El ex presidente de Bolivia Evo Morales sostuvo en Buenos Aires una reunión con dirigentes de su partido y de organizaciones afines con el objeto de “planificar” la campaña para las próximas elecciones presidenciales en su país. El líder boliviano podría instalarse en las ciudades salteñas de Orán o Salvador Mazza para liderar la estrategia del MAS.
“A un mes del golpe de estado en Bolivia, sostuvimos nuestra primera reunión en Buenos Aires con algunos dirigentes departamentales y nacionales de movimientos sociales, alcaldes, dirigentes del MAS y asambleístas para hacer una evaluación política y planificar para la campaña”, dijo Morales en Twitter.
El ex mandatario, que llegó a Buenos Aires el jueves pasado y pidió refugio al gobierno argentino, fue designado por el MAS como jefe de campaña para las elecciones convocadas por la el gobierno de facto de Bolivia, que aún no tienen fecha de realización.
Rechazo a denuncias
También a través de Twitter, Morales refutó al senador boliviano Oscar Ortiz al asegurar que no tiene vínculos societarios con ningún “conglomerado de empresas” y reiteró acusaciones a la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez. “Quienes me acusan de ser dueño de un conglomerado de empresas, que presenten una sola prueba de que soy socio o dueño de las mismas; es otra vil mentira, montada por el gobierno de facto de Áñez, (el dirigente cívico Luis Fernando) Camacho y (el ex presidente Carlos) Mesa, en su plan de persecución y acoso”, sostuvo.
“La golpista Áñez, tal como en las dictaduras, manda y anuncia orden de aprehensión contra mi persona por terrorismo y sedición, cuando los que cometieron sedición, terrorismo y genocidio fueron ella, Camacho y Mesa, masacrando, asesinando y secuestrado a mis hermanas y hermanos”, agregó.
"Tiene libertad de expresión, de declarar, de pensar y decir lo que quiera"
Mientras tanto, el gobierno argentino aclaró que Morales no está impedido de emitir declaraciones políticas -pese a que el canciller Felipe Solá dijo días atrás que le habían pedido que no las hiciera- debido a que está en el país como refugiado y no como asilado.
“El refugiado tiene los mismos derechos que un ciudadano argentino, con lo cual tiene libertad de expresión, de declarar, de pensar y decir lo que quiera; nosotros no le vamos a restringir sus libertades”, afirmó el jefe del Gabinete, Santiago Cafiero.
Morales fue forzado a renunciar el 10 de noviembre tras un pronunciamiento militar. Dos días después llegó asilado a México, de donde -después de un breve viaje a Cuba- se trasladó el jueves pasado a la Argentina junto a quienes eran su vicepresidente, Álvaro García Linera; su canciller, Diego Pary; su ministra de Salud, Gabriela Montaño, y su embajador en la ONU, Sacha Llorenti.
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