En cuatro años, la ex gobernadora fascista bonaerense encarceló a 13.000 personas, la mayoría por narcomenudeo, y no construyó nueva infraestructura. No hay distanciamiento posible, la higiene está ausente y hay miles de penitenciarios y empleados trabajando en focos de infección. El ausentismo del personal crece cada día.

Semejante cuadro de situación convierte los establecimientos en grandes focos de contagio del coronavirus porque no hay distanciamiento posible, las instalaciones son catastróficas, la higiene está ausente y, además, hay miles de penitenciarios, empleados, cocineros, médicos, enfermeros, trabajando en lugares en que el peligro de infección es mayúsculo. Por lo tanto, el contagio de adentro hacia la sociedad, está a un paso. De hecho, el ausentismo del personal crece cada día.
De manera asombrosa, la patética oposición armó una polémica por las excarcelaciones y prisiones domiciliarias, que no abarcan ni al seis por ciento imputados por delitos sexuales ni el cinco por ciento que está preso por supuestos homicidios ni a los acusados por robo a mano armada. Hoy, el 40 por ciento está detenido, con prisión preventiva, por narcomenudeo.
En un documento difundido desde La Plata, se adjunta un estudio de Chequeado.com en el que se verifica que las plazas en las cárceles están en el orden de las 24.000 y los internos suman 50.000. Es decir que hay una superpoblación del 110 por ciento.
"Durante la era Vidal, la tasa de detención pasó de 240 presos cada 100 mil habitantes a 308, mientras que la media nacional es de 194", señala el texto de la administración Kicillof.
Los fiscales que conocen de cerca esa evolución sostienen que el acento estuvo puesto en el llamado narcomenudeo, es decir los pequeños dealers y, por supuesto, el número se agrandaba con consumidores. Supuestamente, los organizadores, los narcos de nivel, terminaron en el sistema federal, no en el bonaerense. La estadística se aumentó en base al narcomenudeo y eso es lo que explica otro dato estadístico: el 57 por ciento no tiene condena, está con prisión domiciliaria, y el 40 por ciento está preso por ese delito.

En el marco de la pandemia de la covid-19, en todo el mundo se adoptaron medidas especiales para proteger o minimizar la incidencia en la población carcelaria. El término usado por la ONU, por ejemplo, es que debe impedirse una "catástrofe" en los penales, no sólo por el efecto en los presos sino también en los penitenciarios y en todos los que entran y salen de los establecimientos. La decisión de permitir la prisión domiciliaria de aquellos detenidos con condenas leves o próximas a ser cumplidas corresponde al Poder Judicial, es decir que el Ejecutivo no tiene la menor decisión sobre quien sale y quien queda.
En un twit publicado el martes, el propio juez de Casación, Víctor Violini, que después de consultar con el resto de los magistrados firmó la resolución, dejó constancia de los términos del fallo: "El Habeas corpus colectivo que resolví no permite el arresto domiciliario de: delitos cometidos con armas, delitos de violencia de género, delitos de abuso sexual o delitos cometidos con violencia. Si dudan pasen por Casación y se le entregará copia de la Resolución".
Fuente: nota de Raúl Kollmann para Página/12
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