lunes, 8 de junio de 2020

Roberto Lavagna gana terreno en el diseño de la recuperación económica

En el entorno presidencial se dice que quien está diseñando los grandes trazos del plan para crecer es el ex ministro de Economía Roberto Lavagna. El propio Alberto Fernández le pidió que se sume al Gobierno, ofrecimiento que sigue siendo rechazado por el ex candidato a presidente.


El Gobierno se encuentra ya diseñando políticas para recuperar la economía tras los destrozos que dejará el coronavirus, según se señala en la Casa Rosada. Y en esta materia, se dice en el entorno presidencial que quien está diseñando los grandes trazos del plan para crecer es el ex ministro de Economía Roberto Lavagna. El propio Alberto Fernández le pidió -más de una vez- que se sume al gobierno, ofrecimiento que sigue siendo rechazado por el ex candidato a presidente. “Si me piden mi opinión, la doy”, suele responder para minimizar su rol.

Lavagna hace tiempo que mantiene un estrecho contacto con el presidente y es consultado asiduamente por el ministro de Economía, Martín Guzmán. “Hay pocos economistas que tienen una visión como la nuestra para salir adelante”, suelen explicar en el entorno oficial. Recuerdan que Lavagna acompañó al ex presidente Néstor Kirchner a salir de la crisis del 2001 aplicando políticas para la reactivación con eje en la defensa de los superávit gemelos, es decir fiscal y externo.

Hoy resulta difícil pensar en alcanzar dichas metas pero -logrado el acuerdo con los acreedores y resuelto un nuevo programa con el FMI-, reducir el déficit fiscal será un objetivo a alcanzar pero en el tiempo.

Existe coincidencia entre los economistas en cuanto a que las consecuencias del coronavirus serán peores que la crisis del 2001. Lavagna suele comentar en privado que “hay algo de lo cual depende todo que abarca incluso la situación fiscal: sacar a la economía de 9 años de estancamiento”. El líder de Consenso Federal menciona con preocupación que los 3 últimos años registraron una recesión abierta.

Otro aspecto en el cual coinciden las miradas del primer mandatario y la de Lavagna es en la necesidad de recuperar el empleo, tarea nada fácil para un país que como consecuencia de la pandemia ya habría perdido 900.000 puestos de trabajo, según estima el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica.

La destrucción de riqueza que está provocando la pandemia es mayúscula. El consenso de los economistas prevé que el producto bruto interno caería 9,5% en el año, según el último relevamiento de expectativas de mercado que realiza el Banco Central, una cifra cercana a la recesión de 2002.

Para salir de la recesión y recuperar el empleo, tanto el gobierno como el líder de Consenso Federal concuerdan con que es fundamental el rescate de las pymes. En tal sentido, se prevé que avanzará en el congreso el proyecto del diputado Alejandro “Topo” Rodríguez, cercano a Lavagna, de ley para el sostén de las mipymes. Esta iniciativa propone apuntalar la producción argentina y cuidar el trabajo, con créditos a tasa cero y desgravación de impuesto a las ganancias en inversiones productivas, según sostiene el legislador.

El apoyo crediticio a las pymes es uno de los temas sobre los que insiste Lavagna, según sus allegados. Comentan, además, que su opinión es crítica respecto del desempeño de la autoridad monetaria.

Deuda

Lavagna también da sus opiniones sobre la negociación con los acreedores externos. Cabe recordar que tuvo a su cargo la salida del default en el que había caído la Argentina con el comienzo del milenio, mediante el canje de bonos realizado en 2005. Cabe destacar que se sabe que Guzmán se ve y conversa con mucha frecuencia con Lavagna sobre la negociación, tanto con los bonistas como con el FMI.

El ex ministro de Economía siempre consideró, según sus allegados, que el país debía negociar desde una posición de firmeza con los acreedores. Pero también estima que es necesario normalizar las relaciones financieras internacionales.

La opinión de Lavagna sobre cómo continuar las negociaciones con los acreedores seguramente será tomada en cuenta por el presidente Fernández en momentos en que el primer mandatario debe tomar una decisión política sobre cómo seguir las tratativas con los bonistas.

Las últimas informaciones dan cuenta que la oferta del gobierno podría acercarse a los 50 dólares por cada lámina de 100 (tomando un exit yiel de 10%), mientras que los acreedores no estarían dispuestos a bajar de 53/55 dólares.

