El líder de la ultraderecha brasileña lleva varios días desafiando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y calificó al virus como una "gripecita".
En medio de cuestionamientos de gobernadores y legisladores por su política frente a la pandemia de coronavirus, el presidente brasileño Jair Bolsonazi sigue con su enfrentamiento con la prensa.
El mandatario ultraderechista insultó a periodistas que lo esperaban a su salida del Palacio da Arvolada en Brasilia. "¿Qué mierda están haciendo acá? No es que dicen que hay coronavirus, por qué no se quedan en su casa haciendo cuarentena", les gritó Bolsonaro, tal como se ve en un video que compartió su hijo Eduardo en Twitter. Antes recibió el saludo de un puñado de seguidores.
El sorete mal cagado lleva varios días desafiando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y calificó al virus como una "gripecita". Afirmó que "no hay por qué cerrar escuelas", cuando "en el mundo" los más afectados por la pandemia son los mayores de 60 años, entre los que él mismo está, con 65 cumplidos el pasado sábado.
Mientras tanto, los gobernadores de los 27 estados de Brasil anunciaron que desoirán las críticas hechas por el presidente a las cuarentenas que han impuesto por el coronavirus y que seguirán apegados a los consejos de la OMS.
En una videoconferencia realizada el miércoles entre 26 de los 27 gobernadores, se acordó mantener las medidas restrictivas pese a la opinión del mandatario, y seguir "estrictamente" los consejos de la OMS y casi toda la comunidad científica internacional, que defienden el aislamiento social para frenar al coronavirus. El único ausente en la videoconferencia fue el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, quien fue el primero en aplicar restricciones a la actividad económica y ya había anticipado que las mantendría.
Las actividades religiosas, "servicios esenciales"
Bolsonazi incluyó este jueves a las actividades religiosas "de cualquier naturaleza" en la lista de servicios esenciales que deben seguir funcionando pese a la expansión de la pandemia del coronavirus y las recomendaciones de que las aglomeraciones deben ser evitadas.
En un decreto publicado en el Diario Oficial el mandatario fascista instituye que están permitidas las "actividades religiosas, de cualquier naturaleza", siempre y cuando sean "obedecidas las determinaciones" del Ministerio de Salud.
Ante el acelerado avance del coronavirus, las principales congregaciones religiosas de Brasil habían anunciado la suspensión de cultos, misas y celebraciones presenciales, que pasaron a ser televisadas. Sin embargo, la mayoría de las iglesias y templos siguen abiertos para ofrecer atención "individual" a sus miembros.
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