Las pruebas surgen de las imágenes analizadas por las cámaras de las zona y los celulares. Ahí se ve a la joven en las inmediaciones de la esquina de Juncal y Uriburu donde se reunía por esas horas la militancia kirchnerista.
La casa de Cristina Fernández de Kirchner se convirtió en una suerte de meca para los simpatizantes kircheristas luego de que el fiscal Diego Luciani pidiera una condena de 12 años de prisión para la vicepresidenta y la inhabilitación perpetua para ejercer cargo spúblicos, acusada de asociación ilícita y defraudación al Estado, que incluyó la polémica de las vallas puestas por la Policía de la Ciudad el último sábado de agosto.
Fue en ese contexto en que al menos Brenda Uliarte, la novia de Fernando “Nando” Sabag Montiel, estuvo haciendo inteligencia previa al ataque cometido en la noche del 1º de septiembre contra la ex jefa de Estado.
Su imagen con el carrito de copitos de azúcar aparece entre las miles de horas de filmación que está revisando la Policía de Seguridad Aeroportuaria, confirmaron fuentes de la investigación.
“Pero esto es algo más que la ‘banda de los copitos’, como algunos le están diciendo. Sabag Montiel y Uliarte no estaban solos. Acá hay indicios de una organización relacionada con grupos libertarios radicalizados”, señalan las fuentes. Sobre esto están trabajando los investigadores por estas horas , analizando todos los registros fílmicos de cámaras privadas, de la ciudad, videos aportados por vecinos y por militantes que estaban ese día y en jornadas previas.
La jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo están analizando ahora los próximos pasos a seguir en la investigación, luego de haber concretado anteanoche las indagatorias. Brenda Uliarte dijo que había acompañado ese día a su pareja hasta la casa de la vicepresidenta pero no sabía que “Nando” iba a apuntar con un arma Bersa calibre 32 a la cara de CFK y gatillarle.
Al rato, su pareja -con quien no se cruzó- dijo que “Brenda no tuvo nada que ver... Y yo tampoco”, revelaron las fuentes consultadas. Se negó a declarar pero esas palabras quedaron asentadas en la causa. Las pruebas, sin embargo, los comprometen.
La expectativa está puesta ahora en lo que pueda surgir del teléfono celular de Brenda Uliarte. La PSA pudo descargar anteanoche el contenido de su dispositivo. No hizo falta que aceptara dar la clave para poder mirarlo. De ese equipo se esperan tener datos claves en torno a los diálogos con Sabag Montiel, pero también con el grupo al que estarían vinculados. Es que del teléfono de Sabag Montiel solo se pudo recuperar, hasta ahora, el contenido de la tarjeta SIM y de la memoria externa, luego de que los técnicos de la Policía Federal formatearan a modo fábrica el dispositivo en una pericia fallida. Confían en que se podrá recuperar, aunque aceptan que demandará tiempo.
Con el trámite de las indagatorias cumplido, la jueza Capuchetti comenzará trabajar ahora de cara a una resolución judicial que defina la situación procesal de Sabag Montiel y Uliarte. Todo indica que les caería un procesamiento. Por ahora siguen detenidos, ahora bajo custodia de la PSA. Con ese paso cumplido, la investigación mientras tanto profundizará sobre las razones y los otros vínculos con la organización a la que pertenecían estos jóvenes.
También se esperan los resultados de los teléfonos de los cinco amigos de la pareja que declararon el lunes en la causa y que hoy son considerados testigos. Asustados por lo que había pasado el mismo jueves, cuando detenían a Sabag Montiel en el barrio de La Recoleta tras apuntarle a Cristina, los jóvenes se fueron a Crónica TV para desvincularse de los hechos pero no consiguieron ser atendidos. Luego, pactaron la nota con Telefé en la que, ya en coordinación, se pararon junto a Brenda Uliarte frente a las cámaras para decir: “Estamos con mucho miedo porque nos quitan la posibilidad de trabajar y nosotros no tuvimos nada que ver”. “No somos terrorista ni nada”, afirmaron.
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