Por disposición del primer mandatario, en el Ministerio de Economía se está trabajando en la elaboración de distintos “endulzantes”, es decir mejoras en la oferta argentina que acerquen las posiciones sin comprometer la sustentabilidad de la deuda. Así, se podrían contemplar los intereses acumulados durante el período de gracia mediante el otorgamiento de un bono u ofrecer rendimientos atados al crecimiento. La impresión dominante en la Casa Rosada es que las negociaciones tomarán más tiempo que el inicialmente previsto, pero que finalmente se llegará a un acuerdo.

Excedente

Sobre fines del mes pasado, Lavagna mandó un mensaje por la deuda, a través de las redes sociales: “Es hora que el #FMI emita menos opiniones y en cambio emita Derechos Especiales de Giro en apoyo de una economía mundial que ha sufrido una tremenda caída y reclama estímulos para el empleo y la producción”. En su momento se estimó que mediante esta vía el país podrá recibir más de 3.000 millones de dólares, cifra más que necesaria en momentos en que las reservas netas del Banco Central se encuentran en niveles mínimos (debajo de los 10.000 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones privadas).

El ingreso de divisas facilitaría la tarea que tendrá que encarar el gobierno en los próximos meses, consistente en la absorción de los pesos excedentes que hoy tuvieron que ser emitidos para atender la pandemia. Si se pudiese contar con estos fondos adicionales del FMI se evitaría tener que impulsar un bono a ser tomado por los bancos para absorber la emisión.

Lavagna no es muy bien recordado en el sistema financiero, tuvo innumerables discusiones con los banqueros cuando fue ministro de Economía. Esta mirada crítica hoy también es compartida por parte del gabinete aunque, cabe decir que los reproches vuelven a concentrarse en la figura del titular del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, en particular por las últimas trabas que estableció restringiendo el acceso a divisas que afecto a los sectores productivos.

Este último aspecto fue uno de los motivos centrales de la conversación que mantuvieron los principales dueños de empresas con el presidente Alberto Fernández la semana pasada y llevó a que ese jueves Pesce recibiera a la cúpula de la UIA para avanzar en un esquema que transparente el tema del acceso a las divisas.

Uno de los gestores que está siendo clave en acercar al oído presidencial falencias de la gestión es Gustavo Beliz, parco en palabras pero un buen listener (oyente) como se dice.

Ascenso

Quienes pensaban que Guzmán, una vez cerrado el acuerdo con los privados, haría sus valijas para volver a Washington, se llevarán una desilusión, se comenta en el entorno presidencial. Es que el ministro de Economía ya tiene parte de su tiempo abocado a trabajar en la recuperación económica.

Visita fábricas, trabaja en el proyecto del presupuesto 2021 y avanza en diseñar los trazos de una reforma tributaria que contemple “solo 3 o 4 impuestos” como les anticipo el presidente Alberto Fernández a los empresarios la semana pasada. “Ha crecido mucho su consideración dentro del gabinete”, comentan en el entorno presidencial.

En tanto, en sentido contrario, crecen las miradas críticas tantos al presidente del Banco Central, Miguel Pesce como asimismo a Mercedes Marco del Pont, titular de la AFIP, ambos funcionarios conocidos como “albertistas”. Se les cuestiona lentitud e impericia en la implementación de las diferentes ayudas establecidas por el gobierno.

Volviendo al acercamiento de Lavagna al gobierno, cabe considerar que tiene también implicancias políticas ya que su figura resulta atractiva para los sectores moderados de la sociedad. Al respecto, un informe de Synopsis sostiene que “los votantes centristas serán la clave electoral en 2021”.

Hay un 25% aproximadamente de la opinión pública que sistemáticamente apoya y valora de manera positiva al oficialismo, según esta consultora, lo que denomina “el núcleo duro oficialista”. En sentido contrario, cerca de 20% manifiestan reprobación hacia el oficialismo, el “núcleo duro opositor”. De donde concluye que son mayoría los centristas y serán ellos los que terminen definiendo las elecciones de medio término.

El Gobierno ya comenzó la etapa de anunciar obras, visitar fábricas y trabaja para en la medida de lo posible el empleo y los ingresos aunque sabe que no será fácil por eso es que escuchan atentamente las sugerencias de Lavagna.

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