viernes, 8 de mayo de 2020

Guzmán logró apoyo interno mientras pulsea afuera

En horas decisivas para la reestructuración de la deuda, el equipo económico celebró un exitoso canje de letras en la plaza local por 1600 millones de dólares. 


El gobierno canjeó 1600 millones de dólares de letras nominadas en moneda extranjera por bonos en pesos ajustados por CER. El límite máximo fijado por la Secretaría de Finanzas fue el número finalmente adjudicado, aunque se recibieron ofertas por el equivalente a más de 2000 millones de dólares. 

"Es un acompañamiento del mercado local al proceso de reestructuración de la deuda", señalaban apenas cerrada la operación en el Palacio de Hacienda.

Este viernes vence el plazo formal para la aceptación de la propuesta de canje presentada por el gobierno y rechazada por los tres comités ad-hoc que negocian en nombre de una veintena de grandes fondos de inversión. Sin embargo, está previsto que las negociaciones se extiendan hasta el 22 de mayo, fecha en que vence el período en que se pueden pagar los intereses de abril de bonos Globales sin que se considere cesación de pagos.

“Estamos dispuestos a considerar cualquier combinación de reducción de intereses, reducción de capital, extensión y vencimiento del periodo de gracia que respete las limitaciones que definen lo que es sostenible”, señaló ayer el ministro de Economía, Martín Guzmán, en una entrevista a Bloomberg.

Canje local

En este contexto, el canje en el mercado local, la gran apuesta del equipo económico, fue considerado un éxito por el gobierno. Esta colocación es el primer paso en el programa de desdolarización del mercado financiero local. La licitación se realizó captando letras en dólares, a un tipo de cambio oficial de 67 pesos por bonos en pesos con una tasa de 1,5 por ciento más CER.

La operación permitió el rescate de letes en dólares que estaban defolteadas luego de tres prórrogas o reperfilamientos -el primero realizado durante la nefasta gestión de Cambiemos-, junto a un remanente que vencía en el transcurso de este año (30 de septiembre y 31 de diciembre próximos). Como contrapartida se entregó a la par un paquete de bonos (TX24) en pesos que rinden por encima de la inflación, con un primer vencimiento de intereses en septiembre (luego cada seis meses) y capital en 2022, 2023 y 2024.

"Se había fijado un máximo de emisión, para no crear otro monstruo financiero, de 1600 millones de dólares en bonos con CER", explicó una fuente oficial. Con esta adjudicación, la emisión de bonos TX24 se ubica en los 4000 millones de dólares.

Los extranjeros

A esta recepción local se antepone la postura más beligerante e intransigente de los grandes fondos de inversión extranjeros. Entre los inversores y sociedades de Bolsa se quejan de que haya grandes financistas especulativos que tengan la capacidad de bloquear una reestructuración nacional y poner en riesgo las tenencias de todos los inversores. 

"No todos tenemos la espalda financiera ni la intención de voltear al gobierno como dice tener Blackrock. Nos gustaría una solución ordenada y rápida", reconocen desde una banca de inversión local. Amplificados por algunos medios, los fondos extranjeros deslizan supuestas negociaciones en las que se acercan posiciones, pero, según señalan desde el gobierno, "no hubo ninguna propuesta seria, salvo la que se comunicó esta semana de Blackrock"

La propuesta de este fondo implicaba cero quita de capital e intereses y la extensión de cuatro años de los vencimientos, lejos de la oferta que realizó el gobierno. La propuesta argentina incluye una reducción de 5,4 por ciento de capital y de 62 por ciento en pago de intereses y un periodo de gracia de tres años. De todos modos, en Hacienda aseguran que están abiertos a recibir otras propuestas que respeten el objetivo de ser sustentables en el largo plazo. “Somos flexibles en términos de combinaciones de parámetros. La esencia es la sostenibilidad", señaló Guzmán en la entrevista. 

El ministro insistió en que no está en sus planes retrasar la fecha límite del 8 de mayo a menos que haya “nuevos elementos”, como una propuesta por escrito de los acreedores que justifique tal extensión, lo que demostraría una verdadera voluntad de diálogo. 

Hasta el momento la posición argentina viene cosechando amplio apoyo, incluso del Fondo Monetario Internacional. De todos modos, el vocero del organismo, Gerry Rice, buscó este jueves correrse del lugar de voz autorizada: "Las autoridades argentinas están, en la actualidad, llevando adelante activas negociaciones con los tenedores privados de bonos para reestructurar su deuda soberana y en línea con nuestra práctica de larga data, no sólo para la Argentina, sino para todos los países, estas negociaciones son una cuestión bilateral y el Fondo no está involucrado directamente”, señaló en su habitual conferencia semanal.
Fuente: nota de Cristian Carrillo para Página/12

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