jueves, 25 de noviembre de 2021

Cómo Carrió y Garavano quieren voltear la investigación sobre la mesa judicial del macrismo

La desquiciada ex diputada se presentó ayer en Inodoro Py para reclamar que aparten al fiscal Franco Picardi de la dirección de la investigación sobre el accionar de la mesa judicial del macrifascismo y el martes, Garavano pidió que anulen el relevamiento sobre expresiones públicas de los funcionarios de Cambiemos que hizo la denominada oficina de escuchas de la Corte.


Elisa Carrió se presentó ayer en los tribunales de Inodoro Py para reclamar que aparten al fiscal Franco Picardi de la dirección de la investigación sobre el accionar de la mesa judicial del macrifascismo. La desquiciada dirigente de la Coalición Cínica se plegó a un pedido que presentó el martes el ex ministro de Justicia Germán Garavano para que anulen el relevamiento sobre expresiones públicas que hizo la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (DAJuDeCO), más popularmente conocida como la oficina de escuchas de la Corte. Será la jueza María Eugenia Capuchetti quien deberá resolver si frena la medida o si reasume ella la investigación.

En junio de este año, Picardi le pidió a la DAJuDeCO que hiciera un relevamiento sobre qué habían dicho públicamente funcionarios del macrismo sobre aquellos magistrados y aquellas magistradas que denuncian haber sufrido las presiones de la mesa judicial. La oficina, que depende de la Corte, arrancó por el caso de la integrante de la Cámara Federal de Casación Penal Ana Figueroa y de la ex procuradora general Alejandra Gils Carbó y el pasado 3 de noviembre entregó un primer informe que daba cuenta, entre otras cosas, que Carrió reclamaba que los jueces metieran presa a la jefa de los fiscales.

El relevamiento de la DAJuDeCO despertó la ira de Carrió, quien se presentó ante el máximo tribunal para pedir que frenaran ese estudio. La Corte pidió un informe a la DAJuDeCO, que respondió que estaba cumpliendo con el pedido de un fiscal federal en el marco de una investigación penal. La situación escaló y hubo versiones de que los supremos evaluaban qué hacer con la oficina.

Ayer, Carrió le pidió a la jueza Capuchetti que corra a Picardi y que se haga cargo ella de la investigación. Es una forma de herir de muerte a la investigación que en los últimos meses avanzó de la mano del fiscal, quien dispuso medidas y recolectó testimonios. La paciente psiquiátrica ambulatoria sostiene que el relevamiento de la DAJuDeCO es una “especie de informe de inteligencia” y que atenta contra su derecho de expresarse libremente.

De todos modos, Carrió no ayudó demasiado a otros imputados en la causa porque no niega la existencia de una mesa judicial y solo alega que ella denunció a al menos dos de sus presuntos integrantes: el ex director general de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y el ex ministro de Justicia Garavano.

“Resulta evidente que pretender vincularme a una causa donde se investiga la presunta existencia de una ‘mesa judicial’, teniendo en cuenta mi trayectoria pública y política, y habiendo denunciado incluso penalmente a algunos de los presuntos integrantes de la misma, es un verdadero dislate”, escribió Carrió en el texto que presentó por derecho propio, es decir, sin abogado. “Que quede claro: no fui, no soy, ni seré parte de entramados corporativos, corruptos o reñidos con la ley. Por el contrario, luché, lucho y lucharé durante toda mi vida contra los mismos”, añadió.

Pese a las escaramuzas internas, la enferma mental se suma al camino emprendido antes de ayer por Garavano. El ex ministro de Justicia pidió que se anule el informe, al que consideró un “patrullaje de inteligencia en medios y redes que importa una persecución por razones ideológicas y una conducta lesiva a los derechos humanos”. Pero Garavano fue más allá: pidió que se destruya todo lo relevado y que se frene con la medida.

La DAJuDeCO trabajaba en un nuevo informe que diera cuenta de lo que sucedió durante el macrismo con tres jueces: el ex camarista Eduardo Freiler, el camarista Eduardo Farah y el juez federal Alejo Ramos Padilla, quien se volvió en un blanco para la infame administración de la alianza de derecha Cambiemos especialmente después de que empezara a investigar la red de espionaje que tenía al falso abogado Marcelo Sebastián D’Alessio como uno de sus nodos. Garavano pidió apartar -sin éxito- a Ramos Padilla de la causa mientras estaba al frente del juzgado federal de Dolores.

La investigación también contempla lo sucedido con otros magistrados, especialmente aquellos del fuero laboral que fueron apuntados por el propio Miauricio Macri Blanco Villegas por fallos a favor de los trabajadores y no de la patronal. En la causa, de hecho, está presentado y es investigado el ex ministro de Trabajo Jorge Triaca.

Tras los planteos de Carrió y Garavano, Capuchetti tendrá que pedirle opinión a las partes y decidir cómo seguirá la causa que concentra a gran parte del plantel de funcionarios del hijo bobo de Franco Macri, al propio domador de reposeras y a asesores célebres como Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, prófugo para la justicia argentina tras escaparse al Uruguay para no ser indagado por las presiones a los dueños del Grupo Indalo.
Fuente: nota de Luciana Bertoia para Página/12

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