martes, 28 de abril de 2020

En Italia la Iglesia protesta porque no puede celebrar misas por el coronavirus

Los obispos acusaron al gobierno de no respetar la libertad de culto. Los que más acuden a rezar son los ancianos, es decir, el grupo de riesgo de contagio. 


Los obispos de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) se oponen a una de las medidas dispuestas por el decreto firmado el domingo por el primer ministro Giuseppe Conte, que impide la celebración de misas después del 4 de mayo, día que termina la Fase 1 del plan anti coronavirus e inicia la Fase 2. 

Durante las casi nueve semanas de cuarentena que se cumplirán el 4 de mayo, no se pudieron hacer celebraciones religiosas de ningún tipo, incluso los parientes de las personas fallecidas por el coronavirus no pudieron hacerles funerales. Ahora podrán participar de los funerales sólo familiares y un máximo de 15 personas con la distancia social reglamentaria entre ellos (mínimo un metro).

Pero las misas, que en estas cinco semanas estaban prohibidas a no ser las trasmitidas por Internet (el papa Francisco la celebra cada mañana en la iglesia de Santa Marta del Vaticano, ante pocas personas y se transmite on line), tampoco se podrán celebrar después del 4 de mayo. Esto desencadenó la reacción de laicos y miembros de la Iglesia, sabiendo que mucha gente necesita del sostén de las celebraciones religiosas en estos momentos de aguda crisis.

Pero también es cierto que los que asisten a las misas son en su mayoría personas de una cierta edad, es decir, como ha sido demostrado por los científicos, personas que tienen muchas más posibilidades de enfermarse gravemente si se contagian. Y la misa, si no se toman medidas estrictas, podría ser una fuente de contagio. En este sentido el primer ministro Conte aclaró que se está trabajando sobre un “protocolo” de comportamiento que podría estar listo en los próximos días y que permitiría lo más pronto posible la participación de las personas en actos litúrgicos con la máxima seguridad, muy probablemente usando mascarillas y manteniendo las distancias recomendadas.

Los obispos de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) protestaron ante las decisiones del decreto, acusando al gobierno de no respetar la libertad de culto. Un fraile de la Orden de la Mercedes, Efisio Scirru, de la isla de Cerdeña, ha comenzado recoger firmas sobre una plataforma en Internet, Change.org. “Queremos la misa”, sostienen los que firman. La idea es mandar todas las firmas al gobierno. “Hay aperturas para tantas cosas pero no para la vida de culto. Creo que muchas iglesias son bastante amplias como para garantizar la distancia entre los presentes. Las celebraciones, además, también pueden ser hechas en espacios al aire libre”, declaró Scirru.

Y sobre este punto estuvo de acuerdo también la comunidad musulmana. “Estoy de acuerdo con la CEI. No se trata sólo de garantizar el derecho al culto sino también de una sensibilidad hacia los creyentes de cualquier fe” en estos difíciles momentos, dijo a la agencia italiana ANSA el Iman Yahya Pallavicini, presidente de la Comunidad Religiosa Islámica Italiana.

“Espero que el gobierno reciba el cuidadoso reclamo de la CEI, y también de tantos laicos, y adopte lo más rápido posible las medidas que permitan retomar las actividades del culto en condiciones de seguridad”, comentó el líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi.

El decreto, que según Conte establece una serie de normas para volver la normalidad “con prudencia y gradualidad” y así evitar contagios, permitió la reapertura este lunes de las obras de construcción públicas, de las empresas dedicadas a la exportación y las mayoristas. Pero la verdadera Fase 2 partirá el 4 de mayo. Se retomarán parte de las actividades productivas, habrá una mayor libertad de movimiento de las personas, siempre respetando las normas de seguridad. Los negocios minoristas deberán esperar para abrir sus puertas hasta el 18 de mayo, siempre y cuando las curvas del contagio elaboradas por la Protección Civil, indiquen que puede realizarse. Los restaurantes y bares seguirán cerrados pero podrán vender comida para llevar. Quien estaba lejos de casa en el momento en que empezó la cuarentena, hace 5 semanas, podrá volver a casa. Pero los movimientos de una región a otra serán estrictamente controlados ya que son permitidos sólo en casos excepcionales.

Las personas podrán moverse un poco más libremente. Se retomarán algunas actividades deportivas, siempre que se mantengan las normas de seguridad. Se podrá también ir a visitar a los familiares, aun cuando vivan en otras ciudades de la región. Sobre este punto también hubo discusión. “¿Quién es el Estado para decidir que hay que ir a visitar a un primo y no a la novia? Estas normas son incomprensible”, comentó de su lado el ex premier del Partido Democrático Matteo Renzi. También dijo que hablará sobre este tema esta semana en el Senado.

Estuvieron de acuerdo con Renzi los exponentes de la organización Arcigay, quienes subrayaron que muchas veces los gay no son reconocidos y sus parejas, según el decreto, podrían no ser consideradas una familia. Otros sacaron a relucir el caso de los padres separados que quieren ver a sus hijos, pero podrían no ser considerados parte de la familia.

Las peluquerías y las casas de estética se encuentran en peores condiciones para reabrir sus puertas, porque según los expertos esos lugares podrían ser fuentes de contagio. Según el Decreto podrán abrir recién en junio. Ayer, en Padua (norte de Italia), dos propietarios de una peluquería se ataron con cadenas a las puertas de su local como signo de protesta.
Por  Elena Llorente, desde Roma, para Página/12

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