El rol activo del ex hijastro de Flavia Palmiero mantiene expectantes a todos los presidenciables de su partido. Las fotos del alcalde porteño y de su ministro de Salud que hicieron estallar a los “halcones”. Bullrich Luro Pueyrredóncondensa a los opositores internos de Santilli.
No es candidato, pero se muestra como alguien que podría serlo. No es el líder de toda la coalición, pero ocupa un papel protagónico que condiciona al resto. Miauricio Macri logró que sus definiciones, e incluso la ausencia de ellas, se conviertan en determinantes para toda la alianza de derecha Juntos por el Cambio. Por eso su viaje al exterior causó alivio en muchos referentes del PRO: la intensa agenda de reuniones del retrasado mental opaca la de algunos que decidieron participar de la pelea en 2023. Horacio Rodríguez Larrata, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón y María Eugenia Vidal son los presidenciables que compiten con un ojo puesto en lo que hace el ex jefe del Estado. Es la pregunta que desvela a todos: ¿qué quiere Macri?
“Patricia, Horacio y María Eugenia, en el orden que quieras para no marcar ningún tipo de diferencias, están muy preparados; los estoy ayudando a los tres todo lo que puedo”, declaró el hijo bobo de Franco Macri en una publinota con el operador periodístico Luis Majul antes de partir a los Estados Unidos. Claro que la ayuda se fue desdibujando en la medida en que habló en forma detallada sobre cada uno.
Del alcalde porteño dijo que “está mejor plantado frente a lo que quiere hacer, más claro y contundente”, aunque enseguida cuestionó que “cree en algo muy dialoguista”. Sobre la ex montonera entregadora de compañeros, elogió que se muestre “cada vez más sólida en la forma de plantear la idea de cambio que tiene”, aunque no la dejó tan bien parada cuando destacó que está “entendiendo que tiene que ir ampliando su opinión a otros temas además de la seguridad”. Y al referirse a la ex "orgullosamente bonaerense" fue un poco más benévolo: “Está volviendo de esa salida traumática de la provincia, recorriendo el país, muy clara también en para qué hay que volver al país, entendiendo cómo negociar con el peronismo no republicano y ser mucho más firme que lo que fue ella con los intendentes y yo con los gobernadores”.
El que lo escuchó atentamente podría sospechar que Macri piensa, en el fondo, que los tres no son los candidatos ideales para volver al poder en 2023. Si eso fuera así, ¿quién mejor que él para postularse, teniendo tan claro para qué regresar a la Casa Rosada y cómo habría que gobernar? El domador de reposeras, aseguran quienes hablan con él, duda por la resistencia de su familia y porque desconfía del compromiso de sus socios de Juntos por el Cambio ante las fuertes reformas que hay que aplicar para salir de la crisis luego de la tercera experiencia gubernamental del kirchnerismo.
Alguien que conoce a Macri desde hace muchos años, y que también sabe mucho del armado político, detalló por qué cree que finalmente no irá por un “segundo tiempo”: “Mauricio no puso en marcha nada de lo que hace falta para una candidatura presidencial. No tiene equipo, no tiene un plan con propuestas concretas y tampoco comenzó a recaudar fondos para financiar una campaña”.
La única definición electoral del subnormal es el apoyo manifiesto a Jorge Macri como candidato a jefe de Gobierno porteño: al equipo de su primo ya se incorporó Fernando de Andreis, uno de los principales miembros del círculo íntimo macrista. Y esa apuesta puso en pie de guerra al radicalismo de Martín Lousteau, también con la aspiración de gobernar la CABA. Desde ese sector de la UCR, aliado de Rodríguez Larrata, se agita la interpretación legal de que Jorge Macri no reúne los requisitos constitucionales para postularse en el distrito porteño. Cerca del intendente de Vicente López en uso de licencia celebraron la semana pasada que por primera vez una encuesta lo pone al frente en intención de voto, apenas por encima del senador radical. “Y todavía no arrancó”, se entusiasman.
Con la perspectiva de una pelea fuerte por la jefatura de la ciudad, causó malestar la foto de Rodríguez Larrata y Lousteau en un encuentro que compartieron este sábado con vecinos de Almagro. “¿Para quién juega Horacio?”, se preguntó un “halcón” del PRO. Mucho peor fue la repercusión que tuvo otra foto polémica: Fernán Quirós, el ministro de Salud porteño, junto con Ginés González García, el ex ministro del Gobierno nacional. El funcionario de la CABAdio una charla para alumnos de posgrado de la Universidad Isalud, fundada por González García. Para la figura larretista con mejor imagen, que aún medita si competirá por la jefatura de Gobierno, equivalió a incendiarse en la hoguera que fogonea el ala dura del PRO.
