viernes, 26 de febrero de 2021

Personal sanitario porteño denuncia fallas y desvíos en la vacunación del sector

“La privatización es más profunda y discriminatoria de lo que se está diciendo”, afirmó Gabriel Rosenstein, médico del Hospital Tornú e integrante de la Asamblea Permanente por el Derecho a la Salud. “Hay que estar viendo si alguno se cae de la lista para poder vacunarnos, una cosa horrible”, describió Héctor Ortiz, delegado en el Hospital Durand y la ex Casa Cuna.


“Desde la agrupación de ATE Hospitales de la Ciudad nos cansamos de la falta de respuesta del Ministro Fernán Quiros y el abandono que realiza en el sistema Sanitario del Gobierno de la Ciudad, dónde los más afectados, serán pacientes y trabajadores”, denunciaron desde esa organización, y advirtieron que entre el personal sanitario “aún no recibieron en su totalidad la Vacuna sputink V en la Mayoría de los Hospitales y Centros de salud de Atención Comunitaria (CESAC)”. Y remataron: “Necesitamos las vacunas, ¿dónde están?”.

“Yo todavía estoy sin vacunar. Falta mucho personal administrativo, técnico, médico. Es un tema serio y no brindan información, la esconden. Por eso la bronca. No hay forma de que den datos. Lo que falta lo sabemos de boca en boca. Yo mismo fui a reclamar y me dijeron que había que esperar. El GCBA administra las cosas como se les ocurre”, cuestionó Héctor Ortiz, delegado en el Hospital Durand y la ex Casa Cuna. “En todos los hospitales están haciendo lo mismo. No hay datos oficiales. Te piden que te anotes en una listita y te dicen ‘probablemente mañana’, pero no hay nada organizado. Tenés que andar negociando, es una vergüenza, pidiendo por favor, a ver si alguno no viene porque se vacuna en otro lado. Viendo si alguno se cae de la lista para poder vacunarnos, una cosa horrible”, describió. La información no oficial que se estima en distintos hospitales porteños indica que el porcentaje de personal vacunado está entre el 60 y el 70 por ciento.

“La ciudad está haciendo un desastre con las vacunas. Hay un tema con trabajadores de salud mental, a quienes siempre se desprecia. Los centros de salud N°1 Hugo Rosarios y Ameghino N° tienen que concurrir al Pirovano y al Durand para vacunarse. Habitualmente se mandan las listas de la gente a vacunar y los hospitales citan. Ayer pasó que la gente del centro 1 fue con turno a vacunarse al Pirovano y les dijeron que no había dosis. El director argumentó que habían vacunado a gente del Instituto Cardiovascular –porque los privados también mandan a los públicos a vacunar- y la gente del centro 1 había sido citada pero no estaban las dosis”, coincidió Gabriel Rosenstein, médico del Hospital Tornú e integrante de la Asamblea Permanente por el Derecho a la Salud. Recién tras la denuncia mediática, afirmó Rosenstein, esas vacunas aparecieron y los profesionales que tenían su turno fueron vacunados un día después.

La Asamblea viene reclamando un registro “único y transparente” de personas a vacunar en el distrito y ya lleva más de 20 mil voluntarios anotados en su propio relevamiento. “A mí no me vacunan porque estoy de licencia pero vacunan a un colega de licencia porque trabaja en el servicio de la esposa del director, y estando en la cola había alguien de unos 30 años diciendo que hablaba con alguien que le consiguió el turno: vemos estas cosas. Los directores tienen la impunidad de que están elegidos por el jefe de Gobierno y siempre hacen favores. Hacen lo que quieren”, denunció Rosenstein.

El médico cuestionó además la decisión de la administración local de seguir postergando la vacunación de docentes -pese a lo indicado por Nación-: “Los docentes están en un lugar cerrado más de 15 minutos sin condiciones de protección adecuada y el impacto que tiene vacunarlos es muy superior a hacer testeos sinsentido”.

Desde la Asamblea Permanente por el Derecho a la Salud enviaron una carta al Defensor del Pueblo para dar cuenta de “irregularidades” en el sistema de turnos, y listar los hospitales y centros de salud donde aún hay personal sin vacunas. “En la asamblea hay compañeros que no fueron vacunados e hicieron la denuncia y entonces sí los vacunaron. Un compañero se anotó en River y lo bajaron de la lista porque era del sistema público. La privatización es más profunda y discriminatoria de lo que se está diciendo: ya se privatizó hace rato porque el público está vacunando a privados pero no al revés”, cuestionó Rosenstein y alertó que frente a la movilización y las denuncias, las vacunas finalmente aparecen, pero “están desviando dosis”.
Por Luciana Rosende para Tiempo Argentino

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