viernes, 15 de mayo de 2020

La UTT donó más de 15 mil kilos de alimento para comedores populares

A raíz de la pandemia del coronavirus y frente a la emergencia sanitaria y alimentaria que vive el país, los trabajadores de la tierra organizaron ayer al mediodía una nueva donación en el barrio porteño de Constitución.


La Unión Trabajadores de la Tierra destinó ayer unos 15 mil kilos de alimentos para que sean distribuidos en comedores barriales de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. 

También entregaron verduras y frutas a vecinos del barrio de Constitución, que se acercaron al lugar con barbijo y manteniendo el distanciamiento social.

“Somos el campo que alimenta sin químicos ni agrotóxicos que matan, y nos solidarizamos ante la situación de los comedores, brindando comida sana, soberana y rica”, afirma Zulma Molloja, una pequeña productora de La Plata que entregó cientos de cajones.

En la jornada de ayer, la entrega de alimentos de la UTT fue a 15 organizaciones políticas y comedores barriales. Es la cuarta oportunidad que la actividad de donación se hace en CABA. El año pasado, en una acción similar, fueron reprimidos por el gobierno porteño en la misma esquina en la que hoy decenas de vecinos recibieron verduras y frutas por parte de la organización.

“No solamente tenemos iniciativas solidarias, también tenemos muchas propuestas”, relata Rosalía Pellegrini, que es parte de la coordinación nacional de la UTT.

La organización nacional ya distribuyó más de 2.500 toneladas de comida a precios accesibles y realizó donaciones de más de 70 mil kilos de verduras y frutas en diversas ciudades del país, en lo que va de la pandemia por el Covid-19.

¿Cómo es la actualidad de los pequeños productores?

La realidad del país y el mundo no deja de afectar a quienes alquilan las tierras para producir alimentos sin agrotóxicos. “Muchas veces no nos pagan por nuestro trabajo y al mismo tiempo, si no cumplimos con los pagos de alquiler, nos echan”, cuenta Molloja con preocupación. “Es lamentable lo que nos pasa, pero si nosotros no producimos, el pueblo no come”, agrega.

A raíz del cierre de las fronteras, el acceso a algunas semillas que son exportadas y están dolarizadas, es difícil de afrontar. La productora de La Plata explica que “si bien hay acuerdos para obtener semillas naturales, hubo un desabastecimiento. Pudimos plantar lo que se pudo, pero también hubo inundaciones que arrasaron con los nylon, las maderas y las verduras. Tenemos todas esas variables en nuestra realidad”.

En 2016, con el acompañamiento del diputado nacional Leonardo Grosso, se presentó un proyecto de ley para la creación de un Fondo Fiduciario Público de Crédito para la Agricultura Familiar, con el objetivo de que quienes trabajan la tierra puedan ser dueños de ella. “Todos los que firmaron ese proyecto, ahora son gobierno así que esperamos que este año avance una nueva presentación de ese Procear Rural, y también el de las colonias agrícolas, que consiste en tierras fiscales para producir alimentos sanos para el pueblo”, dice Rosalía Pellegrini.

Si bien detalla que ven voluntad del gobierno para que eso avance y responder a esa situación, alerta sobre el día a día de los productores: “No podemos pretender comer en base a miles de familias sin acceso a la tierra, que viven en casitas de madera. Tiene que ser una prioridad y es clave”.

Sobre ese proyecto, Molloja expresa que “queremos tener nuestra propia tierra para producir, queremos pagarla. Si tuviésemos viviendas dignas y tierras, podríamos producir alimentos sanos, ricos y sin agrotóxicos”.

¿Qué sucede con la cadena de producción y el aumento de precios?

Según Pellegrini, “las grandes empresas y empresarios que monopolizan la producción de alimentos, hoy están especulando con la comida, ya que son los que plantean que hay que venderles alimentos básicos al Estado a precios exorbitantes”.

Desde la UTT sostienen que a los grandes terratenientes “les interesa exportar los alimentos y no asistir al mercado interno y por eso los precios suben”.

“En 55 hectáreas en Luján, producimos alimentos para más de tres mil familias. Hagamos la cuenta. Eso es un beneficio importante para el pueblo”, concluye Pellegrini, luego de una jornada intensa de asistencia a sectores muy vulnerables de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano.

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