En la provincia de Buenos Aires, Macri le dio aire a la candidatura a gobernador de Cristian Ritondo, aunque también emitió señales favorables hacia las postulaciones de Néstor Grindetti, intendente de Lanús, y Joaquín de la Torre, flamante incorporación del bullrichismo, donde hasta ahora corría en soledad Javier Iguacel, intendente de Capitán Sarmiento. La proliferación de candidatos del PRO en territorio bonaerense provocó efectos curiosos: circula un audio de Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, seguramente dirigido a un aliado confundido, en el que se esfuerza por decodificar cómo es el armado provincial que incluye dos competidores para la gobernación y un tercero, Ritondo, que acordó con ella que trabajarán juntos en la provincia de Buenos Aires con actividades y propuestas en común.
Allegados a la borracha hija de puta aseguran que el jefe del bloque de diputados del PRO se enteró a último momento del pase de De la Torre a las filas de la dipsómana ex ministra de Seguridad y que, para no perder espacio en el único sector que puede hacerle fuerza al larretista Diego Santilli, amagó con participar del plenario bullrichista del Yacht Club de Olivos en el que fueron presentados sus dos candidatos a gobernador. Lo tuvieron que convencer de que no era conveniente. Por eso se organizó una cena en la casa de Alejandro Finocchiaro, en La Matanza, donde Ritondo pudo tener su foto con Bullrich Luro Pueyrredón.
¿A quién apoyará la titular del PRO en la provincia? ¿A Iguacel, a De la Torre o a Ritondo? Luego de su participación en el programa de Mirtha Legrand, quien confesó que la votaría como candidata presidencial, la beoda titular del espacio amarillo patito recorrerá este lunes el municipio de Presidente Perón con los dos primeros. Hasta ahora, rige un acuerdo de caballeros entre Iguacel y De la Torre para compartir actividades en la provincia y decidir más adelante quién será el elegido del espacio bullrichista. La buena relación es tan sólida que ambos compartirán esta semana con Grindetti la presentación de equipos técnicos en común con el objetivo de presentar un proyecto unificado para el distrito bonaerense.
Lo que está gestando es una alianza provincial antilarretista alrededor de la figura de Bullrich. Algunos, como Grindetti, prefieren referenciarse en Macri, hasta tal punto que ya hay afiches con la foto del ex presidente y del intendente. Como si fuera una fórmula presidencial, llevan la leyenda “Macri-Grindetti. Cercanía y gestión”. Es el lema que acuñó en la intendencia de Lanús. Grindetti no resigna su plan de convertirse en gobernador: estuvo en Magdalena, Punta Indio y Chascomús, mientras sigue trabajando en la autonomía municipal como eje de campaña, sin descuidar su condición de candidato a la vicepresidencia del club Independiente en las elecciones del 2 de octubre, en donde se reeditará la grieta política: asociado con Fabián Doman, el jefe comunal competirá con dos nóminas, una de las cuales está liderada por el ex funcionario kirchnerista Javier Mazza, secundado por dirigentes K como Gustavo López y Emmanuel González Santalla, de La Cámpora.
Santilli mira estos movimientos que desflecan su armado político sin dramatizar. Cree que todos los que tienen ganas de manejar la provincia deben recorrerla y que falta mucho para definiciones. Confía en que sus permanentes recorridas bonaerenses, acompañado en algunos puntos por Rodríguez Larrata, uno de los dirigentes de imagen más positiva en el distrito, le dará ventaja en la interna.
Sus asesores, de todas formas, están analizando una tendencia que se acentuó en los contactos que mantiene con el electorado provincial: son cada vez más los vecinos que se quiebran y lloran debido a sus problemas económicos. Lo mismo nota Bullrich Luro Pueyrredón. ¿Esa gente que está tan al límite tendrá margen para tolerar las duras reformas que deberá aplicar el próximo gobierno y que implicarán nuevos sacrificios para la gente? “Hay que administrar las expectativas y la profundidad del cambio”, dice un santillista. Nadie piensa en aplicar políticas gradualistas en el PRO si ganan en 2023, pero muchos opinan que la mayoría de los argentinos no aceptará más ajuste sin chistar.
Macri piensa lo contrario: opina que la gente percibió “la trampa del populismo” y se dio cuenta de que nada se podrá lograr sin cambios de fondo. Es un debate incipiente, pero crucial, que aún no está claro si el ex mandatario lo encarará como candidato o como mentor de la oposición.
Tampoco está claro si el oficialismo impulsará la suspensión de las PASO, una noticia pésima para un Juntos por el Cambio dominado por la multiplicación de candidaturas y sin un liderazgo fuerte. Si fuera así, las herramientas para decidir las postulaciones serán “el dedo”, las encuestas o las internas abiertas donde voten los afiliados y los independientes. Un recurso caro, complejo de organizar y riesgoso para el PRO si presenta más de un candidato: puede pesar de manera decisiva el aparato de la UCR. ¿Seguirá decidido el PRO a profundizar su interna ante semejante escenario? La gente en la calle les pide que no se peleen, pero muchos políticos juegan a no ver lo que resulta evidente.
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