sábado, 2 de mayo de 2020

Productores y exportadores retienen el mayor stock de soja de los últimos 8 años a la espera de mejores precios

En las últimas semanas, las fuertes bajas de la harina y el aceite de exportación volcaron la balanza hacia la exportación de poroto. La bajante del Paraná es otra complicación, pues encarece los fletes.


Aunque el Centro de Industriales Aceiteros de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) informaron que en abril exportaron por U$S 1.524 millones, un 43% más que en marzo, arrimando así un total de U$S 5.018 millones en divisas en los primeros cuatro meses del año, el sector sojero atraviesa un momento de espera y no tan armónico.

Sucede que la baja del precio de exportación de la harina y el aceite de soja presionaron la capacidad de pago de la industria, favoreciendo así la exportación del poroto sin procesar. El volumen de soja en manos de exportadores e industriales es el más alto en los últimos 8 años, dice un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Desde principios de año, los precios favorecían el procesamiento (para producir harina o aceite, las dos principales formas de exportación) antes que la exportación del poroto, pero el margen se achicó mucho en abril y se volvió incluso negativo en la segunda mitad del mes, debido al ingreso de la nueva cosecha.


Así, en el último mes los precios de la harina para exportar cayeron 17%, hasta situarse por debajo del valor del poroto, que cayó 3,6%, mientras el precio del aceite caída 5,7%. Las bajas fueron aún más pronunciadas en el up-river (el área portuaria situada al norte de Rosario): 27% para el aceite y 10% para el poroto.

Los embarques desde el Gran Rosario, principal boca de salida de la exportación argentina, se ven además complicados por la bajante del Rio Paraná, que atenta contra la competitividad de las exportaciones y encarece los costos de flete por la menor capacidad de carga de los buques. Se trata de la bajante más severa de los últimos 50 años ya le rebanó U$S 244 millones al complejo exportador, según calculó la bolsa rosarina.

El producto más castigado fue la harina de soja, de la que en abril se embarcaron unas 2,2 millones de toneladas, 18 % menos que abril de 2019. Las exportaciones de poroto de soja también estuvieron algo por debajo del 2019, pero su retroceso fue menor, de 11% y los de aceite se incrementaron 12%, aunque en todos los casos los volúmenes fueron inferiores a las exportaciones de igual período de 2018.

Abril es el mes de largada de la campaña comercial de soja, pero este año se inicia con industriales y exportadores que ya tienen en mano un volumen superior al que tuvieron, a la misma altura, en los últimos ocho años. Eso se debe a que esperan que los precios internacionales recuperen algo de lo que cedieron a raíz de la pandemia de coronavirus y su efecto depresivo sobre los commodities y la economía mundial

Los precios para embarque en mayo siguen registrando signo negativo, mientras productores y exportadores hacen sus cálculos de liquidez y compromisos para decidir qué volúmenes comercializan a la espera de que se dé vuelta la taba.

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