jueves, 27 de junio de 2019

“Siguen pisando cadáveres de los compañeros asesinados”, dijo el papá de Darío Santillán

Luego de 17 años de impunidad frente a ambos crímenes, la familia, amigos, compañeros de militancia y partidos políticos realizaron un nuevo homenaje en Avellaneda, exigiendo justicia y castigo a los culpables políticos y materiales.


El 26 de junio del 2002 varias organizaciones, entre ellas el MTD (Movimiento de trabajadores desocupados) planearon una movilización masiva, cuyas consignas eran: aumento general del salario, la duplicación de los subsidios para los desocupados, más alimentos para los comedores populares y solidaridad con la fábrica ceramista Zanón.

Cuando la columna de manifestantes llegó al puente Avellaneda, ya se encontraba en el lugar un operativo conjunto de las fuerzas de Seguridad, Policía Federal, la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina quienes reprimieron la masiva movilización impidiendo el acceso a los principales puentes de ingreso a la ciudad de Buenos Aires, logrando así su aislamiento geográfico por su frontera sur.

El MTD, que contaba con una importante presencia en la zona sur del Gran Buenos Aires, cortaría el Puente Pueyrredón. Los operativos de las cuatros fuerzas de seguridad del Estado impidieron que se realizarán los cortes. Dispararon balas de plomo contra los manifestantes. A Maximiliano Kosteki lo asesinaron en el hall de la Estación Avellaneda; Darío Santillán, quien a sus 15 años aprendió primeros auxilios, entró a la estación para socorrerlo y ahí otro Bonaerense lo fusiló por la espalda.

Luego de 17 años de impunidad frente a ambos crímenes, la familia, amigos, compañeros de militancia y partidos políticos realizaron ayer un nuevo homenaje en Avellaneda, exigiendo justicia y castigo a los culpables políticos y materiales.

Por el crimen de Darío y Maxi en 2006 fueron condenados a prisión perpetua el ex comisario Fanchiotti y el ex cabo Acosta. Otros siete efectivos recibieron penas mínimas y al poco tiempo fueron liberados.

Desde julio de 2002 las familias de los jóvenes asesinados reclamaron que se juzgue también a los responsables políticos. Éstos son el ex presidente interino Eduardo Duhalde, el entonces gobernador de Buenos Aires y actual candidato a diputado nacional Felipe Solá; el ex secretario de Seguridad Interior de la Nación Juan José Álvarez; el ex jefe de la SIDE y fallecido gobernador de Río Negro, Carlos Soria; el ex jefe de Gabinete Alfredo Atanasof; el ex ministro de Justicia nacional, Jorge Vanossi; el ex secretario general de la Presidencia y actual candidato a concejal en Pinamar, Aníbal Fernández; el ex ministro del Interior, Jorge Matzkin;, el ex ministro de Seguridad bonaerense, Luis Genoud, así como el ex vicejefe de la SIDE, Oscar Rodríguez.

Desde las 15:00 delmartes, se realizó una jornada cultural en la Estación Darío y Maxi (Avellaneda). Se realizó el panel “El Estado es responsable”, donde expusieron María del Carmen Verdú (CORREPI), la Campaña por la aparición con vida de Diana Colman, Vanesa Orieta (hermana de Luciano Arruga) y los Familiares de la Masacre de San Miguel del Monte. A las 23 comenzó la marcha de antorchas. El acto central fue a las 13:00 de ayer.

En declaraciones a FM La Tribu 88.7 Alberto Santillán, luchador social y padre de Dario Santillan, se refirió a la Campaña #ConEllosNo impulsada por la Comisión Independiente Justicia por Darío y Maxi. “Siguen pisando cadáveres de los compañeros asesinados”,dijo.

"Si bien me dan mucha violencia (Felipe) Solá, (Eduardo) Duhalde y los que llevaron adelante la Masacre, me genera más violencia que de las entrañas de la lucha salieran traidores a bancar la candidatura de Felipe Solá. Darío jamás hubiese traicionado, como ninguno de los 30 mil”.

Para finalizar, aseguró que comparte los sueños de su hijo que se afirman y se multiplican en estos años de resistencia y lucha. “Los sueños de Dari eran que todos los compañeros tengan acceso a la educación, que los compañeros tengan conciencia y sepan que si no tienen un lugar de lucha es muy difícil todo, que la revolución va a ser subterránea y que si no nos sumamos todos eso no podrá ser nunca. Los sueños de Darío eran que los chicos tengan para comer, que los ancianos lleguen a fin de mes, sobre todo los sueños de Darío eran la dignidad, todo el cambio que el soñaba con Argentina era todo un cambio social, con el poder sea del pueblo y los sueños de Darío se ven multiplicados”.

“Para mí el último acto que lleva Darío en su vida es donde más demuestra su amor y cierra el convencimiento pleno de él de que al compañero no hay que dejarlo sólo y entonces la mano levantada es un mensaje para todos y siempre digo que ese día Darío parió miles de hijos y también digo hoy que yo soy un padre parido por mi hijo”, concluyó.

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