En la Villa 1-11-14, tres gendarmes hicieron caminar en cuclillas y con las manos en la nuca a dos jóvenes que habrían incumplido el aislamiento. En Isidro Casanova, policías bonaerenses obligaron a otros jóvenes a hacer saltos de rana y flexiones de brazos. Los videos circularon por las redes sociales.
El Ministerio de Seguridad sancionó y apartó de sus funciones a los miembros de las fuerzas de seguridad que, tal como lo muestran sendos videos difundidos en las redes sociales, cometieron abusos contra jóvenes que habían incumplido con la cuarentena obligatoria dispuesta por el gobierno en el marco de la pandemia de coronavirus.
Uno de los hechos de violencia institucional tuvo lugar en la Villa 1-11-14, del barrio porteño de Flores, y el otro en la localidad de Isidro Casanova, del partido de La Matanza. En ambos estuvieron involucrados agentes de Gendarmería Nacional y de la policía bonaerense, que fueron identificados y “apartados en cuestión de horas”, según confirmó a este diario una fuente de la cartera que conduce Sabina Frederic.
El hecho que ocurrió en una calle de la Villa 1-11-14 fue denunciado en las redes sociales por La Garganta Poderosa, bajo el título “La pandemia de siempre”. Allí, las filmaciones caseras muestran cómo al menos tres gendarmes hacen caminar en cuclillas y con las manos en la nuca a dos jóvenes que no habrían cumplido con la normativa.
En este caso, “el subdirector Nacional de Gendarmería ordenó el pase inmediato a disponibilidad con inicio de actuaciones disciplinarias” para los agentes involucrados, aseguró la fuente. Se “dispuso el inmediato relevo preventivo del personal y el inicio de las actuaciones disciplinarias” correspondientes. Lo que resta es “individualizar a quienes estaban a bordo del móvil” de la fuerza y que, por lo tanto, participaron también de esos abusos.
En otro hecho tuvo lugar en Isidro Casanova. Un video muestra cómo al menos dos policías (no se los ve por estar detrás de la cámara) obligaron a un grupo de jóvenes a realizar acciones propias del denominado “baile”, una modalidad de castigo que data de los cuarteles en tiempos del servicio militar obligatorio.
“En cuclillas y con las manos en la nuca. ¡Vamos!”, mandó uno de los agentes, que además redobló su orden a uno de los muchachos que lo cuestionó. “Usted también, vamos, todos”, instaron, y con un conteo a los gritos marcaron el ritmo con que se debían hacer los saltos rana y flexiones de brazos.
Como si es no bastara para la vergüenza de los civiles, los integrantes de las fuerzas los obligaron a cantar el Himno Nacional y a hacer más flexiones de brazos. “Diez más. Abajo. ¡Dale!”, gritó uno que pretendió aleccionar de esa manera a quienes habían transgredido el aislamiento.
Tanto en este hecho como en el de la 1-11-14 “se actuó de inmediato a través de la Subsecretaria de Control y Transparencia, desde donde se solicitó el envío de las actuaciones correspondientes y el seguimiento de las mismas”, añadieron desde el Ministerio de Seguridad de la Nación.
Además, indicaron que los casos fueron recepcionados a través de su difusión en las redes sociales y que ninguno había sido denunciado al 134, la línea abierta para dar cuenta de incumplimientos a la cuarentena obligatoria y hechos de violencia institucional. Por este motivo, recomendaron a la sociedad a que recurran a esa vía para las denuncias de ese tipo.
Estos no fueron los únicos casos que dieron cuenta del autoritarismo policial, cometidos con el justificativo de hacer cumplir la cuarentena por la pandemia. Días atrás circuló otro video en el que un policía provincial retaba a los gritos a un joven y una adolescente, a quienes además amenaza con “darle patadas en el culo” por no hacerle casos a sus padres. El caso circuló como si se tratara de un aleccionamiento pertinente para quienes transgredían la norma.
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