Lapidario dictamen del auditor por el Frente de Todos sobre el informe de las obras públicas porteñas

Las obras enmarcadas en el Proyecto Regeneración Urbana en la CABA fueron examinadas y se verificaron enormes falencias.

"La peatonalización de la Avenida Corrientes y otras 20 obras que forman parte del proyecto 'Regeneración Urbana', realizado desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público del régimen porteño, fueron examinadas y se verificaron enormes falencias tales como la extensión de los plazos, presupuestos mal fundamentados y omisión de denunciar incumplimientos de las contratistas", dijo el auditor por el Frente de Todos, Lisandro Teszkiewicz.

"El informe oficial aprobado por la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) arrojó la existencia de otras situaciones de ineficiencia en las 21 obras, a saber: falta de planificación adecuada de las obras, ausencia de constancias y certificados, errores en las fechas de emisión de las actas, incongruencias en los balances y escasa aplicación de sanciones a las contratistas por deficiencias", continuó el funcionario.

Según manifestó Teszkiewicz, si bien el organismo auditado es la Dirección General de Obras de Regeneración Urbana del GCBA, por ser el responsable de la ejecución de las obras, "ellos han desarticulado el proceso global, es decir, toda la estructura de contratación y desarrollo se encuentra libanizada en múltiples organismos. Existen al menos 20 organismos diferentes, cinco de intervención directa y 15 de intervención menor, lo que genera incapacidad en la gestión y dificultades para el control".

Asimismo, el auditor afirmó que "todas las adjudicaciones de las obras se concentran en un mismo grupo de empresas, entre ellas, Algieri S.A. Avinco Construcciones S.A., Da Fre Obras Civiles SA, Blue Steel SA, Miavasa SA., siendo que los expedientes de esas firmas están cargados de incumplimientos, motivo suficiente para buscar otros proveedores o realizar las obras con personal propio de la Ciudad".

Para Teszkiewicz, Horacio Rodríguez Larrata se jacta de ser un gran gestor de obras públicas, "pero, al analizar los expedientes, se comprueba que es ineficaz en la ejecución de las mismas, al ceder el trabajo a sus empresas amigas. Además, es ineficiente en el control del cumplimiento de contratos y en la aplicación de sanciones por la mala calidad de los resultados, favoreciendo su recontratación indiscriminada", concluyó.