perfectamente bien a quién representa, y cuento con ustedes y ustedes conmigo, porque el primer compromiso lo tengo con los que me votaron. Y de eso no deben dudar. Cuando nos convencieron que no podíamos convivir con nuestras diferencias, nos gobernó Macri”, dijo.
En esa línea, enfatizó que “no debemos dividirnos más y, si la coyuntura nos divide, ya habrá tiempo para juntarnos. Pero que no nos hagan equivocar, que no nos enfrenten".
"Sepan que acá tienen un compañero, que eventualmente ejerce la Presidencia, pero que nunca se olvida que es un compañero de todos ustedes”, reafirmó e indicó que sabe que lo "acusan de dialoguista", pero afirmó que "las decisiones hay que construirlas no imponerlas".
En otro tramo de su discurso, Fernández dijo que la "hoja de la economía está en blanco y tenemos que reescribirla con un gran acuerdo en el que todos seamos actores, partícipes, y todos ganemos", en vez de "un acuerdo en el que algunos ganan la gran tajada y otros se llevan los restos".
En ese plano, propuso un "acuerdo sobre qué país" queremos y manifestó su propuesta: "Queremos construir un país integrado en el que todos tengamos voz, donde todos votemos, y un país que podamos reconstruir de nuevo”.
Más adelante, sostuvo que se propuso la "obligación de preservar las empresas y las fuentes de trabajo, y que aquel que esté trabajando tenga la seguridad de que el Estado ayuda a pagar los sueldos a su empleador”.
"Estamos viviendo un tiempo difícil y único en la Argentina y en el mundo que nos obliga a repensar el presente y el futuro. Nadie sabe a ciencia cierta dónde está el final de esta enfermedad que nos toca vivir, pero tenemos que integrar a todos los sectores de la sociedad”, reflexionó.
Acerca de la acción del Gobierno, señaló que "hemos venido ayudando en la medida en la que el Estado puede, y es complejo porque hemos recibido un Estado destruido" aunque reafirmó que "nos hemos impuesto la obligación de preservar empresas y lugares de trabajo".
"Para muchas pymes esto ha sido un gran alivio. Muchas se han reconvertido. Y todos tuvieron que hacer un esfuerzo enorme para adaptarse a esta realidad", admitió.
"¿Cuánto tiempo más queda de pandemia?", se preguntó y respondió a mismo tiempo: "Solo Dios lo sabe. Lo que sí sabemos es que con la cuarentena temprana hemos salvado la vida de miles de argentinos. Vimos lo que hicieron otros e hicimos lo contrario".
Asimismo, Fernández exclamó que "no podemos vivir en ese país profundamente injusto" y que "los que abrazamos la política no podemos quedar ausentes del debate de integrar a todos los sectores de la sociedad a la sociedad argentina".
"Una sociedad es un acuerdo donde dos partes se unen para lograr un objetivo. Ahora, una sociedad implica que ganen los dos. Si uno gana y el otro pierde eso no es una sociedad, es una estafa", insistió.
El jefe de Estado también reflexionó sobre lo que que dejó la pandemia, y concluyó que "un virus imperceptible derrumbó imperios económicos", dejando ver la "enorme fragilidad del sistema económico mundial".
"Contamos cuántos se enferman y cuántos mueren, y dejamos de ver cuántas empresas se caen y cuánto cotizan los bonos", sostuvo el mandatario.
"Créanme, es una gran tentación tener la lapicera para firmar decretos. Pero lo que más quisiera es un acuerdo para definir qué sociedad queremos construir", sostuvo en otro pasaje de su discurso..
En esa dirección, propuso un "país integrado, donde todos tengamos voz, un país que podamos reconstruir de nuevo y repensarlo. Y allí los dirigentes gremiales tienen mucho que hacer".
"Los de la CTA son auténticos dirigentes sindicales. Tienen gremios importantísimos, como, por ejemplo, el gremio de la educación. Porque la riqueza de las naciones está en la educación y también la representación de los trabajadores del Estado", concluyó Fernández.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario