Sí alientan los controles en los municipios porque consideran que ayudan a evitar la circulación no justificada.
Tanto desde el gobierno nacional como en la provincia de Buenos Aires mastican bronca con un grupo de intendentes que bloquearon los accesos a sus distritos como medida sanitaria para enfrentar la pandemia de coronavirus.
El sábado se conoció el caso de Ezeiza, que cobra relevancia por ser un distrito del conurbano con un importante caudal de tránsito en el oeste del Gran Buenos Aires. Sin embargo, los casos se replicaron en el interior bonaerense.
Dolores, Olavarría, Necochea y Villa Gesell son algunos de los distritos del interior donde sus intendentes dispusieron bloqueos con montañas de tierra. Esos cortes ya llevan días y se mantienen.
Esa práctica se diferencia de otra modalidad que tiene que ver con controles en los accesos de los distritos. Eso implementaron en la ciudad de Buenos Aires y la mayoría de los distritos del conurbano bonaerense.
Dos casos: desde el sábado en Lomas sólo pueden circular por los accesos habilitados personas que presenten su documento de identidad en el que figure su domicilio en ese distrito o que mantengan con el partido actividades demostrables y exceptuadas en el decreto del presidente.
En tanto, Almirante Brown dispuso estrictos controles de tránsito en los acceso y aclararon que no se permitirá el ingreso al distrito salvo casos de emergencia o debidamente justificados.
En el gobierno defienden esta última acción y explican que esos controles ayudan a persuadir para que la gente no circule. El problema -explican- es que se impida el tránsito de camiones con alimentos, camiones de caudales, o emergencias sanitarias.
Otros distritos apuestan a una modalidad mixta. Por caso, La Plata y Pehuajó decidieron cortar algunos accesos, pero mantienen controles en otros. En ese caso, parece una decisión coordinada con el gobierno central.
Una cuestión llamativa es que varios intendentes dicen haber "cerrado" la ciudad cuando en realidad sólo están haciendo controles en los ingresos. Sucede que la medida de bloquear con montañas de tierra es muy popular dentro de los distritos y hasta responde a una demanda interna de sus electorados.
De ahí entonces que algunos promuevan hacia adentro falsos bloqueos y también que otros hayan decidido ejecutar esos cortes. Conocedores de los territorios, algunos alcaldes prefieren pagar el costo con el gobernador pero quedar bien posicionados con sus electorados.
Los intendentes se muestran localistas al extremo y hasta hacen correr audios por WhatsApp alentando el aislamiento. En las últimas horas circuló uno del intendente de Dolores, Camilo Etchevarren, en el que pide a sus vecinos que no dejen ingresar a un joven presuntamente contagiado.
Sin enfrentarlos directamente ni señalarlos individualmente, desde el gobierno le piden a los intendentes que se aboquen a hacer cumplir la cuarentena pero sin tomar decisiones propias.
"Vemos que aparecen los arrebatos o las decisiones individuales de un sector producto de hacer un gesto a sus propios gobernados", dijo Sergio Massa en declaraciones radiales. "Yo lo que le diría esos intendentes es que detengan a quienes violen la cuarentena y que apliquen multas de 50 a 500.000 pesos. Nada más doloroso que la detención y el golpe en el bolsillo para los imbéciles", agregó.
También habló del tema el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quie es particular afectado en la situación porque de algún modo es quien tiene que dar la orden a los intendentes de que no actúen a través de decisiones propias.
"No hagamos cosas que están libres a la interpretación de cada uno", dijo en declaraciones radiales y explicó que la mínima distancia entre dos puntos es una línea recta, por lo tanto, si se pone un montículo de tierra en un acceso, una persona con eventual contagio va dar vueltas y vueltas alargando la cadena de contagio.
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