De aprobarse la ley de Solidaridad, el Banco Central deberá comprarle títulos de deuda pública a 10 años al Tesoro. Con los dólares Guzmán compra tiempo para evitar el default.
El paquete de medidas económicas que envió el gobierno al Congreso tiene además de los nuevos impuestos un apartado sobre las "Reservas de Libre Disponibilidad" en el que establece que el Congreso autoriza al Ministerio de Hacienda a emitir nuevos títulos públicos por 5.471 millones de dólares y que el Banco Central deberá comprárselos con las reservas internacionales.
De acuerdo a los artículos 57,58 y 59 de la Ley de Solidaridad, estos dólares solamente podrán ser aplicados al pago de la deuda en moneda extranjera. De esta forma, Martín Guzmán se garantiza los recursos para cubrir un monto equivalente a los vencimientos de enero y febrero sin necesidad de declarar a la Argentina en default.
Solo de vencimientos en dólares, en enero el Tesoro deberá afrontar el pago de 2.226 millones de dólares y en febrero ascienden a 2.317 millones de dólares las obligaciones en moneda fuerte tanto bajo ley nacional como bajo ley extranjera. Hasta junio, en total hay 26.000 millones de dólares de vencimientos en moneda fuerte y otros 19.000 millones de dólares en pesos.
En cambio, el Banco Central deberá quedarse por el plazo de 10 años con estos títulos públicos ya que el capital solo será devuelto al término de ese período. Mientras tanto recibirá una tasa de interés equivalente al promedio del rendimiento de las reservas internacionales (virtualmente cero) o la tasas Libor menos un punto como máximo.
De esta forma, el paquete de medidas de Alberto Fernández imita a la colocación de Letras Intransferibles por 10.000 millones de dólares que Néstor Kirchner realizó en 2006 para cancelar la deuda con el FMI y que debía devolverle en el año 2015.
De hecho, la definición del monto de las "reservas de libre disponiblidad" es potestad del Banco Central y aplica a excedentes de dólares que por encima de los pasivos de la entidad y de un margen de previsión discrecional que se reserva el Directorio del BCRA.
Cabe recordar que la insistencia de Cristina Fernández de Kirchner por repetir esta operación más allá de la determinación del presidente del Banco Central fue clave en la renuncia de Martín Redrado como presidente del BCRA en el año 2010 cuando la ex presidenta quiso fondear con reservas el Fondo del Bicentenario.
Posteriormente, tras la reforma de la Carta Orgánica de 2012, hizo habitual que el Tesoro al punto en que en el año 2015 el Banco Central tenía en su activo casi 65.000 millones de dólares en papeles varios del Tesoro Nacional.
Llegada la fecha de vencimiento de aquella colocación, la falta de dólares hizo imposible que el Banco Central recibiera dólares genuinos y siguió acumulando "papelitos de colores". En 2016, en cambio, Hacienda le cambió las Letras Intransferibles al Banco Central por bonos negociables en el mercado para que pudiera venderlos y recuperar reservas genuinas. Pero eso no bastó para hacer sostenible el tipo de cambio en 2017 tras el levantamiento del cepo y la apertura sin resguardos de la cuenta capital.
Actualmente las arcas del Banco Central tienen $ 557.635.204.000 (U$S 9.294 millones) de Letras Intransferibles, entre otros títulos del Tesoro nacional.
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