El mandatario argentino y el presidente electo de Brasil estuvieron reunidos a solas en San Pablo y luego almorzaron junto a sus colaboradores. "Lula es un hombre de bien, es un líder de la región y estamos muy contentos" con su triunfo, señaló Fernández, que fue el primer jefe de Estado que recibió Da Silva tras ganar el balotaje presidencial.
El presidente argentino Alberto Fernández y su par electo de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, se reunieron ayer al mediodía en San Pablo donde avanzaron en las conversaciones para lograr una mayor integración entre ambos países, después de una relación bilateral que se había “enfriado” entre el gobierno del Frente de Todos y el régimen de Jair Bolsonazi, quien perdió el domingo el balotaje en el vecino.
“No quería estar ausente hoy, en el que es un día de reivindicación”, sostuvo el jefe de Estado argentino en una breve declaración a la prensa. “Es todo un reencuentro. Hablamos más del futuro que del pasado. De la necesidad de integración, de que la democracia se consolide, de que se respeten los procesos electorales”, aseguró luego.
Y confirmó que Lula visitará Argentina antes de acceder a su cargo el 1º de enero. “Me dio la gran alegría que la primera visita será a la Argentina antes de asumir. Argentina es su casa”, manifestó el presidente quien repitió un par de veces que “cabe felicitar al pueblo de Brasil. Es valioso, deseo lo mejor para un pueblo hermano, deseo que crezca que le vaya bien. Particularmente mi enorme felicitación al presidente Lula”.
Después brindó una entrevista al canal C5N donde se explayó sobre algunos de los temas que abordaron con Lula: “Hablamos del ingreso al grupo de los BRICS, Lula ya lo sabía pero reafirmamos nuestra intención en ese sentido”.
La delegación argentina había partido poco después de las 9 del sector militar de Aeroparque llegó cerca del mediodía el aeropuerto de Guarulhos, donde lloviznaba débilmente.
Primero tuvieron un encuentro a solas en el hotel Intercontinental. “Presidente, que alegría verte”, le dijo Fernández a Lula, con el embajador argentino en Brasilia, Daniel Scioli, muy cerca suyo, y se estrecharon en un abrazo afectuoso. ¿Cómo fue?, le preguntó luego, a lo que Lula le respondió “Me fue bien”. No se veían personalmente desde el 10 de diciembre del año pasado cuando el brasileño, junto al uruguayo Pepe Mujica, participaron de los festejos del Día de la Democracia en la Plaza de Mayo.
Esa primera reunión empezó a las 13.28, luego de que los equipos de ambos se mantuvieran en salas contiguas. Relanzar la relación bilateral, ampliar la integración regional en el marco del Mercosur y la posibilidad de crear una moneda única regional sudamericana que evite el uso del dólar en el comercio internacional, son algunos de los temas que abordarán. La de la moneda única es una idea que surgió durante la gestión anterior y que se fue reflotando.
El primer encuentro a solas duró alrededor de una hora y media. Luego se juntaron para un almuerzo ampliado que se extendió por otros 50 minutos,
Alberto Fernández tomó la decisión de ir a ver a su antiguo amigo rápidamente luego de hablar por teléfono en la noche del domingo con el principal referente del Partido de los Trabajadores (PT) quien el 1° de enero iniciará su tercer período al frente de Brasil, el mayor socio comercial de Argentina.
El mandatario argentino es el primero al que vio Lula como presidente electo, mientras el actual presidente del vecino país, Jair Bolsonazi, seguía en silencio sin reconocer públicamente el triunfo de su adversario en las elecciones. Lula obtuvo el 50,9 de los votos contra el 49,1 del líder ultraderechista.
Luego de las grandes controversias que mantuvo con Bolsonazi durante todo su mandato, el presidente argentino ve la oportunidad de revitalizar varios asuntos pendientes. “Puede ayudar mucho en el trabajo que empezamos con (el mandatario de México) Manuel López Obrador, de volver a unir al continente en un momento de la globalización en que las regiones adquieren otros significados”, había manifestado más temprano Fernández en declaraciones a radio Perfil (ver nota aparte en esta misma edición).
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“Lula es un líder como yo no he conocido antes”, enfatizó en esa misma entrevista antes de su viaje. Allí, además, expresó su esperanza de que Brasil se sume a la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) para fortalecer los reclamos de la región.
El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que estuvo presente en el búnker de Lula, una vez que se confirmó su victoria en los comicios afirmó en declaraciones televisivas que “es el momento de avanzar con la integración. Nosotros que estamos en una coalición sabemos cómo es esto de trabajar en procesos de ampliación de los espacios políticos. Tenés otras visiones y eso es lo importante”.
Uno de los temas a resolver será quién será el candidato a presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) luego de la destitución en ese organismo regional de crédito de Mauricio Claver-Carone. Para postular a un nuevo presidente hay tiempo hasta el 11 de noviembre y el 20 es la fecha prevista para la elección. Brasil postuló ya a Ilan Goldfajn, quien fue expresidente del Banco Central de ese país entre 2016 y 2019 y quien actualmente es el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para ese puesto ya había otros tres candidatos: Laura Chichilla, expresidenta de Costa Rica; Alicia Bárcena, la mexicana exsecretaria de la Cepal, que es impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y el ecuatoriano Augusto De la Torre, quien fue director del Banco Central de su país y también jefe para América Latina del Banco Mundial. Por ahora, Argentina no tiene un candidato propio y los tiempos son escasos para sumar a alguno a esa puja.
Fernández pasó todo el día junto a su comitiva en territorio brasileño. Por eso suspendió su agenda que incluía la jura del nuevo ministro de Hábitat y Desarrollo Territorial, Santiago Maggiotti, quien será el reemplazante en esa cartera de Jorge Ferraresi, que decidió alejarse de su cargo para retomar sus funciones como intendente de Avellaneda, en el sur del Gran Buenos Aires.
El presidente voló a San Pablo acompañado por el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra; la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti; y los diputados nacionales Eduardo Valdes y Carlos Heller. A ellos se les sumó Daniel Scioli, el embajador argentino en Brasilia.
En Brasil ya estaban otros funcionarios del gobierno del Frente de Todos como el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, la titular del Banco Nación: Silvina Batakis; la ex ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; la titular del INADI, Victoria Donda, el senador nacional Oscar Parrilli; el ex ministro de Educación, Nicolás Trotta y también Claudio Lozano, del partido Unidad Popular uno de los integrantes de la coalición oficialista.
El canciller Cafiero fue otro de los que anticipó cuáles serán los lineamientos de la relación bilateral a partir de la llegada de Lula al poder. “Los puntos principales de esta reunión son los vinculados a la integración, que tiene diferentes aspectos: económico y comercial, naturalmente afianzar vínculos comerciales. En eso el embajador Scioli ha hecho una tarea muy importante, pragmática”, expresó y agregó que “tenemos una visión respecto a potenciar la industrialización, la sustitución de importaciones, abandonar el modelo de primarización que ha tenido el Mercosur y la región en este tiempo, y avanzar en encadenamientos productivos donde se agregue valor”.
“Hoy están en debate y en discusión la salida de las cadenas de suministros por la eficiencia y se está avanzando en cadenas de suministros que deben ser seguras, esto implica que los encadenamientos productivos y de suministros tienen que estar en zonas de paz”, a tono con los discursos que había dado recientemente en las cumbres que se hicieron en Buenos Aires, tanto de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) como de la CELAC.
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