miércoles, 6 de mayo de 2020

Diego Fernández, el funcionario porteño apuntado por el pico de contagios la Villa 31

"No hubo labor de contención. Si la gente no tomó conciencia del peligro del coronavirus es porque no la convencieron", criticaron desde el larrastismo.


Diego Fernández es el gran apuntado por el larretismo tras el aumento exponencial de los contagios en la Villa 31. A pesar de que recibió millonarias inversiones del estado, en el barrio no hay agua desde hace más de una semana y suman casi 200 infectados y un muerto.

El coronavirus entró a los barrios de emergencia y ya lo padecen casi 250 personas, la mayor parte en la Villa 31. En en el régimen de la CABA creen que es el comienzo de un brote que se agravará en pocos días y todas las miradas están puestas en Fernández, Secretario de Integración Social y Urbana

Hubo funcionarios sorprendidos por la "falta de respuesta" que mostró Fernández. "Se sabía que por su cercanía con Recoleta era posible que el virus llegara a la Villa 31. Recoleta es una zona de entrada turística y de viajeros muy fuerte, es increíble que no hubiera nada previsto", analizaron fuentes capitalinas.

El Secretario de Integración Social llegó al régimen porteño en 2010 de la mano de Esteban Bullrich. En su cuenta de Linkedin se proclama creador del G25, una fundación del PRO que sirvió para reclutar empresarios del sector privado y llevarlos al mundo de lo público, además de conseguir aportes que luego destinan a acciones políticas.

En 2015 pasó a liderar el proceso de urbanización de la Villa 31, uno de los caballitos de batalla de Rodríguez Larrata para diferenciarse de Miauricio Macri Blanco Villegas. Fue uno de los lugares más visitados por el jefe de gobierno, que incluso instaló una oficina en la que trabajaba una vez por semana.

En 2015 el oficialismo porteño había perdido en la Villa 31 por cuatro puntos en las elecciones porteñas. Después de una inversión de más de 850 millones de pesos, de la construcción de 1350 viviendas para los vecinos, de una gigantesca escuela y de la mudanza del Ministerio de Educación al barrio, Rodríguez Larrata perdió por 47 puntos en los comicios de 2019.

"Podés llegar a un lugar, pero si no tenés resultados y no cambiás no entendiste nada", criticó un funcionario porteño. "La gestión es muy pobre. No hubo labor de contención, de información para que la gente no saliera de su casa. Si la gente no tomó conciencia del peligro del coronavirus es porque no la convencieron", agregó.

"Le faltó articulación con la gente, generar una masa crítica, el problema es que no tiene política. Es de esos que llegan a la política porque mandan un currículum", sostuvo la fuente. 

Hasta que llegó a la función pública era conocido por haber trabajado en una conocida marca de heladerías y por haber fundado Dashi, uno de los restaurantes de sushi más selectos de la CABA.

También le facturan no haber robustecido el sistema de salud y armar una unidad febril dentro del barrio. Y no haber conseguido una solución para la falta de agua: en los últimos días hubo cruces entre el gobierno porteño y las autoridades de AySA por el suministro de agua potable en la Villa 31. Desde la empresa aseguran que la instalación de una red de agua potable depende de la ciudad.

A pesar de su conversión al larratismo, en el espacio oficialista no ven con buenos ojos. "Es un papelón lo que hizo en la Villa 31, pero por ahora pasa inadvertido, vamos a ver hasta cuándo. En el partido no lo quieren mucho, lo tienen como un empresario millonario que cae en una moto BMW a las reuniones y habla por radio como si fuera un Swat", criticaron.

"En lo bueno y en lo malo falló en la comunicación con la gente: en la urbanización y en el Covid" , opinó un larratista que lo quiere lejos del gobierno porteño. Aunque sabe que es difícil: por ahora "el Guasón" lo respalda.

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