Con los nuevos datos, las víctimas fatales llegaron a 5.476 -dos mil màs que China- desde el 21 de febrero, mientras que los contagiados superaron los 57.000.
Mientras el gobierno se prepara para afrontar el pico de contagios de coronavirus en los próximos días, Italia anunció ayer que 651 personas con cuadros positivos de coronavirus murieron en las últimas 24 horas, aunque con casi 1.000 contagios menos de los informados entre viernes y sábado.
"Lamentablemente hoy tenemos 651 nuevas víctimas. Los casos positivos de las últimas 24 horas son 3.957", anunció el titular de la Protección Civil, Angelo Borrelli, en conferencia de prensa. Con los nuevos datos, las víctimas totales llegaron a 5.476 desde el 21 de febrero.
De todos modos, los contagiados entre el sábado y el domingo representaron una baja de casi el 25% con respecto al dato anterior, que eran los 4.821 registrados de viernes a sábado. "Esperamos que estos números puedan ser confirmados en los próximos días, pero hace falta no bajar la guardia", planteó Borrelli.
Ante una semana clave
Con largas filas en los supermercados y mayor presencia policial y militar en las calles, Italia se prepara para afrontar esta semana una avalancha de nuevos casos de coronavirus y con el número de personas denunciadas por infringir las normas de aislamiento que sube a la par que los de víctimas y fallecidos.
El gobierno italiano y las regiones del norte del país endurecieron en las últimas horas las medidas para frenar la difusión del coronavirus Covid-19 a la espera de reducir los casi 5000 contagios diarios de los últimos días y de frenar el récord de muertes que, con más de 4.000 víctimas fatales en un mes, posiciona a la nación europea a la cabeza del mundo.
Sin embargo, el Ministerio del Interior informó este domingo que el sábado más de 11.000 personas, el mayor número desde iniciadas las medidas de restricción, fueron denunciadas por incumplir las normas del aislamiento en los puestos que las fuerzas de seguridad desplegaron en todo el territorio para hacer respetar la prohibición de desplazamientos.
En tanto, supermercados de la capital Roma como uno ubicado en la Via Gregorio VII, a metros del Vaticano, u otro en la estación Valle Aurelia, registraban filas de más de dos horas para poder comprar, luego de la decisión del gobierno de restringir la apertura dominical hasta las 15.
Además, para desestimular las salidas en familia con la excusa de hacer las compras y evitar las restricciones que se vieron en días previos, los grandes centros comerciales empezaron a habilitar el ingreso de una sola persona por núcleo familiar.
Al mismo tiempo, las calles de Roma empezaron a mostrar una mayor presencia de móviles policiales que reclaman con altoparlante que la gente se quede en su casa o que respete de forma estricta la distancia mínima de un metro si decide salir por algunos de los motivos esenciales que autoriza el gobierno, como compras, salud o trabajo.
Más de 50.000 personas se contagiaron de coronavirus en toda Italia hasta el momento de acuerdo a las cifras oficiales, aunque diversos estudios matemáticos y médicos plantean que la cifra podría ser hasta tres veces mayor ya que no se hacen test de Covid-19 a los millones de ciudadanos que permanecen en sus casas asintomáticos o con síntomas leves.
Según anunció el titular de la Protección Civil Angelo Borrelli, el pico de contagios y muertes podría darse esta semana o la próxima, en línea con el vencimiento de las medidas de restricción que dispuso el gobierno, originalmente hasta el 3 de abril.
El primer ministro Giuseppe Conte anunció anoche el cierre de toda industria "no esencial" hasta el 3 de abril, aunque el propio premier ya confirmó que todas las restricciones serán prorrogadas.
Dentro de los rubros que seguirán abiertos, el premier confirmó a los supermercados, bancos y farmacias, pero también negocios con una "esencialidad" cada vez más cuestionada por los italianos, como kioscos de diarios y puestos de tabaco.
En Lombardía, donde se registran más del 60% de los fallecimientos, el gobernador Attilio Fontana decretó una ordenanza para cerrar oficinas públicas, estudios profesionales y todo tipo de actividad al aire libre, además de disponer el uso de escáners térmicos en los supermercados.
La también norteña Piemonte dispuso, a través de una iniciativa de su gobernador Alberto Cirio, "cerrar todo lo que es posible en base a los poderes de la región"; ya que consideró que se trata "de la más grande emergencia desde la Segunda Guerra Mundial".
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