viernes, 22 de mayo de 2020

Una intervención de Cristina ayudó a destrabar la negociación de la deuda

La ex presidenta tuvo gestos hacia los fondos extranjeros y también hacia dentro del gobierno para empujar un acuerdo.


Desde las sombras, Cristina Fernández de Kirchner jugó un rol clave para destrabar la renegociación de la deuda con los grandes fondos extranjeros, que de acuerdo a los últimos datos va camino a una resolución favorable.

La vicepresidenta intervino después del 8 de mayo, cuando se cerró la oferta del gobierno y menos del 15 por ciento de los acreedores la aceptó. El ministro Martín Guzmán había quedado muy golpeado y los fondos no querían saber nada con entablar una negociación. Estaban decididos a ir un default.

La ex presidenta hizo varias gestiones para mandar señales políticas a los fondos, que pasaron de estar convencidos de ir a un litigio judicial a tener predisposición a discutir una nueva propuesta.

Carlos Pagni reveló en La Nación una de esas gestiones. Cristina impulsó una conversación entre Miguel Galuccio, con quien tiene diálogo fluido, y Larry Fink, el CEO del fondo BlackRock, acaso el jugador más determinante en toda la negociación.

En BlackRock habían quedado molestos por la filtración de una propuesta y, para llegar a buen puerto, era clave dar vuelta esa postura. Tras el diálogo con Galuccio, Fink encomendó al mexicano Gerardo Rodríguez Regordosa, ex subsecretario de Hacienda de Felipe Calderón, que negocie un acuerdo. Rodríguez Regordosa había tenido serias desinteligencias con Guzmán.

Al mismo tiempo, Cristina envió señales internas sobre la necesidad de que se destrabe la negociación. Concretamente a Guzmán, que había quedado mal parado ante los fondos y se había puesto muy duro, acaso temiendo que lo corran por izquierda desde el kirchnerismo duro. La ex presidenta le hizo saber al ministro de Economía que creía muy importante evitar el default y le dio garantías de respaldo para que siga negociando.

Más allá de las desinteligencias con los fondos, en el mercado destacan el trabajo que Guzmán hizo ante el FMI y los organismos internacionales, que realmente apoyan su propuesta de renegociar la deuda para hacerla sostenible y la ven como un modelo de negociaciones que se van a repetir en el corto plazo en todo el mundo.

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