jueves, 30 de junio de 2022

Murió Alba Lanzillotto, histórica integrante de Abuelas de Plaza de Mayo

Tenía 94 años y estaba la comisión directiva de Abuelas de Plaza de Mayo. El día del golpe de Estado de 1976 fue detenida y engrosó la lista de presos políticos. Meses más tarde partió al exilio. Al regresar se dio a la búsqueda del hijo de su hermana Ana y el “Gringo” Menna.



A los 94 años falleció Alba Lanzillotto, integrante de una familia atravesada por el terrorismo de Estado e histórica integrante de la comisión directiva de Abuelas de Plaza de Mayo, organización desde donde buscó a su sobrino nacido y robado en Campo de Mayo.

El día del último golpe de Estado, Alba fue detenida y pasó a engrosar las largas listas de presas políticas. Estuvo cerca de un mes detenida en la cárcel de La Rioja, de donde era oriunda. Con el correr del año 1976, la familia sufriría otros golpes. 

El 19 de julio de 1976, su hermana Ana María Lanzillotto fue secuestrada en Villa Martelli junto con su compañero, Domingo Menna, en la redada en la que cayó la conducción del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Ana María, “Ani”, estaba embarazada de ocho meses. Todos ellos fueron llevados a Campo de Mayo.

En noviembre de ese año, secuestraron a su otra hermana, María Cristina, en Pergamino. Ella fue vista en el centro clandestino conocido como “Vesubio”. Sus restos fueron hallados en el cementerio de Avellaneda.

En octubre de 1976, Alba partió al exilio. Primero estuvo en Uruguay y después siguió hacia España. En 1984, volvió al país. “Empecé a ir a la Casa de las Abuelas porque yo sabía que Anita estaba embarazada de ocho meses”, contó en una entrevista que le brindó a la Biblioteca Nacional. Allí, la recibió Mirta Baravalle, una de las fundadoras de la organización, que le asignó una tarea: recortar diarios con noticias vinculadas a la búsqueda.

En 1986, la llamó María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, entonces presidenta de las Abuelas. Le dijo que, como era profesora de Letras, tenía que ayudarla con la confección del boletín de prensa. A esa tarea estuvo dedicada durante años: preparaba los textos, buscaba las fotos e iba a la imprenta.

En Abuelas se empezó a reunir un grupo de tíos que buscaban a sus sobrinos y sobrinas desaparecidas. A pesar de no ser una “abuela”, sus compañeras la eligieron para ser la secretaria de la organización, cargo en el que se desempeñó alrededor de 20 años.

En 2016, Alba encontró a su sobrino, al hijo del “Gringo” Menna y de “Ani” Lanzillotto. “Qué lindo tenerte en casa”, le dijo ella cuando lo abrazó por primera vez.

Hasta la próxima lucha, Abuela. 

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