El pedido fue formulado por los fiscales Leonel Gómez Barbella y Andrés Heim ante el juez de la causa, Martín Del Viso, acusando a los efectivos de la Policía de la Ciudad por "encubrimiento agravado" en el crimen del adolescente asesinado en Barracas.
Mientras se aguardan los resultados de los peritajes balísticos que determinarán cuál de los tres policías de la Ciudad acusados de asesinar a Lucas González efectuó el disparo que acabó con su vida el 17 de noviembre pasado, el fiscal del caso Leonel Gómez Barbella pidió la detención de otros seis efectivos de la misma fuerza y los acusó de encubrimiento agravado, privaciones de la libertad agravadas y falsedades ideológicas.
Según confirman fuentes del caso, los agentes porteños están vinculados al procedimiento sucedido en la mañana en que Lucas fue baleado. Las sospechas parten de su accionar luego de ocurrido el episodio. Dos de los nuevos policías acusados son quienes detuvieron a los tres amigos de Lucas que fueron trasladados a un instituto de menores y sobreseídos 48 horas después.
De este modo, los pedidos fueron motivados por las testimoniales de los amigos de Lucas que viajaban con él y de sus padres. También, por las declaraciones de los propios policías detenidos. Así como de la reconstrucción del hecho que fue pedida por la querella.
Mientras tanto, el inspector Gabriel Alejandro Isassi, el oficial mayor Fabián Andrés López y el oficial José Nieva, los tres policías apuntados como los responsables por su muerte, se encuentran detenidos. El jueves se conoció un dato estremecedor. Los efectivos sabían -o al menos, presumían- antes de disparar que a bordo del Volkswagen Suran iban menores de edad.
El dato se desprende de las comunicaciones de radio que realizaron los acusados. “En una de las modulaciones que hicieron durante la persecución, (uno de los policías) dice ‘cuatro masculinos menores’”, informó una fuente del caso, y aseguró que “ya sabían que eran chicos”.
En sus declaraciones indagatorias, dos de los tres oficiales implicados admitieron haber disparado contra el Suran. Nieva, quien manejaba el Nissan Tiida en el que circulaban los efectivos, reconoció que tras bajarse gatilló “tres o cuatro” veces. “Esto fue una fracción de segundo, es algo que pasó rapidísimo”, afirmó ante el fiscal Leonel Gómez Barbella y el de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), Andrés Heim.
“Por la situación, un auto detenido, polarizado con cuatro personas adentro, un auto que salía de la villa.... Yo no sabía quiénes eran, si tenían armas, si tenían drogas, la verdad no lo sé”, continuó su relato.
Isassi, tras explicar que esa mañana se encontraban en la Villa 21-24 cumpliendo tareas bajo las órdenes de una fiscalía porteña en el marco de una causa vinculada al narcotráfico, también dijo haber disparado. “Estábamos gritando ‘policía’, en ese momento ellos aceleran, y el vehículo se abalanza directamente hacia mí. Yo sentí que atentó contra mi vida. Me colisiona a mí, y lo colisiona a Nieva, yo quedo entre el vehículo mío y el de ellos, quedo apretado. En ese momento que él (por el conductor del Suran) acelera y me choca, yo efectué un disparo”, aseguró.
Hasta el momento se conoce que, al menos, cuatro de los disparos de los policías de la Ciudad impactaron al auto. En la carrocería del Volkswagen se detectó un orificio en el parabrisas a la altura del acompañante, donde viajaba Lucas. También en la ventanilla y el asiento donde iba el chico; en la ventanilla derecha trasera y en el guardabarro trasero del lado del conductor. La autopsia, en tanto, reveló que la víctima tenía heridas de bala en el cráneo y en el pómulo derecho.
Por estos días, los investigadores tratan de establecer mediante peritajes qué disparos fueron realizados por cada uno de los policías imputados. Los peritos balísticos analizan las vainas secuestradas en el lugar y el proyectil que impactó en la cabeza de Lucas, que fue secuestrado, para cotejar con las armas del los acusados. Los resultados podrían estar para la semana próxima.
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