El decreto del presidente venezolano "persigue la reconciliación nacional". La apuesta del gobierno es la de mostrar una predisposición al diálogo y los entendimientos, de cara a las elecciones del 6 de diciembre.
El presidente Nicolás Maduro firmó ayers un decreto de indulto presidencial a 110 políticos de la oposición, entre los cuales se encuentran 23 diputados principales y 4 suplentes. De los indultados algunos se encuentran detenidos, otros en embajadas, y otra parte fuera del país, acusados de haber participado, entre otras cosas, en acciones de desestabilización.
“Este decreto persigue la reconciliación nacional y que se reencaucen todas las acciones de todos los actores por las vías constitucionales”, explicó el ministro Jorge Rodríguez, quien dio cuenta del listado completo, que incluye, entre otros, a Henry Ramos Allup, Freddy Guevara, Tomás Guanipa, Miguel Pizarro, Nicmer Evans, Carlos Paparoni, Roberto Marrero, Freddy Superlano, Gilber Caro, Mariela Magallanes.
El anuncio se dio dentro del contexto de las elecciones legislativas que tendrán lugar el 6 de diciembre. “Nuestra intención es que aprovechemos esta oportunidad para que el próximo 6 de diciembre demostremos al mundo la solidez de la democracia venezolana”, afirmó Rodríguez, quien señaló a que ya se encuentran inscritas 107 organizaciones para la contienda cuya fecha de inscripción ha sido pospuesta hasta el 4 de septiembre.
Asimismo, aseguró que la medida presidencial no implica que quienes sean indultados participen o no en las elecciones, algo que deberán decidir los diferentes políticos y sus partidos. “La intención principal es que los asuntos de Venezuela los resolvamos los venezolanos y venezolanas”, dijo.
El decreto llegó en un momento donde se han multiplicado los desencuentros opositores respecto a qué hacer de cara al 6 de diciembre. El mosaico de la oposición abarca actualmente tres espacios o posiciones. Por un lado, quienes ya anunciaron que participarán el 6 de diciembre, entre quienes también estaría Capriles Radonski, según dejó entender en un comunicado publicado recientemente.
Capriles, quien sostuvo que Maduro “ha diseñado quirúrgicamente unas parlamentarias para que los venezolanos no voten”, planteó que "¿vamos a complacer su intención de arrebatar por abandono de juego? ¿Nos vamos a dar otra vez con la misma piedra?”.
Por otro lado, se encuentran quienes no participarán que, a su vez, mantienen divisiones entre sí. Juan Guaidó, quien envió un mensaje público el 19 de agosto a una parte central de los dirigentes opositores para lograr una hoja de ruta común, no logró su objetivo de conformar un “pacto unitario”. No solamente Radonski no respondió al llamado, sino que también María Corina Machado, mostró públicamente su desacuerdo con la propuesta de Guaidó.
Guaidó dejó trascender que dentro de la hoja de ruta existirá una “consulta” a la vez que un intento de regreso a la presión, sin detallar cómo ni cuándo serán los pasos. Detrás de la postura abstencionista manifestada por Guaidó se encuentra la decisión del gobierno estadounidense de mantener su desconocimiento de las próximas elecciones.
La posición de Washington es la que había sido anunciada desde un inicio. La decisión responde no solamente al diseño de su estrategia contra el proceso encabezado por Nicolás Maduro, sino también al tiempo interno del país marcado por las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, en las cuales Donald Trump enfrenta un escenario adverso debido a las diferentes crisis que enfrenta.
En ese marco Venezuela ocupa un lugar de agenda de campaña interna, en particular en el estado Florida, un sitio clave para la disputa presidencial, donde existe una gran presencia de votantes latinoamericanos favorables a una política dura hacia América Latina, como la mayoría de los 650 mil votantes cubanoamericanos, 50 mil venezolanoamericanos y parte de los más de 150 mil electores colomboamericanos.
Si bien no existe posibilidad de un cambio estadounidense antes de noviembre -lo que implica varias amenazas para Venezuela en las próximas semanas- la apuesta del gobierno de Maduro parece ser, a nivel internacional, enviar un mensaje de cara a mostrar la predisposición al diálogo y los entendimientos, y así lograr un mayor reconocimiento de los resultados de diciembre.
Las elecciones legislativas serán claves en la reconfiguración del mapa del conflicto político venezolano. El sector liderado públicamente por Guaidó enfrenta lo que parece ser un callejón ya sin salida: desconocer las elecciones y mantener una Asamblea Nacional sin respaldo de votos, acorralada, sostenida casi exclusivamente por Estados Unidos. Capriles Radonski y muchos opositores lo saben y sacan cálculos para posicionarse.
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