Participaron centenares de personas, entre familiares, vecinos y amigos del joven. Antes sus restos fueron velados en Pedro Luro, con la presencia de los padres de Facundo y un grupo de amigos.
Los restos de Facundo Astudillo Castro, el joven de 22 años que estuvo desaparecido 107 días tras salir de su casa rumbo a Bahía Blanca, fueron inhumados ayer en el cementerio municipal de la ciudad de Pedro Luro, tras una breve ceremonia en una sala velatoria de la cual participaron sus familiares más cercanos y centenares de amigos y vecinos que se acercaron para despedirlo.

Dentro de la sala, apenas pudieron ingresar Cristina Castro y Luis Astudillo, padres de Facundo, sus hermanos, y un puñado de amigos y allegados del joven fallecido.
En la puerta, los vecinos se concentraron desde la mañana para aguardar la llegada de los restos de Facundo, que viajaron en un avión sanitario desde Buenos Aires y llegaron a las 11.30 al sector militar de Base Aeronaval Comandante Espora, en las afueras de Bahía Blanca. Desde allí, los restos partieron en una camioneta blanca hacia Pedro Luro, donde llegaron cerca de las 14.

Detrás, se trasladaba Cristina Castro y uno de sus hijos, y otros familiares, que estaban acompañados por una gran caravana de autos con centenares de amigos que los seguían mientras hacían sonar sus bocinas.
Antes de llegar al cementerio, el cortejo pasó por la cervecería Turnalina en la cual trabajaba Facundo, en la calle 3 al 1200 de Pedro Luro, donde sus amigos improvisaron una nueva batucada para despedirlo.
El momento más emotivo se vivió dentro del cementerio pasadas las 16, cuando los familiares se abrazaron en torno al ataúd donde se hallaban los restos de Facundo y se escuchaba el llanto de su madre Cristina.
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