El diplomático brasileño, ex canciller de Lula, consideró que fue muy "significativo" que Alberto Fernández haya estado en el país: "Que venga el primer día después de la elección es muy significativo", aseguró.
El ex canciller de Luiz Inácio Lula da Silva, Celso Amorim, consideró que es muy "significativo" que el presidente Alberto Fernandez haya estado en Brasil al día siguiente de la victoria electoral del Partido de los Trabajadores (PT), porque la relación del gigante sudamericano con la Argentina es "la más estratégica".
"Es la más estratégica de todas las relaciones de Brasil. Y creo que viceversa. Entonces, que venga el primer día después de la elección es muy significativo. Lula habló con otros líderes pero Alberto estuvo presente", destacó el diplomático brasileño en una entrevista con Roberto Caballero por El Destape radio.
Al repasar el proceso por el cual Lula llegó a ser electo por tercera vez presidente tras la segunda vuelta electoral el domingo pasado, Amorin enumeró dos etapas: "la lucha contra el lawfare en el plano interno, y en el plano externo hubo una comprensión creciente en el mundo de la verdadera narrativa, cuyo objetivo era sacar del poder a un Gobierno progresista".
Además, aseguró que el lawfare fue solo uno de los instrumentos: "Hay que pensar también que todo empezó con el golpe contra (la ex presidenta) Dilma (Rousseff), que fue un golpe parlamentario".
Por otro lado, destacó que líderes de todo el mundo felicitaron al presidente electo, entre ellos los de Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea, además de los de la región. "Es dificil encontrar quien no lo ha felicitado", bromeó.
Sobre la integración regional, Amorim dijo que ya están hablando no solo con Alberto Fernández sino con todos los líderes sudamericanos.
"El mundo que vivimos hoy queremos que sea multipolar pero para eso América Latina tiene que estar unida, para tener peso y que su voz sea escuchada en el mundo", resaltó el diplomático brasileño, y aseguró que en los últimos años percibió "la fuerza que tiene en todos los países la idea de la integración".
Sobre el lugar que ocupará Brasil en las discusiones, el país más grande de Amércia Latina, aseguró que no quieren "un rol de hegemonía".
"No queremos un rol de hegemonía, queremos discutir, queremos estar listos para ayudar, encontrar una solución a los problemas, queremos comprender a esos países en los que hay una insatisfacción con el Mercosur", aseguró.
Por último, se refirió al paro de transportistas que desde el lunes bloquea las rutas de Brasil en rechazo al triunfo Lula, alentado por el hecho de que a casi 48 horas de que se conocieran los resultados, el actual presidente, Jair Bolsonazi, todavía no ha admitido su derrota.
"No veo posibilidad de que tenga consecuencias políticas, la comunidad internacional ya reconoció el triunfo", expresó el diplomático de 80 años, quien deseó que Bolsonazi "no tenga futuro político".
"Espero que Brasil haya aprendido la lección. Porque hubo una tentación de estar con la extrema derecha (capitalistas, personas de gran poder), pero ahora perciben que fue un gran desastre, bajo cualquier criterio, incluso el criterio economico", aseguró.
"Los grandes inversionistas internacionales quieren previsibilidad, estabilidad. Bolsonaro no los ofrece, por no hablar de la pandemia y otros desastres, podrían ser un cuadro de Goya los desastres de Bolsonaro", cerró.
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