Al menos dos miembros de grupos radicalizados que escracharon funcionarios en la vía pública estuvieron en el departamento de la vecina de la vicepresidenta. Ahora los investigadores buscan determinar si tienen algún lazo con “la banda de los copitos”, sospechada de planear y ejecutar el atentado.
La causa judicial que investiga el intento de asesinado de Cristina Fernández Kirchner podría dar un giro definitivo en las próximas horas. Es que de acuerdo a nuevas pruebas que analiza la Justicia, se podría establecer un vínculo entre el grupo radical libertario Revolución Federal y los integrantes de “la banda de los copitos”, sospechados de haber planeado y ejecutado el atentado. Para terminar de definir la situación procesal de todos los involucrados, los investigadores están verificando imágenes y posteos realizados en redes sociales, algunos de los cuales se publican en esta nota.
La jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo no tienen dudas: Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte hicieron inteligencia en las inmediaciones de la casa de la vicepresidenta, idearon el ataque y lo perpetraron la noche del jueves 1° de septiembre. Hay decenas de elementos que confirman esta hipótesis como por ejemplo las imágenes que los ubican los días previos en Juncal y Uruguay, la esquina donde reside CFK.
La primera línea de sospecha se centra en “la banda de los copitos”, integrada por amigos de Sabag Montiel y Uliarte. Fueron bautizados así porque se dedican a la venta de copitos de azúcar (o al menos eso aparentan). Está integrada por un grupo de personas que se mostraron junto a Brenda en un móvil de Telefé Noticias un día después del atentado. En ese grupo se encuentran Gabriel Carrizo -"el jefe”- y Sergio Eduardo Orozco, quienes ya fueron citados por la Justicia el lunes en calidad de testigos y cuyos teléfonos celulares fueron incautados.
Los investigadores siguen los pasos de los sospechosos antes del ataque. Surge un dato que es significativamente llamativo: se los detecta cerca de la casa de Cristina un mes antes del ataque, revelaron los investigadores a este medio. Por eso, las comunicaciones entre ellos se transformaron en una prueba determinante para el futuro del expediente.
El dato novedoso es que no sólo Brenda y sus amigos estuvieron en Recoleta. Integrantes de Revolución Federal y Nación de Despojados también estuvieron en el barrio donde vive la Vicepresidenta.
Revolución Federal es una organización relativamente nueva pero que cobró mucha popularidad por sus escraches violentos y repudiables a distintos funcionarios del oficialismo y la oposición, entre ellos a los ministros Jorge Ferraresi y Sergio Massa, y al diputado nacional Rodrigo De Loredo.
La Justicia registró la génesis del grupo el 10 de mayo, cuando hacen varias publicaciones en redes sociales y difunden un código QR para sumar más militantes a un chat de WhatsApp. Casi a la par, el 15 de mayo, surge otro grupo con orientación similar, llamado Nación de Despojados. A partir de ese momento, ambas agrupaciones articulan acciones y convocatorias para protestar contra el gobierno nacional.
En el seguimiento virtual realizado por especialistas en informática, surge un posteo inquietante del usuario “@revolucionfederal_”, que actualmente no está activo en Twitter: “Aún no conseguimos el héroe que se anime”. Fue una respuesta a otro mensaje de “@johnny.dipp.31″, que había pedido “unos cuantos corchos a los parásitos” para que todo sea menos malo.
A partir de ese día, Revolución Federal se adjudicó varias protestas violentas: el 4 de julio, en la Quinta de Olivos, el día que se oficializó la designación de Silvina Batakis en reemplazo de Martín Guzmán; el 9 de Julio, en el centro porteño, cuando armaron una guillotina con la leyenda “presos, muertos o exiliados”; el 22 de julio, frente al Instituto Patria; el 4 de julio, durante uno de los primeros actos de gestión de Massa como ministro de Economía; el 11 de agosto a la salida del teatro en donde actúa Pablo Echarri; y el 18 de agosto, frente a la Casa Rosada, en una marcha que debió ser dispersada por la Policía.
Uliarte participó de la convocatoria de Revolución Federal y fue parte del grupo que protestó frente a Casa Rosada, pese a que los organizadores dicen que no la recuerdan. La propia joven subió fotos que corroboran su participación en la marcha. Es la primera prueba que vincula en forma directa a Brenda, ejecutora del ataque a CFK, con Revolución Federal.
Los investigadores analizan imágenes que verificarían que integrantes de estas agrupaciones estuvieron en Recoleta el fin de semana del 27 y 28 de agosto, cuando la Policía de la Ciudad atacó a los manifestantes, en medio de la polémica que se había originado por la decisión de Horacio Rodríguez Larrata de vallar las adyacencias de la casa de CFK.
La Justicia puso la lupa sobre Leonardo Sosa, quien en su cuenta de Twitter (@leo_bertario) reconoce su pertenencia a Revolución Federal y publicó el 28 de agosto una foto en el departamento de Ximena de Tezanos Pinto, la vecina que vive en el piso de arriba de Cristina Fernández de Kirchner. “Miren a los Kumpas ahora mismo... creo que me están cantando a mí“, posteó junto a una foto tomada desde la ventana del inmueble. En otro mensaje, celebró: “Con el gran kumpa Gastón mientras nos ambientan abajo con cantos”. Gastón es Gastón Guerra de Nación y forma parte de Despojados, que también estuvo en el lugar y subió una foto tomada en la casa de la vecina famosa de la vicepresidenta.
La Justicia cree entonces que Sabag Montiel, Sosa y Guerra de Nación estuvieron el mismo fin de semana en la zona donde vive la ex Presidente y ahora busca nuevos registros para verificar si interactuaron entre ellos o con algún otro integrante de la banda de los copitos.
Las fotos en la casa de Tezanos Pinto abrieron un interrogante en la Justicia: ¿La vecina de Cristina Kirchner pudo haber tenido algún rol voluntario o involuntario en el ataque? La mujer ya se encuentra en la mira del kirchnerismo porque creen que con sus banderas y sus mensajes alimenta “el discurso persecutorio”. Esas banderas -dicen- atraen la atención de los medios, que sacan fotos y transmiten en vivo desde la casa de la ex mandataria casi todos los días. “¿Quién financia esas banderas? ¿Y cómo llegaron Leo Sosa y Gastón Guerra a su departamento?”, son dos preguntas que probablemente le hará la Justicia en los próximos días.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario